Las maestras, también heroínas de la pandemia
Las maestras, junto con las enfermeras fueron punta de lanza en los avance de las mujeres y también, ambas heroínas de la pandemia. Cada año honro a las maestras a través de mi abuela Josefita Camargo, maestra de la nueva escuela rural mexicana.
El pasado sábado se conmemoró el “Día del maestro y la maestra” que fue acordado por el presidente Venustiano Carranza en 1917, lo decreto como “Día del maestro”, claro actualmente y dada la pertinencia del lenguaje incluyente y de que, al menos en educación básica, la mayoría son mujeres, lo consideramos día de la maestra también.
Es importante destacar que las y los docentes fueron también afectados por la pandemia por Covid 19; tuvieron que transitar de impartir clases presenciales a hacerlo a distancia; de forma súbita y sin capacitación previa tuvieron que compartir pantalla, ver si están alumnas y alumnos conectados, activar y desactivar micrófono y contestar el chat, que, aunque suena sencillo no lo es, esto aunado a que tuvieron que convertir sus propios hogares en salones de clase.
Otro punto a considerar es que, como usted recordará, las mujeres somos más pobres, por diversas circunstancias que serían tema de otra colaboración; pero mientras tanto le diré que otro problema en que se encuentran las maestras es la brecha de desigualdad, menos acceso a las tecnologías de la información (TI´s).
Las maestras, junto con las enfermeras, fueron punta de lanza en avance de mujeres y también, ambas heroínas de la pandemia, ya que en estos 14 meses han realizado verdaderos actos de sacrificio para lograr los objetivos de su labor como profesionales de su área.
De acuerdo a los datos de INEGI en México hay 1.187778 maestros, de los cuales el 71% son mujeres.
Cada año honro a las maestras a través de mi abuela Josefita Camargo, una maestral de la nueva escuela rural mexicana, ella junto con mi madre María de Jesús Camargo fueron mis maestras de vida.
Pero Josefita Camargo también fue una profesora destacada, como todas las maestras y maestros que fundaron la escuela rural mexicana, desempeño tareas similares a las de los antiguos misioneros, cada una cada uno atendía un grupo, y en ocasiones más de uno, a alumnas y alumnos que cursaban el primero, segundo y tercer grado de lo que se conoció como instrucción primaria elemental.
La nueva escuela rural mexicana estuvo presente en el país de 1920 a 1945 se consideraba como la Casa del Pueblo: La escuela en la comunidad y la comunidad en la escuela.
