/ lunes 17 de agosto de 2020

Ya es hora que a los sindicatos se les investigue a fondo

En las Redes Sociales circula un video, donde se da lectura a un documento, expedido por la Comisión de Valores de Estados Unidos, donde se denuncia a Aurelio Nuño, ex secretario de Educación y a Juan Díaz de la Torre, ex líder del SNTE, de que ambos recibieron grandes sobornos, para entrarle a un fideicomiso, que tenía por objetivo rescatar los adeudos del magisterio, donde la transa consistía en traspasarlos al negocio de sus sobornantes, de los cuales en lo personal obtuvieron pingües ganancias.

Urge que en el SNTE haya una investigación a fondo, porque es uno de los reductos más escandalosos de la corrupción, pero se torna intocable; primero, quizá por el gremio noble que lo constituye y segundo por la autonomía, que no es más que un brete para inmunizar las fechorías y atracos que cometen los bandidos que lo comandan.

De ahí que los mecanismos de vigilancia y fiscalización exenten a sus líderes de cualquier intento de revisión. Pero bastaría que a cualquiera de ellos, les oprimieran un nódulo de la piel, para darnos cuenta que cualquier antibiótico sería insuficiente para controlar la podredumbre que brotaría.

El historial negro que se publica sobre los sindicatos no es gratuito. Ya que existen demasiados elementos para condenarlos. Empezando por el escrutinio de la opinión pública, quien en base a su derecho de contribuyente, reclama el mal uso que de los recursos públicos hacen estos nidos de ladrones, porque ya no pueden despistar el peso de la podredumbre que los hunde.

Y ahí está el caso de Hugo Bello Velanzo, líder y dueño del sindicato “Libertad de los Trabajadores de México” a quien ya le congelaron todas las cuentas y está siendo investigado, por un sinnúmero de delitos cometidos al amparo de la organización que comanda.

Pero para no desentonar, aquí en Durango también hace aire. Y ahí está el sindicato de moda y no precisamente por sus buenas obras, sino por los escándalos que ha generado la titular que lo regentea. Sobre ella pesan acusaciones muy graves, pero dados los vericuetos del contrato que rigen al patrón y a la líder del sindicato del municipio, es posible que la transparencia siga secuestrada, por intereses inconfesables de los que posiblemente se hayan agarrado las fuerzas externas para que el encubrimiento siga vigente.

Las denuncias en contra de la líder sindical, por decirlo de alguna manera; iban viento en popa, y lo importante es que el alcalde por fin se había animado a coger ese toro por los cuernos, pero de repente se le vino otro toro encima y ya no supimos qu pasó. Sólo esperamos que dicho toro no haya embestido al alcalde con las astas de la chapuza y la impunidad.

Las especulaciones se barajan en sentidos encontrados, pero coinciden que después de esa embestida el alcalde guardó silencio, no sabemos si con el afán de otorgar la gracia, o guardar la prudencia que el caso amerita, para no desgastarse ante un frente ajeno o en su defecto ser discreto ante la posible doblada de manitas.

Así, en un escenario un tanto convulso, pudiera ser que el alcalde haya aceptado dar cabida a una negociación atípica, presionado por las fuerzas externas y extrañas que física y mediáticamente lo lincharon, esperando que no hayan sido atenazado con las pinzas del chantaje.

Es posible que el alcalde ante la intransigencia caciquil, haya pensado cerrar los ojos ante las desmesuradas concesiones de que goza la señora Alicia García, con cargo a nuestros impuestos que de por sí batallamos para juntarlos y que su destino sea el derroche de vivales, esa es la peor contradicción en que puede caer una administración que presuma de cuidarlos.

En todo este tinglado de denuncias y demandas, también la señora Alicia se ha mantenido en riguroso silencio, como si el conflicto no aludiera a su persona. Quizá esté al acecho del cantar del presidente, quien en un cómodo lavado de manos pudiera aducir que ya puso este asunto en manos de la Fiscalía Anticorrupción, de la que aseguran los críticos, que no le fincará ninguna responsabilidad grave, dado su tibio proceder desde que asumió el encargo.

Pero el que no ha guardado silencio y ha hecho mucho ruido, es el defensor de oficio de la líder. Defección de la CTM y ahora charrito de CATEM, a quien sin trabajos le entalló perfectamente este saco de la corrupción, que en aras de granjear adeptos, no batalló en ponérselo y en un arranque de fanfarronería, presume el cascajo con que piensa cimentar las bases de la organización afín a la 4T.

Ante los acontecimientos que la opinión pública ha digerido como graves, resulta absurda la defesa de la líder en los medios, por otro líder cortado por la misma tijera, aduciendo a cosas sin sentido y exhibiendo al alcalde de incumplimiento y falto de respeto a los representados de su defendida. De ahí que, cauce pena que el señor de CATEM esté lidiando a favor de un liderazgo tan oscuro, donde los ojos del gobierno federal vienen revisando con lupa.

