CANATLÁN, Dgo. (OEM).- A poco menos de un año de haberse desbordado el río La Sauceda y afectado a vecinos de la colonia Ejidal en Canatlán, Durango, existe la incertidumbre que pueda repetirse el hecho, ante el derrumbamiento del bordo que los protege.
Así lo externó Carlos Rodríguez Coronel, vecino del citado asentamiento y presidente de los elaboradores de ladrillo de dicho lugar, quien puntualizó que se han presentado derrumbes en el bordo que se levanta en la parte norte del río, en el lugar por donde hace un año se dio la salida de las aguas, cuando se presentó la creciente del río.
Explicó que personal de la Presidencia Municipal se lleva grava del lugar, lo que ocasiona que haya menos resistencia a la fuerza del agua que lleva el río, un espacio que los ladrilleros reforzaron luego de la inundación que les afectó su centro de trabajo en septiembre pasado.
"Las autoridades deben regular la extracción del material para construcción o rehabilitación de calles o caminos, buscando mantener de manera preferencial los espacios de seguridad para los habitantes de las colonias ubicadas en la ribera del río", mencionó.
El pasado 15 de septiembre se informó en este medio de comunicación sobre el desbordamiento de las aguas del canal de riego de la unidad de riego Caboraca, que atraviesa la parte sur de Canatlán, a lo largo de colonias como La Progresista. Suma de Voluntades, Valenzuela, Once de Julio y Ejidal.
En dichos conjuntos habitacionales se tuvo salida de agua, que llegaron hasta el interior de viviendas, sitios en los cuales personal del gobierno municipal, encabezado por socorristas de Protección Civil, apoyaron a personas para desalojar muebles.
Pero también se registró el desbordamiento de aguas del río La Sauceda, que afectó de manera directa a los propietarios de los obradores ubicados a escasos metros de la corriente, lo que dañó el espacio donde se elaboran ladrillos.