/ jueves 11 de febrero de 2021

Vivimos por lo que somos no por lo que tenemos

Sólo el amor construye obras imperecederas que penetran en el corazón de la humanidad; la esperanza es el buen viento que dirige las velas de nuestro barco.

Seamos artesanos de la paz promoviendo el valor y la dignidad humana en todas las etapas de la vida y, dediquémonos a sanar las heridas del pasado y avanzar hacia una mejor civilización del amor. Los bienes materiales deben ser usados como un medio, como un servicio y no como un fin.

Hoy en día vemos en la vida real cómo una gran mayoría de la humanidad es muy afanosa en los bienes materiales, descuidando su propia vida y la de su familia sin darse cuenta de las consecuencias; se vislumbra de inmediato su afán de gloria en el mercado de los negocios. Al final del camino no nos queda la menor duda de que fuimos los arquitectos de nuestro propio destino.

Busquemos nuestra propia verdad y no obliguemos a nadie a que piense como nosotros. No hablemos mal de nadie, ni tengamos rencores ni cultivemos odio en nuestro corazón; pues no nos gustaría que los demás a quienes estimamos, nos fingieran amistad y por dentro nos detestaran. El amor al prójimo es el secreto de la felicidad. Educar a un hijo es la más noble obra de arte que puede realizar un padre de familia.

Es más mérito evolucionar a un niño que corregir a un hombre. Si lo criamos como hijo de pobre lo enriqueceremos; en cambio si lo formamos como hijo de rico lo empobreceremos para toda su vida. Si el niño vive en un ambiente de hostilidad aprende a ser agresivo; en un ambiente de ánimo aprende a confiar; en un medio de equidad aprenderá a ser justo; en un ámbito de seguridad aprenderá a tener fe. Pero si de niño vive en ridículo aprenderá a ser tímido y a no tener confianza en sí mismo.

Echemos a funcionar nuestra mente y sobre todo nuestro corazón, no le tengamos miedo a la reflexión; hay que tener fortaleza, paz y paciencia para aceptar nuestra realidad. La suma de muchos ayeres forma nuestro pasado. La bondad es la flor más cautivadora del jardín del corazón. La alegría es el perfume gratificante que generalmente se convierte en el fruto del deber cumplido. La fe en Dios es la brújula de los navíos errantes perdidos que buscan la playa de la salvación. Entendamos que tenemos el poder de decidir por nosotros mismos quiénes somos y qué queremos hacer. Ayudemos a los adolescentes a entender tanto el QUÉ como el POR QUÉ de elegir bien en los momentos críticos de la vida.

Sin duda alguna nuestra existencia es un racimo de elecciones: Capacitarnos poco a poco para saber decidir convenientemente. Por lo cual es la mayor y más importante obra de arte que se requiere de sabiduría para llevar una existencia adecuada que nos de grandes satisfacciones. Uno de los máximos problemas es que la mayoría de la gente no sabe escuchar, lo que ocasiona una de las grandes frustraciones de la vida: Sentirnos incomprendidos que nadie parece entender nuestros problemas, nuestro dolor, nuestros deseos ni lo particular de nuestra situación. Una de las habilidades más importantes de la comunicación es saber escuchar. Escuchar no es sólo estar callados, sino hacer un esfuerzo positivo para entender al otro.

La sinergia, o sea la coordinación de movimientos para ejecutar determinados actos, se logra colaborando juntos para hacer algo mejor. La vida es como un círculo formado por cuatro brazos entrelazados: cada brazo aporta una cualidad distinta al grupo. No son la riqueza ni el esplendor, sino la tranquilidad y el trabajo los que proporcionan la felicidad. Para ser feliz perdona siempre al que te ofende. Amar es sentir y demostrar entusiasmo y aprecio por los demás.

Sólo el amor construye obras imperecederas que penetran en el corazón de la humanidad; la esperanza es el buen viento que dirige las velas de nuestro barco.

Seamos artesanos de la paz promoviendo el valor y la dignidad humana en todas las etapas de la vida y, dediquémonos a sanar las heridas del pasado y avanzar hacia una mejor civilización del amor. Los bienes materiales deben ser usados como un medio, como un servicio y no como un fin.

Hoy en día vemos en la vida real cómo una gran mayoría de la humanidad es muy afanosa en los bienes materiales, descuidando su propia vida y la de su familia sin darse cuenta de las consecuencias; se vislumbra de inmediato su afán de gloria en el mercado de los negocios. Al final del camino no nos queda la menor duda de que fuimos los arquitectos de nuestro propio destino.

Busquemos nuestra propia verdad y no obliguemos a nadie a que piense como nosotros. No hablemos mal de nadie, ni tengamos rencores ni cultivemos odio en nuestro corazón; pues no nos gustaría que los demás a quienes estimamos, nos fingieran amistad y por dentro nos detestaran. El amor al prójimo es el secreto de la felicidad. Educar a un hijo es la más noble obra de arte que puede realizar un padre de familia.

Es más mérito evolucionar a un niño que corregir a un hombre. Si lo criamos como hijo de pobre lo enriqueceremos; en cambio si lo formamos como hijo de rico lo empobreceremos para toda su vida. Si el niño vive en un ambiente de hostilidad aprende a ser agresivo; en un ambiente de ánimo aprende a confiar; en un medio de equidad aprenderá a ser justo; en un ámbito de seguridad aprenderá a tener fe. Pero si de niño vive en ridículo aprenderá a ser tímido y a no tener confianza en sí mismo.

Echemos a funcionar nuestra mente y sobre todo nuestro corazón, no le tengamos miedo a la reflexión; hay que tener fortaleza, paz y paciencia para aceptar nuestra realidad. La suma de muchos ayeres forma nuestro pasado. La bondad es la flor más cautivadora del jardín del corazón. La alegría es el perfume gratificante que generalmente se convierte en el fruto del deber cumplido. La fe en Dios es la brújula de los navíos errantes perdidos que buscan la playa de la salvación. Entendamos que tenemos el poder de decidir por nosotros mismos quiénes somos y qué queremos hacer. Ayudemos a los adolescentes a entender tanto el QUÉ como el POR QUÉ de elegir bien en los momentos críticos de la vida.

Sin duda alguna nuestra existencia es un racimo de elecciones: Capacitarnos poco a poco para saber decidir convenientemente. Por lo cual es la mayor y más importante obra de arte que se requiere de sabiduría para llevar una existencia adecuada que nos de grandes satisfacciones. Uno de los máximos problemas es que la mayoría de la gente no sabe escuchar, lo que ocasiona una de las grandes frustraciones de la vida: Sentirnos incomprendidos que nadie parece entender nuestros problemas, nuestro dolor, nuestros deseos ni lo particular de nuestra situación. Una de las habilidades más importantes de la comunicación es saber escuchar. Escuchar no es sólo estar callados, sino hacer un esfuerzo positivo para entender al otro.

La sinergia, o sea la coordinación de movimientos para ejecutar determinados actos, se logra colaborando juntos para hacer algo mejor. La vida es como un círculo formado por cuatro brazos entrelazados: cada brazo aporta una cualidad distinta al grupo. No son la riqueza ni el esplendor, sino la tranquilidad y el trabajo los que proporcionan la felicidad. Para ser feliz perdona siempre al que te ofende. Amar es sentir y demostrar entusiasmo y aprecio por los demás.