Repito, es penoso que el líder de CATEM trate de envolver en banderas políticas, los datos duros que señalan a su amiga, de los cuales debiera hacer uso, para exigirle cuentas y no para caer en la estrategia manoseada de defender lo indefendible.

Sería mucha ingenuidad pensar que la señora Alicia García es víctima de calumnias. O en su defecto creer que hubiera revancha política en su contra, porque ya no es útil a los intereses del presente. Tal vez su defensor le haya comprado esas credenciales y ahora quiera mantenerla impune de críticas y acusaciones, porque no es creíble que haya permanecido tanto tiempo en el cargo y hasta ahora se multiplican las sospechas en su contra.

Pero no se trata de sospechas ni señalamientos mediáticos; sino de acusaciones documentadas, tanto que a la fecha están turnadas a la Fiscalía Anticorrupción, de la que se anticipan los peores resultados.

Ante las reiteradas denuncias en contra de la líder en mención, no son errores de apreciación, ya que han tenido el suficiente peso para que se iniciaran las investigaciones alrededor de ella o de cualquier otro personaje que tenga que ver con las actividades sucias.

Se trata pues, de cumplir con un compromiso de limpieza que encabeza el gobierno federal, a quien no le tiembla la mano para desmantelar redes de corrupción, cuyos promotores se resisten a dimitir bajo el amparo de los que se dicen aliados de esa faena que nuestro presidente abandera.

De ahí que nos extrañe el poco compromiso de aquel que considerábamos aliado de la 4T, mito que quedó al descubierto cuando se aventó al ruedo para tratar de rescatar el desprestigio de esa plaza de la corrupción, de la que sin duda intenta replicar ese modelo y de ahí catapultarlo como reliquia del nepotismo, ya que tres hermanas de la indiciada son señaladas de percibir un salario estratosférico, similar al de su hermana, guía y líder.

Ante tal panorama no es gratuito lo que señalara el periodista Rubén Cárdenas, en su columna “La Raya del Tigre”. Ahí sostiene que las cuatro hermanitas cobran un salario promedio a los 40 mil pesos semanales.

De ser así y salir a relucir dichos excesos, se puede hablar de un imperio de corrupción, que sin duda es intocable, porque los que se arrogan las credenciales del sindicalismo nuevo, lo defienden con los despojos de la vieja capa y la herrumbre de la vieja espada, que ya no corta, pero infecta cuando toca a aquellos que osan destapar la cloaca en la que se bate.

En las Redes Sociales circula un video, donde se da lectura a un documento, expedido por la Comisión de Valores de Estados Unidos, donde se denuncia a Aurelio Nuño, ex secretario de Educación y a Juan Díaz de la Torre, ex líder del SNTE, de que ambos recibieron grandes sobornos, para entrarle a un fideicomiso, que tenía por objetivo rescatar los adeudos del magisterio, donde la transa consistía en traspasarlos al negocio de sus sobornantes, de los cuales en lo personal obtuvieron pingües ganancias.

Urge que en el SNTE haya una investigación a fondo, porque es uno de los reductos más escandalosos de la corrupción, pero se torna intocable; primero, quizá por el gremio noble que lo constituye y segundo por la autonomía, que no es más que un brete para inmunizar las fechorías y atracos que cometen los bandidos que lo comandan.

De ahí que los mecanismos de vigilancia y fiscalización exenten a sus líderes de cualquier intento de revisión. Pero bastaría que a cualquiera de ellos, les oprimieran un nódulo de la piel, para darnos cuenta que cualquier antibiótico sería insuficiente para controlar la podredumbre que brotaría.

El historial negro que se publica sobre los sindicatos no es gratuito. Ya que existen demasiados elementos para condenarlos. Empezando por el escrutinio de la opinión pública, quien en base a su derecho de contribuyente, reclama el mal uso que de los recursos públicos hacen estos nidos de ladrones, porque ya no pueden despistar el peso de la podredumbre que los hunde.

Y ahí está el caso de Hugo Bello Velanzo, líder y dueño del sindicato “Libertad de los Trabajadores de México” a quien ya le congelaron todas las cuentas y está siendo investigado, por un sinnúmero de delitos cometidos al amparo de la organización que comanda.

Pero para no desentonar, aquí en Durango también hace aire. Y ahí está el sindicato de moda y no precisamente por sus buenas obras, sino por los escándalos que ha generado la titular que lo regentea. Sobre ella pesan acusaciones muy graves, pero dados los vericuetos del contrato que rigen al patrón y a la líder del sindicato del municipio, es posible que la transparencia siga secuestrada, por intereses inconfesables de los que posiblemente se hayan agarrado las fuerzas externas para que el encubrimiento siga vigente.

