De entrada, qué bien que se haya modificado el esquema de implementar los retenes anti alcohol que en los hechos no eran más que una vil extorsión. Hablar de los retenes, es entrar a un tema muy complejo que tiene que ver con la vida nocturna, consumo de alcohol, entre otras importantes aristas.
Para empezar, considero que es un error, el decir que los citados retenes inhibían el consumo de bebidas con contenido alcohólico, más bien éstos predisponen a la ciudadanía a esquivar tales filtros.
Explico: El consumo de alcohol, no se limita por los simples retenes, ni por aplicar la ley seca, por el contrario, ésta última incita a una compra premeditada, lo que eleva el consumo, con los retenes se dio una consecuencia parecida, esto significa que la gente empezó a optar por hacer reuniones o fiestas domiciliarias, precisamente para evitar exponerse a una revisión que prácticamente terminaba en extorsión.
Ahora, se instalaban los retenes en vialidades donde más allá que había afloro vehicular, era el tránsito a establecimientos gastronómicos y recreativos y esto era tanto como cazar a la clientela y es ahí, donde se estaba afectando mucho de la dinámica económica formal, cuando en paralelo, el tema del clandestinaje (ventanas clandestinas, que de anónimas no tiene nada, porque todo el mundo sabe dónde encontrarlas), sector informal que se ve favorecido, por cualquier variante de cambio.
Ante todo lo planteado, oportuno comentar que éste es un tema de educación y cultura, ya que el primer eslabón de la cadena, debe ser en las casas particulares, la responsabilidad primordial recae en los padres, en cuanto a enseñar a sus hijos a consumir correctamente cualquier bebida con contenido alcohólico.
Una segunda instancia, es el sector académico, donde éste también debe llevar mano en la educación del consumo y en paralelo, y ya encarrerados en el asunto de vida nocturna, la actual Administración Municipal capitalina debe revisar y con lupa, el tema de los horarios, congruencia de giros y que todos los establecimientos cuenten con todas las medidas de seguridad, hablo de Protección Civil, para así evitar un “lobombazo”
Como conclusión general, reitero que qué bien que se hayan modificado los retenes; y espero que se analice todo el tema de la vida nocturna para tener un esquema más ordenado y congruente a la realidad, donde tiene que ver mucho el biorritmo nocturno social.
PD. Esperemos que aparezca todo el mar del dinero que se recaudó a través de los retenes extorsionadores, ¡Ahora resulta que de todo ese dinero nada se tiene registrado! ¿Qué dirá al respecto el fiscal anticorrupción Héctor García Rodríguez? ¿Será un caso sustantivo? No, son hingaderas.
