/ sábado 8 de mayo de 2021

Yo el honesto

He comentado con algunas de mis amistades, lo increíble que resulta de ciertas personas puedan admitir falsedades manifiestas, pretextos superfluos ante el incumplimiento de las promesas realizadas, la falta de resultados, así como lo impropio y mal llevada la realización de cancelaciones de guarderías, desabasto de medicinas, de quimioterapias, etc., so pretexto de malversaciones que se estaban realizando, privando a miles de ciudadanos de esos beneficios y algunos fallecimientos también por la carencia de los medicamentos apropiados, en lugar de investigar lo conducente y proceder a la denuncia y el castigo correspondiente; las violaciones flagrantes a la Constitución que se cometen no obstante protestaron cumplir y hacer cumplir las leyes que nos rigen, hasta con las indicaciones de cambiarlas para hacer las leyes a su modo.

Ante la inverosimilitud de promesas que se realizaron y ciudadanos con la sed de acabar la corrupción que tanto ha lacerado, tuvieron fe en determinada persona, sucediendo lo mismo y así ha sucedido a través de la historia, pero por lo regular el encanto desaparece, al constatar que sigue siendo parte de la historia también, el prometer y no cumplir.

Más ahora es notorio cierto adoctrinamiento entre sus seguidores, que responden con las mismas palabras y en caso de que ya no exista manera de contestar, acuden a los insultos y a inculpar sin demostrar, y sobre todo sin abrir los ojos para percatarse del estado actual que guarda nuestro país en estos momentos, la mala actuación y violación de nuestras leyes que muy seguido se cometen.

Señalan los expertos que, existen personas muy influenciables a quienes se les manipula haciéndoles creer, que lo ofrecido es sincero y honesto, creyendo los ingenuos pretextos por los cuales no hay resultados en lo ofrecido y señalando siempre o inventando lo malo de otros y que, la historia nos ha demostrado innumerables casos de manipulación y abusos sexuales realizados por los falsos mesías; y así como alguien muy conocido ha indicado que, si no es de su agrado determinado artículo de la Carta Magna, anuncia su reforma, otros cambiaban la Biblia, o le dan la interpretación que les conviene. La historia nos muestra a grandes manipuladores como Calígula, Nerón, Atila, Gengis Kan, Stalin, Francisco Franco, Adolfo Hitler, Benito Mussolini, Hugo Chávez, entre varios más que carecen de escrúpulos y no dudan en usar a otros en beneficio propio.

Se caracterizan por ser agresores encubiertos, se les hace creer a los demás en su honestidad y benevolencia, expertos en seducir para obtener poder y disfrutar de sus beneficios. Se hacen aparecer como víctimas, pero cuentan con bastante capacidad para hacer creer culpables a los demás, ocultando con ello sus verdaderas intenciones, son expertos en cambiar de tema y propensas a mentir con mucha facilidad.

En el año de 1938, se estrenó la obra de teatro Luz de gas (Gas Light), del autor británico Patrick Hamilton, que posteriormente se estrenara en EE. UU., con el nombre de Angel Street y fue llevada a la pantalla del cine, conociéndose la expresión “Gaslighting” una forma de manipulación de la percepción de la realidad. El argumento de esta obra habla de un hombre que intenta convencer a su esposa que está loca, manipulando pequeños objetos de su entorno e insistiendo constantemente en que ella está equivocada o que está padeciendo lagunas de memoria . Gaslight, alude a las lámparas de gas que el marido usa en el desván mientras busca el tesoro escondido. La mujer avista que el resto de luces de la casa pierden intensidad sin que haya ninguna causa lógica, pues el marido le hace creer que ha salido.

Este término se empezó a utilizar coloquialmente desde la década de 1970 para describir los esfuerzos para manipular el sentido de realidad de una persona, es una forma de abuso psicológico que consiste en negar la realidad, dar por sucedido lo que nunca ocurrió, o presentar información falsa con el fin de hacer dudar a la víctima de su memoria, de su percepción o de su cordura.

Quizás las personas que hago referencia de admitir falsedades y negarse a ver la realidad, hayan tenido la influencia psicológica que los lleve a creer la honestidad de una persona, y que toda la corrupción existente, es obra de los que inventa como adversarios.

