La reciente reforma laboral no tendrá efecto, será letra muerta si las autoridades federales no le destinan recursos para su aplicación, para este 2019 no hubo presupuesto. Se necesitará de cuando menos nueva infraestructura para los juzgados laborales, contrataciones de personal administrativo y de los jueces, así como la propia capacitación, declaró el secretario del Trabajo en el Estado, Israel Soto Peña, quien reconoció que es un avance en materia democrática, transparencia y rendición de cuentas de los sindicatos.
Consideró que la reforma sin lugar a dudas será para bien, y recordó que por muchos años se vivió en México de un sindicalismo de cúpula, en donde se perpetuaban los líderes, así como los estatutos sólo beneficiaban a los líderes y no a la base trabajadora, por lo que hacer estos cambios permitirá tener sindicatos transparentes y fortalecidos y cercanos a los agremiados
Esta reforma a favor de los sindicatos también traerá mayor productividad y bienestar para la clase trabajadora.
Con respecto al tema de la justicia laboral, afirmó que es un tema pendiente en donde la justicia laboral se fue relegando, por lo que hoy tenemos unas Juntas de Conciliación y Arbitraje con grandes cargas de trabajo y pocos funcionarios, lo que provoca que haya juicios laborales muy largos y desgastantes para las partes.
Declaró que para que esta reforma pueda funcionar se requiere de mucho dinero, esta reforma va costar mucho en virtud de que modifica de manera sustancial los sindicatos y genera muchas obligaciones para las nuevos organismos, como es el caso de los centros de conciliación laboral para atender los juicios entre particulares; la creación de una comisión nacional autónoma para el registro de Contratos Colectivos de Trabajo, y conflictos entre sindicatos y patrones.
Vamos a tener los Tribunales Laborales que sustituirán a las Juntas de Conciliación y Arbitraje, las cuales estarán funcionando a la par de estos mientras que concluyan los juicios que tienen pendientes de resolver.
Sin lugar a dudas que vamos a requerir de presupuestos más abultados, de recursos especialmente para la justicia laboral, de no tener ese dinero seguramente las reformas que se hicieron o las que se puedan hacer estarán solamente plasmadas en los códigos, pero será “letra muerta”, finalizó.