El hecho de haber mantenido un subsidio para tratar de controlar el precio de las gasolinas, y con ello mantener la promesa realizada por el actual Presidente de la República, ya no pudo sostenerse, por lo que fue necesario eliminar el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), y con ello actualmente los mexicanos deben pagar cerca de 27 pesos el litro para productos como la gasolina Premium y el diesel, informó el empresario, Jaime Mijares Salum.
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Destacó que aunado al escenario local, el precio de la gasolina se rige por un mercado internacional, y ante las restricciones que existen en la frontera para la entrada de otros competidores, han derivado en una oferta que es dominada por Petróleos Mexicanos (Pemex) en más del 80 por ciento, por lo que también impacta de manera negativa en los precios.
Explicó que la inseguridad y el robo de combustible que se ha presentado de manera constante en esta administración, también determinan el costo final de los combustibles, y que finalmente es el que se le presenta al consumidor.
“La inflación y el tipo de cambio es otro factor importante que va a repercutir”, aseguró Mijares Salum, quien recordó que el tipo de cambio se da en función de la confianza que tenga la comunidad internacional y aquellos con inversión en México, ante las decisiones políticas y en materia económica que se tenga.
“Esto va a generar inestabilidad en el tipo de cambio, lo que va a pegar directamente en el precio de los combustibles”, dijo, por lo que no descarta la posibilidad de que las gasolinas lleguen a tener costos de hasta 28 o 29 pesos al cierre de este año.
Confían en que con la llegada de la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo, y los mensajes de confianza al sector productivo y de inversiones que tengan ella y su equipo de trabajo, se pueda alcanzar una estabilidad primero en la inflación, después en el tipo de cambio y finalmente en los combustibles.
Aunque también deberá abrirse la frontera a la entrada de productos que oferten mejores precios, y reforzar el combate al huachicol, pues no hay garantía del respeto al Estado de Derecho, y el transporte con combustible llega a ser interceptado por grupos criminales, lo que finalmente encarece el producto.