/ lunes 15 de febrero de 2021

50 años de matrimonio, el arte de vivir en pareja

Esta es la historia de una pareja que a lo largo de su vida han enfrentado múltiples obstáculos, lo cual los ayudó a forjar un legado de amor y complicidad que inspira a todos a su alrededor

¿Crees en el amor a primera vista? La historia que estás a punto de leer es una de esas que se escribe con amor, esperanza y sacrificio, la vida de dos personas que desde el primer momento en que cruzaron sus miradas supieron que eran el uno para el otro.

Con 51 años de matrimonio, Juanita Ortíz y José Luis Vieyra se han convertido en un ejemplo de vida no solo para su familia sino también para sus amigos e incluso para su comunidad, y es que su historia está llena de matices y contrastes, quienes a pesar de cualquier obstáculo supieron cómo sobreponerse y aseguran haber encontrado el secreto para que su matrimonio perdure en la eternidad.

Foto: Cortesía | Familia Vieyra Ortíz

¿Cómo se conocieron?

Su historia comenzó a escribirse en un pequeño pueblito de México llamado Acámbaro (actualmente ciudad), ubicado en el estado de Guanajuato, en la época en la que el rock and roll era la sensación, fue ahí cuando dos jóvenes de 15 y 17 años disfrutaban de la vida sin saber que su destino estaría a punto de cambiar para siempre.

Y es que por azares del destino un apuesto joven de nombre José Luis Vieyra, a quien apodaban “El gallo giro” haciendo alusión al actor mexicano Luis Aguilar, quedó flechado de una dama de belleza sin igual y con un corazón puro, Juanita Ortíz.

Él trabajaba en una tienda de abarrotes ubicada en la calle Hidalgo en pleno centro de Acámbaro y fue justamente un jueves cuando todo cambió. Se encontraba sentado en uno de los columpios ubicados en la plaza mientras esperaba a sus amigos cuando tres jovencitas llegaron a su lado y tras unos minutos comenzaron a conversar con él.

Al cabo de un rato se dio cuenta de que sus amigos no iban a llegar así que se despidió y se fue. Pero como los días jueves eran su descanso el joven aprovechaba para pasear en su bicicleta por la plaza, lugar en el que volvió a encontrarse con las tres mujeres con quienes entabló una amistad.

Foto: Cortesía | Familia Vieyra Ortíz

Hasta que justamente el tercer jueves una de las tres jovencitas llevó a su hermana, Juanita Ortíz, y cuando ambos se vieron el tiempo se detuvo, “desde que la vi pensé en la torre, porque me impactó su belleza, su presencia, su forma de ser”, narra José a la par que reconoce que en ese instante supo que era la mujer con quien quería compartir su vida.

Aunque Juanita también quedó flechada no lo quiso reconocer de inmediato e incluso negaba que el joven le llamara la atención. “Al principio yo le caía gordo, porque decía que era muy creído”, narra José entre risas.

Foto: Cortesía | Familia | Vieyra Ortíz

Con el paso del tiempo lograron ser amigos, cuando finalmente él se animó y le pidió que fuera su novia, a lo que ella feliz accedió. Desde que comenzaron su relación ambos coincidieron en querer casarse y formar una familia; “yo venía de una familia fragmentada, así que no quería repetir esos patrones, porque lo que yo quería era romper con ese círculo”, dice José Luis.

Finalmente en 1969 ambos unieron sus vidas en sagrado matrimonio, sin embargo durante sus primeros años de casados no todo fue fácil ya que tuvieron que superar problemas económicos y personales, “ella fue quien nos sacó adelante, fue la más fuerte en la relación, hizo muchos sacrificios por nosotros, lo cual la acercó a Dios y poco a poco fue fortaleciendo su fe, algo que nos ayudó a estar unidos y a mí me impulsó a querer ser mejor para ella'', puntualiza José Luis.

Foto: Cortesía | Familia Vieyra Ortíz

Amor, sueños y familia

En 1970 nació su primogénita Laura, una noticia que llenó de alegría su hogar, dos años más tarde tuvieron a su segundo hijo: Gabriel, posteriormente llegó a sus vida su hijo Alejandro y finalmente el más pequeñito de la familia Vieyra Ortíz, Jorge.

“Ella siempre quiso tener muchos hijos, le encantaban los niños y sus hijos eran su mayor tesoro”, destaca su esposo.


