/ jueves 30 de mayo de 2019

XIV Congreso Iberoamericano de Derecho Constitucional

“La ciencia nunca resuelve un problema sin crear otros 10 más”.- George Bernard Shaw

Como se anunció hace dos entregas, los pasados días 21, 22 y 23 de mayo tuvo verificativo en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) el XIV Congreso Iberoamericano de Derecho Constitucional, uno de los eventos más relevantes en América Latina y Europa en torno al constitucionalismo, la democracia y los derechos humanos.

Contó con los auspicios del Instituto Iberoamericano de Derecho Constitucional (IIDC), la Asociación Argentina de Derecho Constitucional (AADC) y la propia UBA. El otoño bonaerense sirvió de esplendoroso marco para la celebración de unas jornadas de alta calidad argumentativa, discursiva y sustantiva sobre un cúmulo de asuntos que no sólo ocupan a los juristas o a otros científicos sociales sino a la ciudadanía en general.

Como parte de la sección mexicana del IIDC, muy bien encabezada por José María Serna de la Garza, acudimos los profesores Miguel Ángel Rodríguez Vázquez, Raúl Montoya Zamora y quien esto escribe. Representar a la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED), así como a nuestro estado y a nuestro país en un acto de tal envergadura a nivel internacional, fue un alto honor.

Los trabajos se desarrollaron bajo cinco ejes temáticos. El primero de ellos versó sobre la democracia representativa en crisis, tema sin duda de suma actualidad, el cual contó con las reflexiones de estudiosos como Pedro Salazar o Jaime Cárdenas. Contar con sistemas democráticos de calidad, que lo sean en serio y que no se llamen a sí mismos de esa manera, es uno de los objetivos a perseguir.

El segundo tópico giró en torno al Derecho Constitucional frente al Derecho Internacional, contando con participaciones como la del constitucionalista español Miguel Revenga Sánchez, a quien ya hemos tenido en la UJED disertando de forma extraordinaria sobre uno de los aspectos a seguir por el Derecho del siglo XXI, un Derecho de la globalización y para la globalización, tal y como lo es el Estado constitucional.

En la tercera sesión se habló sobre una temática que no puede pasar desapercibida en cualquier itinerario actual sobre los derechos humanos, como lo es la relativa a las migraciones, refugiados y desplazados. Este es uno de los aspectos más sensibles y lacerantes cuando de retos iusfundamentales se habla, pues hacer frente a las crisis humanitarias de gran calado que estos fenómenos han producido tiene que darse en la teoría y en la práctica.

El cuarto gran arco narrativo del congreso tuvo que ver con la corrupción y la transparencia, uno de los grandes problemas no sólo en Iberoamérica sino a lo largo y ancho del orbe, tal y como lo han documentado los estudios de organizaciones como Transparencia Internacional, los cuales han sido objeto de distintos análisis en estas mismas páginas editoriales por el de la voz.

La corrupción, evidentemente, es uno de los males endémicos de la vida pública, una terrible enfermedad que corroe la institucionalidad y erosiona la noción de ciudadanía, por lo que el constitucionalismo tiene el deber de encontrar alternativas para que desde la Carta Magna se zanjen los múltiples retos que la referida corrupción trae consigo. De esto se habló así como de la necesidad de construir políticas públicas incluyentes y ciudadanizadas para luchar firmemente en pos de la ética pública.

En la quinta y última sesión, titulada “Poder Judicial y jurisdicción constitucional” -que es donde intervenimos los tres investigadores universitarios que acudimos-, se enfatizó la necesidad de observar a la justicia constitucional como una herramienta para el cambio y la transformación social, siendo más que deseable un diálogo jurisprudencial que puede verse amenazado. Aquí sobresalió la intervención de Néstor Pedro Sagüés.

Uno de los momentos más emotivos de todo el Congreso se presentó casi al final del mismo, pues le fue entregado al jurisconsulto argentino Jorge Vanossi el Premio Internacional de Investigación “Héctor Fix-Zamudio”, uno de los galardones más representativos del Derecho en el mundo de habla hispana, el cual en otras ediciones ha sido otorgado a personalidades como Joseph Raz, Ronald Dworkin, Luigi Ferrajoli, Domingo García Belaunde, Jesús González Pérez, Peter Häberle o Pedro de Vega.

Este premio fue establecido por la Universidad Nacional Autónoma de México, específicamente a través del Instituto de Investigaciones Jurídicas y, como ya se aseveró, es una de las preseas jurídicas más relevantes hoy en día. Fue entonces un colofón magnífico para prácticamente cerrar con broche de oro el evento en su integridad.

Finalmente, nunca sobra reconocer el esfuerzo del eminente investigador Diego Valadés, presidente del IIDC, quien ha sabido llevar las riendas de tan prestigiosa institución siempre por el camino de la excelencia, el debate y la crítica jurídica, constitucional, política y social.

El talante investigativo de don Diego y su condición como uno de los mejores científicos del Derecho en Iberoamérica le augura un gran futuro al IIDC y a los congresos venideros. Enhorabuena para todas y todos los participantes.

