La enamorada pareja formada por Karen Valeria Núñez Hernández y Daniel Roberto Rangel Peña se postraron ante los ojos de Dios en la Parroquia del Señor San José para recibir la bendición nupcial en emotiva ceremonia en donde estuvieron acompañados de familiares y amistades.
En la celebración los nuevos esposos estuvieron acompañados de sus respectivos padres, los señores Marco Antonio Núñez y María Leonor Hernández Ruiz; Élfega Lourdes Rangel Peña y Armando Moncivais Valles, quienes aprovecharon la ocasión para brindarles sus respectivas bendiciones.
En la ceremonia la novia estuvo acompañada también por su hijo Cristian Alan Ramírez Núñez y el novio por sus hijos Lía Fernanda y Daniel Alejandro Rangel Rodarte.
El cortejo de Karen y Daniel estuvo integrado por Patricia Hernández Ruiz y Francisco Javier Pescador Ríos, que fueron padrinos de velación y anillos; Iván Hernández Ruiz y Grindol Méndez, de arras; Ivone Carrillo y Jorge Rangel Peña de mancuerna y de biblia y rosario Sandra Rangel Peña y Cecilia Rivera.
Durante la celebración el sacerdote oficiante se dirigió a los nuevos esposos para decirles que Cristo mismo elevó la institución natural del matrimonio a la dignidad de un sacramento durante su ministerio público.
Les dijo que hizo su primer milagro en una boda y enseñó que el matrimonio en el Nuevo Pacto es permanente y santo. Los apóstoles enseñaron sobre la belleza y el significado del matrimonio en todo el Nuevo Testamento. San Pablo incluso enseñó sobre el misterio de la relación entre los miembros de la Iglesia y Cristo el novio como análogo a la relación entre marido y mujer en el sacramento del matrimonio.
Finalmente agregó que el matrimonio cristiano es un sacramento que ordena que el esposo y la esposa se sirvan unos a otros. Este servicio se basa en la virtud Cristiana de la caridad y se realiza con un espíritu de cuidado y preocupación por el bien del cónyuge y los hijos siguiendo el ejemplo de Cristo. Si este sacramento proporciona gracia para la salvación del individuo, es solo como un fruto secundario.
Al término de la celebración, los familiares y amistades de los nuevos esposos se dispusieron a felicitarlos en el atrio del hermoso recinto, para posteriormente acompañarles en una bonita recepción que tuvo lugar en conocido salón de eventos sociales.