Entre un 30 y un 40 por ciento se incrementa la presencia de niños en cruceros y zonas comerciales de la ciudad de Durango, derivado de la temporada decembrina, informó el director del DIF Municipal, Efraín de los Ríos Díaz, quien señaló que esta dinámica es muy común sobre todo cuando hay una mayor afluencia en la actividad económica, como las fechas importantes, el pago de quincenas o los puentes.
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Aclaró que al momento no se han detectado niños viviendo en situación de calle, sin embargo sí hay familias que se trasladan con ellos a la vía pública para pedir limosna o vender algún alimento sobre todo en las zonas donde se observa mucho comercio.
Explicó que para ello se realizó un operativo durante El Buen Fin, lo mismo que durante la temporada decembrina, esto con el propósito de detectar esos casos en donde se les hace un llamado a los papás para retirarlos de las calles.
Sin embargo esto no siempre inhibe este tipo de prácticas, pues cerca de un 35 por ciento de los padres regresan a las calles para ofertar algún producto o simplemente solicitar la dádiva por medio de las niñas o niños.
Se trata en mayoría son personas de la comunidad indígena, que van de paso hacia Canatlán y otros municipios a la pisca, pues es la temporada en la que comienzan a levantarse las cosechas.
En lo que va del año, en la capital del estado, cerca de 90 niñas y niños han sido retirados de un trabajo que realizaban en la calle, de ahí que incluso se dio a conocer que se firmará un convenio con la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) del estado, con el objetivo de que el personal del DIF Municipal pueda ingresar a los establecimientos privados para detectar menores de edad trabajando.
“Nosotros siempre hacemos operativos en la vía pública, pero no podemos ingresar a negocios, entonces ya con este convenio, junto con la Secretaría del Trabajo, vamos a poder ingresar para checar que no haya trabajo infantil”, comentó el funcionario municipal.
Detalló que muchos de estos niños ya los ubican, y aconsejados por sus padres, se esconden dentro de los establecimientos para evitar ser detectados por la autoridad, ante el temor de ser llevados a otro lugar o ser alejados de sus padres.
