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El barrio de Analco se vistió de gala el pasado 23 de junio para celebrar la Fiesta Patronal de San Juan Bautista, una jornada marcada por la fe, la tradición y el amor comunitario. Desde temprano, la Parroquia de San Juan Bautista de Analco se llenó de vida con los feligreses que acudían a ser partícipes de los sacramentos y a disfrutar de un día lleno de actividades.
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A las 10 de la mañana, el arzobispo Faustino Armendáriz Resendiz impartió el sacramento de la confirmación a decenas de jóvenes y adultos. Los rostros llenos de emoción reflejaban la importancia de este paso en su vida espiritual, mientras las campanas de la iglesia resonaban con alegría.
Una hora más tarde, a las 11 de la mañana, el Presbítero Licenciado Herminio Talavera Cárdenas, acompañado por el Diácono Claudio Arturo Ramírez Torrecillas, ofició una misa especial para las primeras comuniones. Los niños, vestidos de blanco y con los ojos brillantes de emoción, recibieron por primera vez la Eucaristía en un ambiente lleno de recogimiento y devoción.
La celebración continuó a las 1:30 de la tarde con los bautismos. Las familias se reunieron alrededor del altar para presenciar este primer sacramento de fe, llenando el espacio de ternura y esperanza mientras los pequeños de la comunidad eran recibidos en el seno de la Iglesia.
El festejo no se detuvo allí. Durante el resto del día, las familias del barrio de Analco y los feligreses se congregaron en la parroquia para apoyar a la comunidad con la venta de deliciosa comida, hamburguesas, tacos sudados, pastel, entre otros creando un ambiente festivo y acogedor.
La danza de la Santa Cruz de la calle Granada hizo su aparición, ofreciendo un espectáculo colorido y lleno de tradición. Los danzantes, con sus trajes vibrantes y pasos sincronizados, capturaron la atención de todos los presentes, revitalizando el espíritu cultural de la celebración.
Por la tarde, la Banda Perla Azul tomó el escenario, llenando el ambiente con su música alegre y contagiosa. A pesar de la lluvia que comenzó a caer, los asistentes no se dejaron amedrentar. Con paraguas en mano o simplemente dejándose mojar, continuaron bailando y disfrutando de la música, demostrando que ni el clima podía apagar el fervor y la alegría de la comunidad.
La Fiesta Patronal de San Juan Bautista de Analco fue un verdadero testimonio de fe y unidad, un día en el que las tradiciones se renovaron y el amor comunitario brilló con fuerza. Un evento que, sin duda, quedará grabado en el corazón de todos los que tuvieron la dicha de participar.