“La ciencia nunca resuelve un problema sin crear otros 10 más”.- George Bernard Shaw

Como se anunció hace dos entregas, los pasados días 21, 22 y 23 de mayo tuvo verificativo en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) el XIV Congreso Iberoamericano de Derecho Constitucional, uno de los eventos más relevantes en América Latina y Europa en torno al constitucionalismo, la democracia y los derechos humanos.

Contó con los auspicios del Instituto Iberoamericano de Derecho Constitucional (IIDC), la Asociación Argentina de Derecho Constitucional (AADC) y la propia UBA. El otoño bonaerense sirvió de esplendoroso marco para la celebración de unas jornadas de alta calidad argumentativa, discursiva y sustantiva sobre un cúmulo de asuntos que no sólo ocupan a los juristas o a otros científicos sociales sino a la ciudadanía en general.

Como parte de la sección mexicana del IIDC, muy bien encabezada por José María Serna de la Garza, acudimos los profesores Miguel Ángel Rodríguez Vázquez, Raúl Montoya Zamora y quien esto escribe. Representar a la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED), así como a nuestro estado y a nuestro país en un acto de tal envergadura a nivel internacional, fue un alto honor.

Los trabajos se desarrollaron bajo cinco ejes temáticos. El primero de ellos versó sobre la democracia representativa en crisis, tema sin duda de suma actualidad, el cual contó con las reflexiones de estudiosos como Pedro Salazar o Jaime Cárdenas. Contar con sistemas democráticos de calidad, que lo sean en serio y que no se llamen a sí mismos de esa manera, es uno de los objetivos a perseguir.

El segundo tópico giró en torno al Derecho Constitucional frente al Derecho Internacional, contando con participaciones como la del constitucionalista español Miguel Revenga Sánchez, a quien ya hemos tenido en la UJED disertando de forma extraordinaria sobre uno de los aspectos a seguir por el Derecho del siglo XXI, un Derecho de la globalización y para la globalización, tal y como lo es el Estado constitucional.

En la tercera sesión se habló sobre una temática que no puede pasar desapercibida en cualquier itinerario actual sobre los derechos humanos, como lo es la relativa a las migraciones, refugiados y desplazados. Este es uno de los aspectos más sensibles y lacerantes cuando de retos iusfundamentales se habla, pues hacer frente a las crisis humanitarias de gran calado que estos fenómenos han producido tiene que darse en la teoría y en la práctica.

El cuarto gran arco narrativo del congreso tuvo que ver con la corrupción y la transparencia, uno de los grandes problemas no sólo en Iberoamérica sino a lo largo y ancho del orbe, tal y como lo han documentado los estudios de organizaciones como Transparencia Internacional, los cuales han sido objeto de distintos análisis en estas mismas páginas editoriales por el de la voz.

La corrupción, evidentemente, es uno de los males endémicos de la vida pública, una terrible enfermedad que corroe la institucionalidad y erosiona la noción de ciudadanía, por lo que el constitucionalismo tiene el deber de encontrar alternativas para que desde la Carta Magna se zanjen los múltiples retos que la referida corrupción trae consigo. De esto se habló así como de la necesidad de construir políticas públicas incluyentes y ciudadanizadas para luchar firmemente en pos de la ética pública.

En la quinta y última sesión, titulada “Poder Judicial y jurisdicción constitucional” -que es donde intervenimos los tres investigadores universitarios que acudimos-, se enfatizó la necesidad de observar a la justicia constitucional como una herramienta para el cambio y la transformación social, siendo más que deseable un diálogo jurisprudencial que puede verse amenazado. Aquí sobresalió la intervención de Néstor Pedro Sagüés.

Uno de los momentos más emotivos de todo el Congreso se presentó casi al final del mismo, pues le fue entregado al jurisconsulto argentino Jorge Vanossi el Premio Internacional de Investigación “Héctor Fix-Zamudio”, uno de los galardones más representativos del Derecho en el mundo de habla hispana, el cual en otras ediciones ha sido otorgado a personalidades como Joseph Raz, Ronald Dworkin, Luigi Ferrajoli, Domingo García Belaunde, Jesús González Pérez, Peter Häberle o Pedro de Vega.

Este premio fue establecido por la Universidad Nacional Autónoma de México, específicamente a través del Instituto de Investigaciones Jurídicas y, como ya se aseveró, es una de las preseas jurídicas más relevantes hoy en día. Fue entonces un colofón magnífico para prácticamente cerrar con broche de oro el evento en su integridad.

Finalmente, nunca sobra reconocer el esfuerzo del eminente investigador Diego Valadés, presidente del IIDC, quien ha sabido llevar las riendas de tan prestigiosa institución siempre por el camino de la excelencia, el debate y la crítica jurídica, constitucional, política y social.

El talante investigativo de don Diego y su condición como uno de los mejores científicos del Derecho en Iberoamérica le augura un gran futuro al IIDC y a los congresos venideros. Enhorabuena para todas y todos los participantes.