El Plan Estratégico 2050, propone la renovación de un proyecto realizado durante el año 2003 y revisado en el 2007; pese a que todavía no es un instrumento de ley, dicho plan se construyó con los ciudadanos que han decidido participar y darle certidumbre a la ciudad de Durango, y que desde entonces ha sufrido muchas modificaciones para atender los retos actuales, informó Jorge Ortega González, director general de la Asociación Nacional de Ciudades Mexicanas Patrimonio Mundial.
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A diferencia del primer plan pensado y diseñado en el año de 1997, hoy se plantea situaciones como la desocupación del Centro Histórico; las nuevas vocaciones, además del turismo; así como la construcción de un modelo de Durango más incluyente, innovador y sostenible, “pues estamos frente a retos que tienen que ver con el cambio climático, tenemos que ir percibiendo cuáles son las formas de gobernanza”, dijo.
El especialista explicó que sin importar si se tiene una visión a 25 años, es necesario que los ciudadanos vean qué es lo que se puede lograr de aquí al 2050 y con ello dejar lo que se conoce como “rastro de migajas”, es decir, pequeños proyectos que dan certidumbre a la visión de lo que se tiene proyectado para ese futuro.
En el caso de vivienda por ejemplo, la intención es adicional al programa que ya se tiene de Desarrollo Urbano, el tema de las nuevas vocaciones en el Centro Histórico. Aseguró que los ciudadanos en Durango tienen un buen nivel de vida debido al tamaño, las dimensiones y la extensión territorial del municipio.
Explicó que de manera preventiva, se debe trabajar en la redensificación de la ciudad y del propio municipio pero hacia adentro, “ocupar esa parte del Centro Histórico donde es un área de oportunidad”, ello para evitar que suceda lo que ya pasa con otras ciudades similares.
“Todos hemos escuchado de las ciudades de los cinco, de los 10 y de los 15 minutos; porque no se trata de otra cosa más que de los tiempos que hacen las personas a pie, en bicicleta, con movilidades sostenibles dentro de la propia ciudad”, dijo Jorge Ortega González, quien hizo hincapié en que los duranguenses aún pueden cruzar la ciudad en 15 minutos.
Bondades que dijo son tangibles y físicamente comprobables que inciden en la calidad de vida de las personas, de ahí que aquello que permite que la calidad de vida sea continua, debe ser protegido, mientras se gestionan otros atractivos que tienen que ver con el futuro pero a través de la redensificación de la ciudad.