Antonio Rodríguez Sosa, candidato del Partido Duranguense a la Presidencia Municipal de Durango, cifra sus propuestas de trabajo en tres ejes principales: seguridad, vivienda y boato.
En seguridad, moralizar a la policía, convertirlos en reales protectores de la sociedad, que el Simmon funcione, que estén compenetrados de su tarea tan noble pero tan desprestigiada; más policías, mejores policías, más entrega a su tarea.
En cuanto al ramo de viviendas, es vital que el municipio tenga reservas territoriales para evitar las invasiones.
Hay terrenos suficientes en la periferia, incluso dentro de la ciudad; comprarlos, legalizarlos y urbanizarlos.
Con esto y sus recursos, el municipio puede ampliar su programa de vivienda digna para aquellos que no tienen este beneficio por los sistemas tradicionales.
Boato: que ni el presidente y ningún edil busquen o acepten medallas o premios vanidosos.
Ser presidente de 400 o más ayuntamientos en el país no le genera al municipio de Durango ninguna ventaja y sí desventajas.
Esa Presidencia es sólo un estímulo al ego del Presidente municipal y lejos de traer beneficios, representa gastos por la duda fundada de que esa Presidencia se compra o si no cuando menos los gastos que se hacen en su ejercicio a costa del erario.
La entrevista se realiza en un restaurante del centro y está presente la guapa dirigente municipal del partido, Verónica Castro, quien de vez en cuando participa brevemente, por ejemplo, cuando le preguntamos al candidato ¿conservarán el registro?
¡Eso, seguro!, dice Vero y de paso señala algunos municipios, en donde con realismo cree que pueden ganar Mapimí, Tlahualilo, Simón Bolívar y San Juan del Río.
Los candidatos y militantes no son comprados sólo son estimulados con la ideología del partido, incluso hay candidatos a los que hay que frenar con los gastos porque quieren aportarlos excesivamente de su bolsillo.
Hay que cuidarlos, dice la presidenta, de no rebasar el tope de campaña, no sea que lo ganado en las urnas se pierda en la mesa.
Antonio Rodríguez Sosa, es originario de esta ciudad, licenciado en Derecho por la Fader de la UJED y ha adquirido fama recientemente como experto en derecho electoral.
No tiene especialidad, es la práctica lo que lo ha hecho ganar algunos casos, entre ellos, lograr que el Tribunal Federal Electoral ordene al Congreso del Estado aplicar una sanción al presidente José Ramón Enríquez por usar recursos municipales en su promoción personal.
Cierto que el Congreso medrosamente viene alargando el tema, al parecer por no entrar en conflicto con el presidente candidato del MC, pero si los legisladores no han considerado que se aplicara una suspensión de 4 meses, lo inhabilitarían de presidente, de candidato y por ende a sus aspiraciones del gobierno.
Asegura Antonio Rodríguez que su campaña es austera pero efectiva, trae algunas brigadas de jóvenes entusiastas que creen en él, apenas compensados y que van a los domicilios a presentar su oferta sin dádivas, por lo que está convencido de que cada voto que obtenga es ideológico y es de gente que quiere verlo en la Presidencia.
Censura la pose del presidente José Ramón Enríquez al pedir licencia y dejar a modo a un interino.
¿Carlos Segovia?, pregunta el reportero.
Sí… ¡pobre muchacho!
Y dice, que no se explica su deseo de participar en política si como empresario tiene altos ingresos.
Y al margen del interinato puede hacer política en un partido de poca presencia, como es Movimiento Ciudadano, aunque como Presidente municipal duda que José Ramón Enríquez lo deje actuar.
Remata el candidato, busca votos, de preferencia de calidad, y aunque las elecciones se ganan con cantidad, quiere votos convencidos.
Circunstancialmente llegó al restaurante el candidato independiente Joaquín Gardeazábal.
Fueron presentados, se saludaron, intercambiaron teléfonos y se desearon mutuamente suerte.
Los dos la van a necesitar.