/ domingo 4 de febrero de 2024

Guillermo Ceniceros, 65 años de amor al arte

El artista duranguense protagonizó una exposición en el Palacio de Minería de Ciudad de México

Dice el artista Guillermo Ceniceros que el paisaje es una forma de libertad, conserva en su memoria los colores exuberantes de su infancia en El Salto, lugar de aguanieves en plena Sierra Madre Occidental. El duranguense confiesa que no se le da el verde, sin embargo la paleta de colores de buena parte de su obra artística es pletórica de tonalidades azules, la tierra habla de sí misma en sus cuadros, los cuerpos femeninos son universales, la reminiscencia de la montaña y el desierto coinciden en un punto perfecto para reflejar en cada uno de sus cuadros un imaginario personal que destaca por la singularidad creativa en el panorama artístico contemporáneo.

Guillermo Ceniceros ha celebrado 65 años de dedicación artística con un pulso renovado y de permanente experimentación. Desde el pasado 28 de septiembre hasta el reciente 31 de enero, la exposición titulada "Invocación al equilibrio" cautivó a los visitantes por una exquisita variedad de salas y una propuesta artística de absoluta consagración. El artista es conocido por sus murales en los metros de Copilco y Tacubaya, el museo que lleva su nombre en una conocida casona del centro histórico duranguense atesora una muestra permanente de su obra y algunas piezas fueron prestadas para la exhibición en el Palacio de Minería. Ahora, el artista sabe que se ha cumplido una nueva etapa y tras los años de soledad creativa a causa de la pandemia, una vez clausurada la exposición en la capital de la República, queda a la vista la celebración de su 85 aniversario de nacimiento y nuevas posibilidades de compartir su arte en México y el mundo.

Guillermo Ceniceros, 65 años de amor al arte / Foto: León Alvarado | El Sol de Durango

En entrevista con El Sol de Durango, Guillermo Ceniceros se muestra complacido por el resultado de la exposición artística que estuvo comisariada por Rodolfo Rivera. Hubo salas dedicadas al paisaje, uno de sus temas predilectos, pero también a las figuras humanas en movimiento, esencialmente vivas, como se muestran ante la mirada de los espectadores desde cualquiera de los ángulos en que se miren. Esa es la magia de la pintura de Guillermo Ceniceros, revive a cada instante, la atmósfera de su imaginario pictórico conserva el grado de gravitación con que se contempla la Sierra Madre Occidental, es materia y memoria a una misma vez. Incluso, hay cuadros suyos que son un preludio para afantasmar, el caudal de imágenes de su producción artística recrean la vida humana de cualquier época y también la esencial pertenencia al planeta a través de su equilibrio para invocar presencias y ausencias, el arte mayúsculo de la composición.

Guillermo Ceniceros, 65 años de amor al arte / Foto: León Alvarado | El Sol de Durango

El duranguense Guillermo Ceniceros se ha inspirado en su devenir como artista en la poesía para poner títulos a sus cuadros, los paisajes de los cerros de Monterrey son parte intrínseca de su inspiración, allá cursó sus estudios de diseño industrial a finales de los años 50.

Guillermo Ceniceros, 65 años de amor al arte / Foto: León Alvarado | El Sol de Durango

Fue colaborador cercano de David Alfaro Siqueiros, el gran muralista cuya defunción cumplió exactamente 50 años en este enero de 2024, y cuyo legado, sigue estando presente en el patrimonio artístico nacional. Los murales, la práctica creativa de intervención en grandes formatos es un signo de soberanía absoluta en la vida de un pintor, en Durango hay una tradición estética que se manifiesta en muchos artistas a través del mural y de la figuración, los sueños también constituyen una esencia de lo duranguense. De hecho los hermanos Revueltas dieron un claro ejemplo de que la utopía, el soñar despiertos por medio de la música, el dibujo y la novela, favorece el arte y su aportación para una sociedad mejor.