Así, el matrimonio se esforzó por educar a sus hijos con amor, cariño y fe. Pero justamente en Acámbaro la paga de los trabajos ya no era suficiente para la familia por lo que decidieron mudarse a diferentes pueblos en Guanajuato para obtener algo mejor, finalmente la vida los llevaría a asentarse en Zacatecas.

La pareja se mantenía más unida que nunca, su complicidad y el apoyo mutuo fue sin duda la clave para que pudieran superar los obstáculos que se les presentaron a lo largo de su travesía en la búsqueda de una vida mejor.

Pero de nueva cuenta la vida les tenía preparada otra sorpresa, y es que José Luis tuvo que mudarse a Estados Unidos en busca de una mejor calidad de vida, situación que sin duda puso a prueba al matrimonio. Sin embargo después de algún tiempo Juanita decidió mudarse junto a su esposo al país vecino.

Fue ahí donde de nueva cuenta la pareja logró superar momentos muy difíciles en su vida y además comenzaron a convertirse en un ejemplo para otras personas y matrimonios en su comunidad.

Fue así que Juanita y José Luis Vieyra comenzaron a ganarse el cariño de las personas con las que se relacionaban, pues emanaba amor, paz, complicidad, pero en especial transparencia ya que su confianza era tan real que no tenían miedo al expresarse sus sentimientos, un amor en libertad.

50 años de amor y complicidad

En el año de 2019 la pareja cumplió 50 años de matrimonio, una celebración que también es conocida como las “bodas de oro”, a la cual asistieron sus hijos, nietos y bisnietos, además de sus familiares y amigos.

Su celebración estuvo envuelta de una atmósfera de felicidad, rodeados de todas las personas que los aman refrendaron sus votos al comprometerse como hace 50 años a amarse, respetarse y honrarse cada día de su vida.

Actualmente tienen 13 nietos y tres bisnietos a los cuales han cuidado, criado y sobre todo consentido muchísimo, quienes los aman con todo su corazón y admiran el legado de amor que han construido.

Foto: Cortesía | Familia Vieyra Ortíz

La pareja coincide en que la clave para que una relación perdure durante muchos años es principalmente el amor, el respeto, la honestidad y el siempre estar dispuestos a trabajar y ayudar al otro a mejorar.

“Después de celebrar nuestro 50 aniversario de amor, con altas y bajas pero siempre unidos, agradezco a Dios que la puso en mi camino, serás el amor de mi vida hasta la eternidad”, concluye José Luis.

Foto: Cortesía | Familia Vieyra Ortíz

¿Crees en el amor a primera vista? La historia que estás a punto de leer es una de esas que se escribe con amor, esperanza y sacrificio, la vida de dos personas que desde el primer momento en que cruzaron sus miradas supieron que eran el uno para el otro.

Con 51 años de matrimonio, Juanita Ortíz y José Luis Vieyra se han convertido en un ejemplo de vida no solo para su familia sino también para sus amigos e incluso para su comunidad, y es que su historia está llena de matices y contrastes, quienes a pesar de cualquier obstáculo supieron cómo sobreponerse y aseguran haber encontrado el secreto para que su matrimonio perdure en la eternidad.

Foto: Cortesía | Familia Vieyra Ortíz

¿Cómo se conocieron?

Su historia comenzó a escribirse en un pequeño pueblito de México llamado Acámbaro (actualmente ciudad), ubicado en el estado de Guanajuato, en la época en la que el rock and roll era la sensación, fue ahí cuando dos jóvenes de 15 y 17 años disfrutaban de la vida sin saber que su destino estaría a punto de cambiar para siempre.

Y es que por azares del destino un apuesto joven de nombre José Luis Vieyra, a quien apodaban “El gallo giro” haciendo alusión al actor mexicano Luis Aguilar, quedó flechado de una dama de belleza sin igual y con un corazón puro, Juanita Ortíz.

Él trabajaba en una tienda de abarrotes ubicada en la calle Hidalgo en pleno centro de Acámbaro y fue justamente un jueves cuando todo cambió. Se encontraba sentado en uno de los columpios ubicados en la plaza mientras esperaba a sus amigos cuando tres jovencitas llegaron a su lado y tras unos minutos comenzaron a conversar con él.

Al cabo de un rato se dio cuenta de que sus amigos no iban a llegar así que se despidió y se fue. Pero como los días jueves eran su descanso el joven aprovechaba para pasear en su bicicleta por la plaza, lugar en el que volvió a encontrarse con las tres mujeres con quienes entabló una amistad.

