/ martes 29 de octubre de 2019

Visión

Informalidad que carcome

El tema de los “chocolatos” es muy complejo, tanto que para comentarlo habrá que hacerlo en retrospectiva.

Empezaré por decir que éste tuvo como origen y justificación el apoyar a la gente de escasos recursos y del medio rural, facilitándoles el que pudieran adquirir un vehículo para sus labores.

Hasta ahí la medida era entendida y justificable, el problema es que tal esquema se desvirtuó gracias al resorte de la corrupción el cual propició que la importación de carros extranjeros se desvirtuara y masificara, a razón que se abrieron las fronteras indiscriminadamente lo cual derivó que mucha gente adquirió vehículos de procedencia extranjera de modelos recientes, incluso de lujo.

Esta proliferación ha afectado severamente al sector de automóviles formales, el cual ha visto reducir sus ventas sustancialmente y con ello se activa un círculo vicioso: menos venta, despido de gente y menos captación de impuestos. En contraparte, la beneficiada es la economía informal la cual carcome a la formal.

Aquí entramos a otro tema del fenómeno de los chocolatos, que tiene que ver con el anonimato jurídico, esto se basa en que estas unidades al carecer de un título por un lado se convierten en instrumento de la delincuencia y por el otro el adquiriente no tiene garantías.

Y todavía yendo más lejos, la mayoría de las unidades de ese parque vehicular están en malas condiciones, lo que propicia daño al medio ambiente y por fallas mecánicas son un riesgo para la vialidad.

Una vez expuesto en términos generales el fenómeno, como solución creo que se tiene que aplicar un plan integral: Primero el controlar las fronteras; segundo: Que la legalización sea en ciertos modelos y para causas laborales específicas y que exista también un filtro que evalúe las condiciones de las unidades, y en paralelo, estoy de acuerdo que en el Senado se corrija lo planteado en la Cámara de Diputados, donde se pretendía regularizar los denominados autos “chocolatos” pero ahora en la Cámara alta, al eliminar el Décimo Quinto Transitorio de la Ley de Ingresos de la Federación 2020 se congela el tema de la regularización.

Sin duda una medida equilibrada, ya que por un lado se atiene el fenómeno existente que es irreversible y por otro lado se protege al sector formal automotriz.

Informalidad que carcome

El tema de los “chocolatos” es muy complejo, tanto que para comentarlo habrá que hacerlo en retrospectiva.

Empezaré por decir que éste tuvo como origen y justificación el apoyar a la gente de escasos recursos y del medio rural, facilitándoles el que pudieran adquirir un vehículo para sus labores.

Hasta ahí la medida era entendida y justificable, el problema es que tal esquema se desvirtuó gracias al resorte de la corrupción el cual propició que la importación de carros extranjeros se desvirtuara y masificara, a razón que se abrieron las fronteras indiscriminadamente lo cual derivó que mucha gente adquirió vehículos de procedencia extranjera de modelos recientes, incluso de lujo.

Esta proliferación ha afectado severamente al sector de automóviles formales, el cual ha visto reducir sus ventas sustancialmente y con ello se activa un círculo vicioso: menos venta, despido de gente y menos captación de impuestos. En contraparte, la beneficiada es la economía informal la cual carcome a la formal.

Aquí entramos a otro tema del fenómeno de los chocolatos, que tiene que ver con el anonimato jurídico, esto se basa en que estas unidades al carecer de un título por un lado se convierten en instrumento de la delincuencia y por el otro el adquiriente no tiene garantías.

Y todavía yendo más lejos, la mayoría de las unidades de ese parque vehicular están en malas condiciones, lo que propicia daño al medio ambiente y por fallas mecánicas son un riesgo para la vialidad.

Una vez expuesto en términos generales el fenómeno, como solución creo que se tiene que aplicar un plan integral: Primero el controlar las fronteras; segundo: Que la legalización sea en ciertos modelos y para causas laborales específicas y que exista también un filtro que evalúe las condiciones de las unidades, y en paralelo, estoy de acuerdo que en el Senado se corrija lo planteado en la Cámara de Diputados, donde se pretendía regularizar los denominados autos “chocolatos” pero ahora en la Cámara alta, al eliminar el Décimo Quinto Transitorio de la Ley de Ingresos de la Federación 2020 se congela el tema de la regularización.

Sin duda una medida equilibrada, ya que por un lado se atiene el fenómeno existente que es irreversible y por otro lado se protege al sector formal automotriz.

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