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En la exposición del Palacio de Minería, el artista invocó a los grandes maestros de la pintura, Picasso, Da Vinci, Van Gogh, Modigliani, también los mexicanos universales, Diego Rivera, Tamayo, y tantos otros que forman parte de una constelación de pintores capaces de crear una identidad nacional y enraizar el arte a la vida de un país. Guillermo Ceniceros, sabedor de la alquimia poética de todo cromatismo, inventarió alrededor de 200 piezas de su propio arte para ofrecer a la ciudadanía un brindis de experiencias, sensaciones y estructuras, el lenguaje de un mundo que concentra en su laberinto de imágenes la perfección del movimiento y la profundidad de todo espacio. Nada queda lejos en su pintura, y lo pasado se vuelve actual, en cada brillo y destello de la luz auroral de sus pinturas.

Guillermo Ceniceros, 65 años de amor al arte / Foto: León Alvarado | El Sol de Durango

La gran apertura de Guillermo Ceniceros ha sido una lección magistral, donde lo abstracto y lo figurativo, lo sólido y lo líquido, el amor y la muerte, el cielo y la tierra, lo clásico y lo tardío se combinan y desplazan a través de sus obras. En la historia del arte mexicano se habló siempre de la escuela muralista y de la generación de la ruptura, en una línea del tiempo que parece que se difumina entre las nuevas aportaciones del hiperrealismo y los medios digitales de las tecnologías avanzadas. El pintor duranguense, que comparte vida y dedicación junto a su compañera pintora Esther González, demostró que lo artístico sobrevive en cualquiera de las perspectivas, con su exposición de 65 años dedicados al arte, nuevas generaciones de artistas mexicanos podrán inspirarse en las posibilidades inauditas de un pincel, en los títulos poéticos y en el sentido profundamente democrático de su pintura, donde el color de las formas en movimiento evocan la eternidad necesaria del aire y de la luz.

Guillermo Ceniceros, 65 años de amor al arte / Foto: León Alvarado | El Sol de Durango

Con el final de la exposición de Guillermo Ceniceros en el Palacio de Minería, las pinturas, grabados, dibujos, esculturas y objetos de su firma personal han consumado el equilibrio de la belleza en todas las invocaciones.

Guillermo Ceniceros, 65 años de amor al arte / Foto: León Alvarado | El Sol de Durango

Dice el artista Guillermo Ceniceros que el paisaje es una forma de libertad, conserva en su memoria los colores exuberantes de su infancia en El Salto, lugar de aguanieves en plena Sierra Madre Occidental. El duranguense confiesa que no se le da el verde, sin embargo la paleta de colores de buena parte de su obra artística es pletórica de tonalidades azules, la tierra habla de sí misma en sus cuadros, los cuerpos femeninos son universales, la reminiscencia de la montaña y el desierto coinciden en un punto perfecto para reflejar en cada uno de sus cuadros un imaginario personal que destaca por la singularidad creativa en el panorama artístico contemporáneo.

Guillermo Ceniceros ha celebrado 65 años de dedicación artística con un pulso renovado y de permanente experimentación. Desde el pasado 28 de septiembre hasta el reciente 31 de enero, la exposición titulada "Invocación al equilibrio" cautivó a los visitantes por una exquisita variedad de salas y una propuesta artística de absoluta consagración. El artista es conocido por sus murales en los metros de Copilco y Tacubaya, el museo que lleva su nombre en una conocida casona del centro histórico duranguense atesora una muestra permanente de su obra y algunas piezas fueron prestadas para la exhibición en el Palacio de Minería. Ahora, el artista sabe que se ha cumplido una nueva etapa y tras los años de soledad creativa a causa de la pandemia, una vez clausurada la exposición en la capital de la República, queda a la vista la celebración de su 85 aniversario de nacimiento y nuevas posibilidades de compartir su arte en México y el mundo.

