¿A quién no le gustaría, aunque sea por la anécdota, pasar una noche entera en algún recinto histórico o comercial y tener ese espacio para uno solo durante varias horas?
Me imagino que es un deseo recurrente en muchas personas, porque la idea se ha explotado tanto en películas como Una noche en el museo y Ocean's 12 como en series de televisión como Friends y Better Call Saul, entre muchas otras.
Pues hace varios meses, mientras buena parte de la humanidad estaba enclaustrada y cuidándose del coronavirus, la banda francesa Phoenix tuvo la oportunidad de internarse en un museo, pero no en cualquiera, sino en el museo más popular de su país -el icónico Museo de Louvre-, para grabar su último disco, Alpha Zulu, concretamente en la biblioteca de dicho recinto, algo que, según nos cuentan en entrevista, nadie había hecho antes:
“Por lo que sabemos, es el primer disco que se graba allí… Y sucedió de manera bastante natural. Por un lado, siempre tuvimos el sueño de hacer algo en un lugar como ese, y específicamente allí, así que aprovechamos la oportunidad y bueno pues… Fue simplemente perfecto. Estábamos metidos en una sala que no estaba diseñada para la música en absoluto, pero la renovamos por completo e hicimos algunas pruebas hasta que la convertimos en una especie de estudio de grabación”.
Supongo que eso también los ayudó a tener algo de inspiración extra.
Sí. Para empezar, siempre que hacemos un nuevo álbum nos gusta cambiar la ubicación donde lo hacemos tanto como se pueda, porque sabemos que eso ayuda a cambiar muchas cosas a nivel mental; siempre hemos estado obsesionados con la idea de hacer música diferente, así que este lugar ayudó mucho en ese aspecto.
¿Cuánto tiempo pasaron ahí dentro?
Aproximadamente dos años. El asunto de todo el confinamiento y que estuviera cerrado el lugar ayudó a concretar de este modo la experiencia; era todo muy loco porque de pronto estábamos ahí encerrados solo los guardias de seguridad y nosotros… Algo muy singular.
Escuchando estas nuevas canciones, veo que respetan mucho el sonido clásico de Phoenix. ¿Es algo importante para ustedes ser reconocidos por un sonido característico?
No, no tanto. Nuestro objetivo es hacer algo diferente cada vez, aunque claro que sabemos que la banda tiene un ADN del que no sé si necesariamente estamos intentando escapar, porque es como un ancla, ¿no? Algo que nos mantendrá en tierra, es una distensión entre tratar de hacer algo completamente nuevo y al mismo tiempo mantenerte cerca de tus raíces.
¿Qué significa Alpha Zulu y por qué titularon así el disco?
Bueno, estaba volando… De hecho era un vuelo de México hacia Belice, pero fue un vuelo muy turbulento y estresante; era un vuelo pequeño, así que yo estaba sentado muy cerca del copiloto, con los auriculares puestos y todo, y de repente veo que están asustados y que empezamos a perder altitud… De pronto uno de ellos comenzó a decir por el micrófono: ¡alpha zulu, alpha zulu, alpha zulu! Finalmente todo salió bien, pero ya después, en el proceso de escribir estas canciones, aquellas palabras se quedaron conmigo… Siempre me ha gustado el lenguaje que usan en los aviones, porque es un lenguaje propio que hace que todos en el mundo se entiendan de la misma manera, como sucede con la música… Así que por todo ello lo elegimos como título del álbum.
Creo que ustedes siempre transmiten muchas vibras positivas con su música, no sé si estén de acuerdo o si hayan pensado en ello.
Si y no. Es algo que nos gusta, pero creo que es algo que hacemos inconscientemente, aunque de todos modos está siempre esa dicotomía en la que una canción puede sonar súper feliz, pero tener letras súper oscuras y eso es lo que nos gusta: La distensión entre la felicidad y la melancolía. De hecho, el contexto de este disco era muy oscuro, precisamente por la pandemia y todo eso, y sin embargo hicimos un álbum lleno de luz y positivo. Estaría de acuerdo contigo, pero creo que hay algunos álbumes que son un poco más negativos o un poco más irónicos en los que hicimos ciertas cosas, como en el disco Wolfgang Amadeus Phoenix, porque sabíamos que íbamos a tener la atención de la gente, así que creo que el contexto nos ayudó.
Hace más de un cuarto de siglo, cuando esta banda surgió, Francia estaba en los oídos de medio mundo gracias a un movimiento musical que se conoció como french touch, y del que salieron artistas contemporáneos de Phoenix, como Daft Punk, Cassius, Air y Étienne de Crécy, entre muchos otros.
Siempre han sido una banda que muchos asociamos con la pista de baile. Me imagino que en algún momento estuvieron muy cerca de ese estilo de vida, ¿pero siguen cerca de él?
Bueno, no necesariamente tienes que ir a un club nocturno para bailar. Cuando estaba pasando toda la movida del french touch y nuestros amigos de Daft Punk tocaban todas las noches, pues íbamos a verlos, aunque creo que siempre nos quedábamos en las escaleras, mirando a la multitud. Nunca estábamos bailando, aunque eso no significa que no disfrutemos, era sólo que estábamos viendo desde otro ángulo.
Hace ya un tiempo que quedó atrás la fiebre del llamado french touch. ¿Cómo sienten la música francesa de este momento?
Bueno, sé que hay muchos músicos geniales, aunque no escucho muchas canciones geniales, quizá se debe a que no conectamos tanto con la forma en que están escribiendo actualmente, seguramente sólo es eso.
Acaban de visitar México por sexta ocasión. ¿Cuál es tu mejor recuerdo de este país?
Cada vez es una delicia, pero nunca olvidaremos que la primera vez fue una locura, y desde entonces cada visita es muy placentera; sé que lo decimos cada vez, pero no somos los únicos, muchas bandas lo dicen... Estoy seguro de que es algo que escuchas todo el tiempo, porque es la verdad… Tal cual.
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