/ lunes 3 de agosto de 2020

Visión

Sin duda el caso Lozoya, tiene en expectativa a la sociedad mexicana en cuanto si se conducirá por la vía legal, lo que pondrá a prueba al sistema de justicia, o será por el encauce político como desgraciadamente se da en este país en las altas esferas del poder.

Por lo pronto, al ex director de Pemex ya se le vinculó a proceso, por operaciones con recursos de procedencia ilícita en la compra de una planta de fertilizantes. Hasta aquí dejamos la ventana legal, pero abriendo la política, recientemente el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, exhortó a la ciudadanía a que estuviera muy pendiente de las audiencias virtuales de Lozoya, para efecto de conocer el “modus operandi” de los delincuentes de cuello blanco y cómo se entregaban mordidas (moches) a los legisladores para aprobar reformas.

Esto último planteado nos deja entrever que tal caso tendrá un uso político, para atacar y debilitar aún más a la oposición, de ser así se daría el escenario de “perder perder” ya que por un lado, a AMLO se le puede revertir a razón que la gran mayoría de los mexicanos “ya no se chupan el chupón” ¿Se razonará socialmente que lo de la detención y extradición fue una premeditada y sesgada negociación? Y se estaría politizando el caso.

Y la flamante Fiscalía de Alejandro Gertz Manero, que se supone que es autónoma, quedaría de “florero” y esto desde el punto de vista institucional sería catastrófico. No hay que olvidar los antecedentes de ajuste de cuentas, caso Díaz Serrano con Carlos Salinas de Gortari; Raúl Salinas con Ernesto Zedillo y Elba Esther Gordillo con Enrique Peña Nieto.

Para ser exacto, casos transexenales retomando lo del posible circo romano, AMLO ha anunciado Tribuna Popular, lo que significa linchamiento mediático, juicio social de facto. Tales conductas, son muy graves y tendenciosas no sólo para los que estarán en el banquillo de los acusados, sino para todo el sistema de justicia penal.

Si lo antes expuesto, lo enfocamos a escala local y a través del tema de las luminarias, sería como estar litigando en los medios, no obstante en dicho caso hay “mucha tela de donde cortar” y esperemos y el mismo se encause por las instancias judiciales pertinentes. En ese contexto, la Fiscalía Anticorrupción tendrá un papel preponderante y de él dependerá su credibilidad y futuro.

Sin duda el caso Lozoya, tiene en expectativa a la sociedad mexicana en cuanto si se conducirá por la vía legal, lo que pondrá a prueba al sistema de justicia, o será por el encauce político como desgraciadamente se da en este país en las altas esferas del poder.

Por lo pronto, al ex director de Pemex ya se le vinculó a proceso, por operaciones con recursos de procedencia ilícita en la compra de una planta de fertilizantes. Hasta aquí dejamos la ventana legal, pero abriendo la política, recientemente el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, exhortó a la ciudadanía a que estuviera muy pendiente de las audiencias virtuales de Lozoya, para efecto de conocer el “modus operandi” de los delincuentes de cuello blanco y cómo se entregaban mordidas (moches) a los legisladores para aprobar reformas.

Esto último planteado nos deja entrever que tal caso tendrá un uso político, para atacar y debilitar aún más a la oposición, de ser así se daría el escenario de “perder perder” ya que por un lado, a AMLO se le puede revertir a razón que la gran mayoría de los mexicanos “ya no se chupan el chupón” ¿Se razonará socialmente que lo de la detención y extradición fue una premeditada y sesgada negociación? Y se estaría politizando el caso.

Y la flamante Fiscalía de Alejandro Gertz Manero, que se supone que es autónoma, quedaría de “florero” y esto desde el punto de vista institucional sería catastrófico. No hay que olvidar los antecedentes de ajuste de cuentas, caso Díaz Serrano con Carlos Salinas de Gortari; Raúl Salinas con Ernesto Zedillo y Elba Esther Gordillo con Enrique Peña Nieto.

Para ser exacto, casos transexenales retomando lo del posible circo romano, AMLO ha anunciado Tribuna Popular, lo que significa linchamiento mediático, juicio social de facto. Tales conductas, son muy graves y tendenciosas no sólo para los que estarán en el banquillo de los acusados, sino para todo el sistema de justicia penal.

Si lo antes expuesto, lo enfocamos a escala local y a través del tema de las luminarias, sería como estar litigando en los medios, no obstante en dicho caso hay “mucha tela de donde cortar” y esperemos y el mismo se encause por las instancias judiciales pertinentes. En ese contexto, la Fiscalía Anticorrupción tendrá un papel preponderante y de él dependerá su credibilidad y futuro.

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