En la ciudad de Durango se continúan expendiendo productos terminados como carne asada, deshebrada o burros, preparada con carne de asno y de equino, lamentablemente engañando al público consumidor, en una situación que comenzó prácticamente desde hace una década, cuando a partir de la intensa sequía que azotó a la entidad, se abrió la puerta para la entrada de estos cárnicos.
Al hablar sobre el particular, el presidente de la Unión de Tablajeros Victoria de Durango, Ignacio Soto, explicó que se trata de un asunto ligado a la profunda sequía que azotó Durango a principios de la década anterior, cuando se registró una mortandad masiva de ganado en el campo duranguense y se abrió la puerta para que otras entidades como Zacatecas, Cohauila y Nuevo León, introdujeran productos cárnicos de equino y de asno, vendiéndolos como carne de res.
Al respecto, añade que este hecho vino a golpear severamente la producción local de carne de res, lo que provocó la necesidad de enviar el ganado hacia el vecino país de norte una vez que bajó de precio.
Hoy en día, hemos visto que este producto se sigue vendiendo y ya no en carnicerías sino en platillos, en productos como taquitos, carnes asadas, burritos, carnes deshebradas; “en realidad son muy pocas las carnicería que están vendiendo caballo, porque la autoridad les cobra y les permita que continúen la venta, engañando a la gente”.
Hay que recordar, subrayó el entrevistado, que son productos que no son los mejores para el consumo humano, se trata de especie de una sola pezuña, que no son los mejores como comestibles; “lo barato a la larga sale caro y el asunto más delicado es que se está engañando al público consumidor, en muchos casos, con la anuencia de la autoridad”.