“No me gusta explicar la obra, sino que el espectador la intérprete, mediante el sentimiento y pensamiento”, Rubén Maya.
Sombras, mantras, figuras que exaltan los sentidos, hacen sinergia en la sala del Museo Palacio de los Gurza. Rubén Maya arista visual presentó su obra “Metamorfosis del cuerpo imaginario”, una instalación que deja volar la imaginación y los sentimientos.
“No me gusta explicar la obra, sino que el espectador la intérprete, mediante el sentimiento y pensamiento” señaló en la inauguración de la exposición Rubén Maya, quien de una forma sencilla se dirigió al publico asistentes que en su mayoría eran jóvenes.
De forma ordenada y por grupos de 15 personas los asistentes entraron al recinto para dar fe de lo expuesto, las expresiones de sorpresa y asombro se dejaban escuchar, mientras los más arriesgados tocaban algunas piezas.
Pequeños rayos de luz en color azul iluminaban un gran rebaño de seres que a decir del autor estaban compuestos por el torso de un toro, mientras la cabeza de forma femenina representa la fuerza que mueve al objeto y una mano de cola es la que barre la historia o la reconstruye.
El sonido que envuelve la instalación es creación del propio artista, “son mantras tibetanos que van directo a los puntos de energía y buscan el equilibrio de los seres, la vibraciones protege a quien mira de ser mirado”
Actualmente Rubén Maya trabaja en dibujos fluorescentes a gran escala que serán expuestos en Ecuador. “Metamorfosis del cuerpo imaginario” se encontrará expuesta por una corta temporada en el Museo de los Gurza.