He comentado con algunas de mis amistades, lo increíble que resulta de ciertas personas puedan admitir falsedades manifiestas, pretextos superfluos ante el incumplimiento de las promesas realizadas, la falta de resultados, así como lo impropio y mal llevada la realización de cancelaciones de guarderías, desabasto de medicinas, de quimioterapias, etc., so pretexto de malversaciones que se estaban realizando, privando a miles de ciudadanos de esos beneficios y algunos fallecimientos también por la carencia de los medicamentos apropiados, en lugar de investigar lo conducente y proceder a la denuncia y el castigo correspondiente; las violaciones flagrantes a la Constitución que se cometen no obstante protestaron cumplir y hacer cumplir las leyes que nos rigen, hasta con las indicaciones de cambiarlas para hacer las leyes a su modo.

Ante la inverosimilitud de promesas que se realizaron y ciudadanos con la sed de acabar la corrupción que tanto ha lacerado, tuvieron fe en determinada persona, sucediendo lo mismo y así ha sucedido a través de la historia, pero por lo regular el encanto desaparece, al constatar que sigue siendo parte de la historia también, el prometer y no cumplir.

Más ahora es notorio cierto adoctrinamiento entre sus seguidores, que responden con las mismas palabras y en caso de que ya no exista manera de contestar, acuden a los insultos y a inculpar sin demostrar, y sobre todo sin abrir los ojos para percatarse del estado actual que guarda nuestro país en estos momentos, la mala actuación y violación de nuestras leyes que muy seguido se cometen.

Señalan los expertos que, existen personas muy influenciables a quienes se les manipula haciéndoles creer, que lo ofrecido es sincero y honesto, creyendo los ingenuos pretextos por los cuales no hay resultados en lo ofrecido y señalando siempre o inventando lo malo de otros y que, la historia nos ha demostrado innumerables casos de manipulación y abusos sexuales realizados por los falsos mesías; y así como alguien muy conocido ha indicado que, si no es de su agrado determinado artículo de la Carta Magna, anuncia su reforma, otros cambiaban la Biblia, o le dan la interpretación que les conviene. La historia nos muestra a grandes manipuladores como Calígula, Nerón, Atila, Gengis Kan, Stalin, Francisco Franco, Adolfo Hitler, Benito Mussolini, Hugo Chávez, entre varios más que carecen de escrúpulos y no dudan en usar a otros en beneficio propio.

Se caracterizan por ser agresores encubiertos, se les hace creer a los demás en su honestidad y benevolencia, expertos en seducir para obtener poder y disfrutar de sus beneficios. Se hacen aparecer como víctimas, pero cuentan con bastante capacidad para hacer creer culpables a los demás, ocultando con ello sus verdaderas intenciones, son expertos en cambiar de tema y propensas a mentir con mucha facilidad.

En el año de 1938, se estrenó la obra de teatro Luz de gas (Gas Light), del autor británico Patrick Hamilton, que posteriormente se estrenara en EE. UU., con el nombre de Angel Street y fue llevada a la pantalla del cine, conociéndose la expresión “Gaslighting” una forma de manipulación de la percepción de la realidad. El argumento de esta obra habla de un hombre que intenta convencer a su esposa que está loca, manipulando pequeños objetos de su entorno e insistiendo constantemente en que ella está equivocada o que está padeciendo lagunas de memoria . Gaslight, alude a las lámparas de gas que el marido usa en el desván mientras busca el tesoro escondido. La mujer avista que el resto de luces de la casa pierden intensidad sin que haya ninguna causa lógica, pues el marido le hace creer que ha salido.

Este término se empezó a utilizar coloquialmente desde la década de 1970 para describir los esfuerzos para manipular el sentido de realidad de una persona, es una forma de abuso psicológico que consiste en negar la realidad, dar por sucedido lo que nunca ocurrió, o presentar información falsa con el fin de hacer dudar a la víctima de su memoria, de su percepción o de su cordura.

Quizás las personas que hago referencia de admitir falsedades y negarse a ver la realidad, hayan tenido la influencia psicológica que los lleve a creer la honestidad de una persona, y que toda la corrupción existente, es obra de los que inventa como adversarios.