Foto: Cortesía | Familia Vieyra Ortíz

Hasta que justamente el tercer jueves una de las tres jovencitas llevó a su hermana, Juanita Ortíz, y cuando ambos se vieron el tiempo se detuvo, “desde que la vi pensé en la torre, porque me impactó su belleza, su presencia, su forma de ser”, narra José a la par que reconoce que en ese instante supo que era la mujer con quien quería compartir su vida.

Aunque Juanita también quedó flechada no lo quiso reconocer de inmediato e incluso negaba que el joven le llamara la atención. “Al principio yo le caía gordo, porque decía que era muy creído”, narra José entre risas.

Foto: Cortesía | Familia | Vieyra Ortíz

Con el paso del tiempo lograron ser amigos, cuando finalmente él se animó y le pidió que fuera su novia, a lo que ella feliz accedió. Desde que comenzaron su relación ambos coincidieron en querer casarse y formar una familia; “yo venía de una familia fragmentada, así que no quería repetir esos patrones, porque lo que yo quería era romper con ese círculo”, dice José Luis.

Finalmente en 1969 ambos unieron sus vidas en sagrado matrimonio, sin embargo durante sus primeros años de casados no todo fue fácil ya que tuvieron que superar problemas económicos y personales, “ella fue quien nos sacó adelante, fue la más fuerte en la relación, hizo muchos sacrificios por nosotros, lo cual la acercó a Dios y poco a poco fue fortaleciendo su fe, algo que nos ayudó a estar unidos y a mí me impulsó a querer ser mejor para ella'', puntualiza José Luis.

Foto: Cortesía | Familia Vieyra Ortíz

Amor, sueños y familia

En 1970 nació su primogénita Laura, una noticia que llenó de alegría su hogar, dos años más tarde tuvieron a su segundo hijo: Gabriel, posteriormente llegó a sus vida su hijo Alejandro y finalmente el más pequeñito de la familia Vieyra Ortíz, Jorge.

“Ella siempre quiso tener muchos hijos, le encantaban los niños y sus hijos eran su mayor tesoro”, destaca su esposo.


Así, el matrimonio se esforzó por educar a sus hijos con amor, cariño y fe. Pero justamente en Acámbaro la paga de los trabajos ya no era suficiente para la familia por lo que decidieron mudarse a diferentes pueblos en Guanajuato para obtener algo mejor, finalmente la vida los llevaría a asentarse en Zacatecas.

La pareja se mantenía más unida que nunca, su complicidad y el apoyo mutuo fue sin duda la clave para que pudieran superar los obstáculos que se les presentaron a lo largo de su travesía en la búsqueda de una vida mejor.

Pero de nueva cuenta la vida les tenía preparada otra sorpresa, y es que José Luis tuvo que mudarse a Estados Unidos en busca de una mejor calidad de vida, situación que sin duda puso a prueba al matrimonio. Sin embargo después de algún tiempo Juanita decidió mudarse junto a su esposo al país vecino.

Fue ahí donde de nueva cuenta la pareja logró superar momentos muy difíciles en su vida y además comenzaron a convertirse en un ejemplo para otras personas y matrimonios en su comunidad.

Fue así que Juanita y José Luis Vieyra comenzaron a ganarse el cariño de las personas con las que se relacionaban, pues emanaba amor, paz, complicidad, pero en especial transparencia ya que su confianza era tan real que no tenían miedo al expresarse sus sentimientos, un amor en libertad.

50 años de amor y complicidad

En el año de 2019 la pareja cumplió 50 años de matrimonio, una celebración que también es conocida como las “bodas de oro”, a la cual asistieron sus hijos, nietos y bisnietos, además de sus familiares y amigos.

Su celebración estuvo envuelta de una atmósfera de felicidad, rodeados de todas las personas que los aman refrendaron sus votos al comprometerse como hace 50 años a amarse, respetarse y honrarse cada día de su vida.

Actualmente tienen 13 nietos y tres bisnietos a los cuales han cuidado, criado y sobre todo consentido muchísimo, quienes los aman con todo su corazón y admiran el legado de amor que han construido.

Foto: Cortesía | Familia Vieyra Ortíz

La pareja coincide en que la clave para que una relación perdure durante muchos años es principalmente el amor, el respeto, la honestidad y el siempre estar dispuestos a trabajar y ayudar al otro a mejorar.

“Después de celebrar nuestro 50 aniversario de amor, con altas y bajas pero siempre unidos, agradezco a Dios que la puso en mi camino, serás el amor de mi vida hasta la eternidad”, concluye José Luis.

Foto: Cortesía | Familia Vieyra Ortíz

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