Un precioso y juvenil atuendo fue el que lució en sus quince años la joven Camila Hernández Alba, quien escogió la tonalidad de palo de rosa para vestir el día de su inolvidable celebración.
En primer instancia, ella se postró ante los ojos de Dios en ceremonia que tuvo como marco el Convento de las Madres Franciscanas, en donde el sacerdote que ofició la celebración se dirigió a ella para felicitarla en primer término y posteriormente para exhortarla a vivir con el ejemplo que en todo momento le han brindado tanto sus papás como sus padrinos.
Ocupando los reclinatorios adyacentes estuvieron los señores Enrique de Luna y Lulú Alba Castañón, además de sus padrinos Jorge Alba Castañón y Laura Cordero Macías, quienes aprovecharon la ocasión para impartirle sus bendiciones a la joven cumpleañera.
El lugar lució preciosa decoración para recibir a algunos familiares y amistades que se dieron cita cumpliendo con las medidas de protocolarias de sanidad implementadas por nuestras autoridades y la iglesia católica, debido a la presencia de la contingencia generada por Covid-19.
Al término de la ceremonia y en el atrio del recinto Camila fue objeto de múltiples felicitaciones por parte de sus invitados, entre ellos sus hermanos Javier y Diego Hernández Alba, además de otros integrantes importantes de su familia que se dieron cita para acompañarla en esos emotivos instantes.
Más tarde la joven con sus papás, padrinos e invitados se trasladó a “Casa Toledo”, en donde le esperaba una espléndida recepción.
Para la ocasión el lugar lució preciosa decoración con flores blancas y tonalidades rosadas que daban la bienvenida a los invitados y en donde para comenzar hizo su entrada triunfal para después protagonizar su primer vals en compañía de su papá y después de sus familiares más cercanos.
La mesa principal lució hermosa decoración y el adornado pastel que se serviría más tarde como postre de un suculento banquete que pudieron degustar y que se preparó especialmente para la ocasión.
Durante el brindis el padrino se dirigió a Camila para felicitarla por haber tenido la oportunidad de llegar a esta maravillosa edad, conminándola a que la disfrutara plenamente en compañía de su familia y amistades más cercanas.
La velada transcurrió en medio de un gran ambiente que se prolongó hasta las primeras horas del día siguiente y ahí pudieron disfrutar de la música que más gusta a la quinceañera y que fue la principal ambientación del convivio.