/ sábado 21 de mayo de 2022

Voto de confianza

“Toda persona debe someterse a las autoridades de gobierno, pues toda autoridad proviene de Dios, y los que ocupan puestos de autoridad están allí colocados por Dios… Las autoridades están al servicio de Dios para tu bien... den respeto y honra a los que están en autoridad”. Romanos 13:1-7 NTV

Siempre me había causado conflicto armonizar esta verdad bíblica a la luz de la propia experiencia que hemos tenido la mayoría de los países latinoamericanos caracterizados por gobiernos corruptos y autoridades carentes de autoridad moral.

El conflicto se acrecentó cuando me di cuenta que estas palabras se dijeron en tiempos de gobernantes crueles que odiaban a los cristianos, tales como el emperador Nerón que mandó hacer antorchas humanas con ellos para que la ciudad se viera de noche.

No fue sino hasta que entendí la diferencia entre la persona y la institución que representa. Nada mejor que el ejemplo de los padres. Uno está llamado por Dios a honrar a sus padres independientemente de si éstos fueron buenos o malos como tales. Es por el lugar que ocupan en nuestras vidas y no por cómo calificamos su función que merecen la honra.

Así es también con los gobernantes. Somos llamados a honrarles y respetarles por lo que ellos representan, por su investidura, por razón del cargo que ocupan y la función que esté representa: Están ahí para “nuestro bien”, es decir, para el “bien común”, como dice el mismo texto: “Están al servicio de Dios para cumplir el propósito específico de castigar a los que hacen lo malo”. (Romanos 13)

Los gobernantes necesitan recordar que fueron puestos por Dios para el bien común, y no para el propio; para castigar al malo y no para premiarlo; para desarrollar políticas públicas que beneficien a toda la población y no sólo a algunos. ¿Cómo sucederá esto si no creemos en lo que ellos representan?

Independientemente cuál sea el color de tu partido, o el candidato de tu elección; México necesita de que vuelvas a creerle a Dios por encima del gobernante , más allá del descrédito de la clase política o de la mala experiencia personal. En estas próximas elecciones, México necesita de tu voto de confianza.


Mail: leonardolombar@gmail.com


Nada mejor que el ejemplo de los padres. Uno está llamado por Dios a honrar a sus padres independientemente de si éstos fueron buenos o malos como tales.


“Toda persona debe someterse a las autoridades de gobierno, pues toda autoridad proviene de Dios, y los que ocupan puestos de autoridad están allí colocados por Dios… Las autoridades están al servicio de Dios para tu bien... den respeto y honra a los que están en autoridad”. Romanos 13:1-7 NTV

Siempre me había causado conflicto armonizar esta verdad bíblica a la luz de la propia experiencia que hemos tenido la mayoría de los países latinoamericanos caracterizados por gobiernos corruptos y autoridades carentes de autoridad moral.

El conflicto se acrecentó cuando me di cuenta que estas palabras se dijeron en tiempos de gobernantes crueles que odiaban a los cristianos, tales como el emperador Nerón que mandó hacer antorchas humanas con ellos para que la ciudad se viera de noche.

No fue sino hasta que entendí la diferencia entre la persona y la institución que representa. Nada mejor que el ejemplo de los padres. Uno está llamado por Dios a honrar a sus padres independientemente de si éstos fueron buenos o malos como tales. Es por el lugar que ocupan en nuestras vidas y no por cómo calificamos su función que merecen la honra.

Así es también con los gobernantes. Somos llamados a honrarles y respetarles por lo que ellos representan, por su investidura, por razón del cargo que ocupan y la función que esté representa: Están ahí para “nuestro bien”, es decir, para el “bien común”, como dice el mismo texto: “Están al servicio de Dios para cumplir el propósito específico de castigar a los que hacen lo malo”. (Romanos 13)

Los gobernantes necesitan recordar que fueron puestos por Dios para el bien común, y no para el propio; para castigar al malo y no para premiarlo; para desarrollar políticas públicas que beneficien a toda la población y no sólo a algunos. ¿Cómo sucederá esto si no creemos en lo que ellos representan?

Independientemente cuál sea el color de tu partido, o el candidato de tu elección; México necesita de que vuelvas a creerle a Dios por encima del gobernante , más allá del descrédito de la clase política o de la mala experiencia personal. En estas próximas elecciones, México necesita de tu voto de confianza.


Mail: leonardolombar@gmail.com


Nada mejor que el ejemplo de los padres. Uno está llamado por Dios a honrar a sus padres independientemente de si éstos fueron buenos o malos como tales.


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