Las facilidades de algunas universidades han hecho que el número de doctores en diversas especialidades sea cada vez mayor, sin embargo, hay que reconocer que los doctores no se reflejan ni en la cantidad ni en la calidad de los investigadores.
La Facultad de Derecho de la Universidad Juárez tal parece se ha dedicado a producir licenciados en la rama en cantidad pero no en calidad, porque cabría preguntarse, ¿en dónde están los litigantes jóvenes?
La carrera de Ciencias Políticas que también se cursa en la Fader no tiene las oportunidades que se merece como también es preciso avizorar ya que los licenciados en Derecho tengan un tronco común en leyes pero que dispongan de alguna especialidad (laboral, civil, penal, etc.), tal es la opinión del doctor en derecho, Rafael Mier Mier, director electo de la FaderyCipol, quien en la entrevista avizora algunos de los talleres que piensa emprender tan pronto como asuma su encargo.
La Fader da a la sociedad cada año cientos de licenciados en Derecho, pero éstos no tienen un campo dónde desenvolverse porque a su teoría le falta la práctica.
Es cierto que el programa de estudios contempla la participación de éstos en algunas dependencias y empresas, pero a decir verdad, no son bien vistos o no son bien apoyados ya que prácticamente se dedican a llevar mensajes y traer las tortas.
Es cierto que los campos de la abogacía son difíciles cada día pero también es cierto que el muchacho no sale preparado para enfrentarlos y de hecho no lleva en la mira litigar, que también cada día es más difícil, sin ocupar un puesto burocrático aunque con esto frustre sus ambiciones.
Los licenciados en Ciencias Políticas prácticamente no tienen campo dónde actuar, cuando debieran ser los preferidos para los cargos populares, para los cargos públicos, ser los que laboren y corrijan discursos de los políticos, los que delineen estrategias de campaña, los que asesoren a los candidatos.
Todo esto no se da porque no existe esa cultura, porque el político es pragmático, porque las ciencias políticas no están en su currículum pero es tiempo ya de abrir estos campos para los jóvenes que buscan en la carrera un espacio a su vocación y a sus ambiciones.
Rafael Mier Mier es licenciado en Derecho y doctor en la rama por la Fader.
Durante mucho tiempo litigó en uno de los despachos más prestigiados de la ciudad, en el de Alfredo Bracho.
De ahí fue llamado para dirigir el bufete jurídico de la Fader en donde estaba cuando se le nombró secretario académico.
Más tarde ocupó el cargo de abogado general de la Universidad y durante 6 meses la Secretaría General de la institución.
Ganó las elecciones para director de la Facultad en una forma aplastante, con un alto porcentaje ponderado entre maestros, alumnos y trabajadores administrativos.
Todo esto, dice en la entrevista, lo siente como un gran compromiso para desempeñarse en este cargo al que aspiraba desde estudiante.
Dice que los huecos que observa en la Facultad no son fáciles de llenar, por más que sus antecesores lo hayan intentado con mayor o menor éxito.
Pero él lo va a emprender porque es una meta trazada y la que piensa alcanzar con el mayor provecho posible.
Tiene el deseo, tiene la vocación y cree tener la capacidad para dentro de 6 años rendir cuentas bonancibles.