Las denuncias en contra de la líder sindical, por decirlo de alguna manera; iban viento en popa, y lo importante es que el alcalde por fin se había animado a coger ese toro por los cuernos, pero de repente se le vino otro toro encima y ya no supimos qu pasó. Sólo esperamos que dicho toro no haya embestido al alcalde con las astas de la chapuza y la impunidad.

Las especulaciones se barajan en sentidos encontrados, pero coinciden que después de esa embestida el alcalde guardó silencio, no sabemos si con el afán de otorgar la gracia, o guardar la prudencia que el caso amerita, para no desgastarse ante un frente ajeno o en su defecto ser discreto ante la posible doblada de manitas.

Así, en un escenario un tanto convulso, pudiera ser que el alcalde haya aceptado dar cabida a una negociación atípica, presionado por las fuerzas externas y extrañas que física y mediáticamente lo lincharon, esperando que no hayan sido atenazado con las pinzas del chantaje.

Es posible que el alcalde ante la intransigencia caciquil, haya pensado cerrar los ojos ante las desmesuradas concesiones de que goza la señora Alicia García, con cargo a nuestros impuestos que de por sí batallamos para juntarlos y que su destino sea el derroche de vivales, esa es la peor contradicción en que puede caer una administración que presuma de cuidarlos.

En todo este tinglado de denuncias y demandas, también la señora Alicia se ha mantenido en riguroso silencio, como si el conflicto no aludiera a su persona. Quizá esté al acecho del cantar del presidente, quien en un cómodo lavado de manos pudiera aducir que ya puso este asunto en manos de la Fiscalía Anticorrupción, de la que aseguran los críticos, que no le fincará ninguna responsabilidad grave, dado su tibio proceder desde que asumió el encargo.

Pero el que no ha guardado silencio y ha hecho mucho ruido, es el defensor de oficio de la líder. Defección de la CTM y ahora charrito de CATEM, a quien sin trabajos le entalló perfectamente este saco de la corrupción, que en aras de granjear adeptos, no batalló en ponérselo y en un arranque de fanfarronería, presume el cascajo con que piensa cimentar las bases de la organización afín a la 4T.

Ante los acontecimientos que la opinión pública ha digerido como graves, resulta absurda la defesa de la líder en los medios, por otro líder cortado por la misma tijera, aduciendo a cosas sin sentido y exhibiendo al alcalde de incumplimiento y falto de respeto a los representados de su defendida. De ahí que, cauce pena que el señor de CATEM esté lidiando a favor de un liderazgo tan oscuro, donde los ojos del gobierno federal vienen revisando con lupa.

Repito, es penoso que el líder de CATEM trate de envolver en banderas políticas, los datos duros que señalan a su amiga, de los cuales debiera hacer uso, para exigirle cuentas y no para caer en la estrategia manoseada de defender lo indefendible.

Sería mucha ingenuidad pensar que la señora Alicia García es víctima de calumnias. O en su defecto creer que hubiera revancha política en su contra, porque ya no es útil a los intereses del presente. Tal vez su defensor le haya comprado esas credenciales y ahora quiera mantenerla impune de críticas y acusaciones, porque no es creíble que haya permanecido tanto tiempo en el cargo y hasta ahora se multiplican las sospechas en su contra.

Pero no se trata de sospechas ni señalamientos mediáticos; sino de acusaciones documentadas, tanto que a la fecha están turnadas a la Fiscalía Anticorrupción, de la que se anticipan los peores resultados.

Ante las reiteradas denuncias en contra de la líder en mención, no son errores de apreciación, ya que han tenido el suficiente peso para que se iniciaran las investigaciones alrededor de ella o de cualquier otro personaje que tenga que ver con las actividades sucias.

Se trata pues, de cumplir con un compromiso de limpieza que encabeza el gobierno federal, a quien no le tiembla la mano para desmantelar redes de corrupción, cuyos promotores se resisten a dimitir bajo el amparo de los que se dicen aliados de esa faena que nuestro presidente abandera.

De ahí que nos extrañe el poco compromiso de aquel que considerábamos aliado de la 4T, mito que quedó al descubierto cuando se aventó al ruedo para tratar de rescatar el desprestigio de esa plaza de la corrupción, de la que sin duda intenta replicar ese modelo y de ahí catapultarlo como reliquia del nepotismo, ya que tres hermanas de la indiciada son señaladas de percibir un salario estratosférico, similar al de su hermana, guía y líder.

Ante tal panorama no es gratuito lo que señalara el periodista Rubén Cárdenas, en su columna “La Raya del Tigre”. Ahí sostiene que las cuatro hermanitas cobran un salario promedio a los 40 mil pesos semanales.

De ser así y salir a relucir dichos excesos, se puede hablar de un imperio de corrupción, que sin duda es intocable, porque los que se arrogan las credenciales del sindicalismo nuevo, lo defienden con los despojos de la vieja capa y la herrumbre de la vieja espada, que ya no corta, pero infecta cuando toca a aquellos que osan destapar la cloaca en la que se bate.