Desde la infancia, cada año su madre lo postraba ante la figura milagrosa de San Jorge Bendito, hoy a sus 76 años de edad, Jesús Hernández Tovar, continúa esta tradición, pero no solamente por costumbre, sino porque el patrono de Durango le ha salvado la vida en más de una ocasión.
Vecino de la calle Regato de esta ciudad, don Jesús nació el 3 de enero de 1945 y afirma que desde niño su progenitora lo presentó ante San Jorge religiosamente cada año con el fin de protegerlo de los animales, sobre todo de los alacranes.
Narra que entonces sí había alacranes por todos lados, “hoy ya no hay como aquel entonces”.
Y es que, entre las labores de su oficia está el manejo de escombro y otros materiales en un remolque, en estos andares, ha sido picado dos veces por el arácnido, empero, afirma ufano que “no me han hecho”.
Sostiene que al visitar a San Jorge se conjura todo riesgo de padecer algún daño por ataque de animales.
En otra de sus vivencias, al realizar desde el campo algunos viajes de tlazole a esta ciudad, incidentalmente se trajo una víbora de cascabel, que al llegar a destino salió y se introdujo en un jardín, donde duró todo el domingo y el lunes, el martes por la mañana salió. Afirma don José que el reptil buscaba regresar a las cañas secas que estaban ya dentro de la casa por considerarlas su guarida o su escondrijo. Jamás pudo entrar el animal a la vivienda.
Explica que como parte de la fe, realiza un rito a partir de las flores ya secas que se ofrecen en Catedral a la figura de San Jorge. Detalla que muele los vegetales como si fueran orégano, para luego esparcirlas en las puertas, lo cual impide el acceso de cualquier alimaña.
Esta costumbre de moler los restos de los vegetales, asegura, no solamente es efectiva en las viviendas, pues asegura que también funciona en las milpas. Su amigo campesino recoge usualmente los ramos de flores que como desecho quedan al final de la jornada en el atrio de Catedral, para luego hacer lo propio, regando el polvo alrededor de su labor, que queda libre de bichos, víboras y demás animales.
Hernández Tovar lamenta que por la pandemia, hoy la romería a San Jorge en Catedral, no es la misma, pues no hay mucha gente ofreciendo su velas y llevando sus ramos de flores, pero confía que pasado este trago amargo que trajo consigo la Covid19, Dios mediante, el próximo año todo vuelva a la normalidad.