El tamal (del náhuatl tamalli, que significa envuelto) es un nombre genérico dado a varios platos americanos de origen indígena preparado generalmente con masa de maíz cocida envuelta en hojas de la mazorca o de la misma planta de maíz, plátano, bijao, maguey, aguacate o incluso papel aluminio o plástico.
El origen del tamal ha sido disputado por varios países de América, sin embargo, no se han obtenido pruebas suficientes para atribuirlo a alguna cultura o país en particular. Diversas variedades de tamales han sido desarrolladas en casi todos los países del continente americano, especialmente en México, Perú, Argentina, Chile, Bolivia, los países de Centroamérica, y otros países de América donde el maíz tiene preponderancia en la dieta.
En ningún país existe tanta diversidad de tamales como en México. Cada región y estado tiene ciertos tipos de tamales, tantos que su variedad se calcula entre 500 y 5,000 en todo el país.
En todos los estados norteños hacen tamales con cierta similitud: en hoja de mazorca y con salsa de chiles secos con carne deshebrada.
Tamales rojos con carne de cerdo y chile puya, característicos como la masa untada en la hoja de la mazorca que los envuelve. También hay otros tamales más pequeños en forma de bola, de contenido similar.
Otro tamal, suculento son almendras, piñones, pasitas y biznaga, y en Tamazula hacen un tamal de puerco con verduras.
¿Ahora se imaginan tener todos los tamales y los atoles de las abuelitas duranguenses en un solo lugar?
Esto fue posible ya que los empresarios de Durango, por primera vez en la historia de la capital, tomaron la decisión de reunir a más de 50 expositores de estos antojitos mexicanos en un festival dedicado a este típico.
El festival del tamal se saboreo de varias formas y diferentes modos dependiendo la región, es un evento que dejó satisfechos y bien alimentados a muchos.
Y es que en la temporada de las fiestas decembrinas, pocas cosas se antojan como un buen tamal.