Guillermo Ceniceros, 65 años de amor al arte / Foto: León Alvarado | El Sol de Durango

En entrevista con El Sol de Durango, Guillermo Ceniceros se muestra complacido por el resultado de la exposición artística que estuvo comisariada por Rodolfo Rivera. Hubo salas dedicadas al paisaje, uno de sus temas predilectos, pero también a las figuras humanas en movimiento, esencialmente vivas, como se muestran ante la mirada de los espectadores desde cualquiera de los ángulos en que se miren. Esa es la magia de la pintura de Guillermo Ceniceros, revive a cada instante, la atmósfera de su imaginario pictórico conserva el grado de gravitación con que se contempla la Sierra Madre Occidental, es materia y memoria a una misma vez. Incluso, hay cuadros suyos que son un preludio para afantasmar, el caudal de imágenes de su producción artística recrean la vida humana de cualquier época y también la esencial pertenencia al planeta a través de su equilibrio para invocar presencias y ausencias, el arte mayúsculo de la composición.

Guillermo Ceniceros, 65 años de amor al arte / Foto: León Alvarado | El Sol de Durango

El duranguense Guillermo Ceniceros se ha inspirado en su devenir como artista en la poesía para poner títulos a sus cuadros, los paisajes de los cerros de Monterrey son parte intrínseca de su inspiración, allá cursó sus estudios de diseño industrial a finales de los años 50.

Guillermo Ceniceros, 65 años de amor al arte / Foto: León Alvarado | El Sol de Durango

Fue colaborador cercano de David Alfaro Siqueiros, el gran muralista cuya defunción cumplió exactamente 50 años en este enero de 2024, y cuyo legado, sigue estando presente en el patrimonio artístico nacional. Los murales, la práctica creativa de intervención en grandes formatos es un signo de soberanía absoluta en la vida de un pintor, en Durango hay una tradición estética que se manifiesta en muchos artistas a través del mural y de la figuración, los sueños también constituyen una esencia de lo duranguense. De hecho los hermanos Revueltas dieron un claro ejemplo de que la utopía, el soñar despiertos por medio de la música, el dibujo y la novela, favorece el arte y su aportación para una sociedad mejor.


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En la exposición del Palacio de Minería, el artista invocó a los grandes maestros de la pintura, Picasso, Da Vinci, Van Gogh, Modigliani, también los mexicanos universales, Diego Rivera, Tamayo, y tantos otros que forman parte de una constelación de pintores capaces de crear una identidad nacional y enraizar el arte a la vida de un país. Guillermo Ceniceros, sabedor de la alquimia poética de todo cromatismo, inventarió alrededor de 200 piezas de su propio arte para ofrecer a la ciudadanía un brindis de experiencias, sensaciones y estructuras, el lenguaje de un mundo que concentra en su laberinto de imágenes la perfección del movimiento y la profundidad de todo espacio. Nada queda lejos en su pintura, y lo pasado se vuelve actual, en cada brillo y destello de la luz auroral de sus pinturas.

Guillermo Ceniceros, 65 años de amor al arte / Foto: León Alvarado | El Sol de Durango

La gran apertura de Guillermo Ceniceros ha sido una lección magistral, donde lo abstracto y lo figurativo, lo sólido y lo líquido, el amor y la muerte, el cielo y la tierra, lo clásico y lo tardío se combinan y desplazan a través de sus obras. En la historia del arte mexicano se habló siempre de la escuela muralista y de la generación de la ruptura, en una línea del tiempo que parece que se difumina entre las nuevas aportaciones del hiperrealismo y los medios digitales de las tecnologías avanzadas. El pintor duranguense, que comparte vida y dedicación junto a su compañera pintora Esther González, demostró que lo artístico sobrevive en cualquiera de las perspectivas, con su exposición de 65 años dedicados al arte, nuevas generaciones de artistas mexicanos podrán inspirarse en las posibilidades inauditas de un pincel, en los títulos poéticos y en el sentido profundamente democrático de su pintura, donde el color de las formas en movimiento evocan la eternidad necesaria del aire y de la luz.

Guillermo Ceniceros, 65 años de amor al arte / Foto: León Alvarado | El Sol de Durango

Con el final de la exposición de Guillermo Ceniceros en el Palacio de Minería, las pinturas, grabados, dibujos, esculturas y objetos de su firma personal han consumado el equilibrio de la belleza en todas las invocaciones.

Guillermo Ceniceros, 65 años de amor al arte / Foto: León Alvarado | El Sol de Durango

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