Posadas navideñas, una tradición de fe y amor

Se caracterizan por ser nueve fiestas, las cuales hacen alusión al peregrinaje que María y José realizaron antes del nacimiento de Jesús, los nueve días que les tomó para llegar a Belén

Kathia Gamero | El Sol de Durango

  · viernes 18 de diciembre de 2020

Foto: Wendy Luna | El Sol de Durango

La navidad es una época fantástica para trasmitir ilusión y alegría y que mejor hacerlo mediante un cuento.

Pues la tradición recuerda el momento en el que la Virgen María y San José llegaron a Belén en busca de un lugar donde descansar.

Era la época del emperador romano Augusto. Este emperador, un día, decidió hacer un censo de la población, y anotar el nombre y apellido de cada uno de los habitantes.

Así que toda la gente tuvo que acudir al pueblo en donde había nacido. La virgen María estaba embarazada, y tuvo que partir junto a su marido, San José, hacia Belén, pueblo de nacimiento de ambos.

María muy cansada ya estaba a punto de dar a luz, y llegaron a Belén una fría noche del 24 de Diciembre.

A su marido, San José, le preocupaba el estado de su mujer pues la miraba muy agotada y algo pálida, así que llamó a la posada más rica de todo Belén.

En nombre del cielo, - dijo al posadero- pido posada, porque ya no puede andar más mi mujer amada.

El posadero le miró de arriba a abajo y respondió:

Aquí no es mesón, sigan adelante. Yo no puedo abrirle, no vaya a ser un buen tunante.

No seas inhumano, insistió San José - Ten caridad El reino de los cielos te lo premiará.

Ya se pueden ir y dejar de molestar - contestó más enfadado el posadero - Si me enfado más, les voy a apalear.

Así que San José y la Virgen se pusieron en marcha, en busca de otro lugar en donde los pudieran recibir y cobijarse. Así es como llegaron a la posada de los peregrinos. San José llamó a la puerta:

Soy carpintero y me llamo José. Venimos rendidos desde Nazaret.

No me importa su nombre. Lárguense de aquí. Yo lo que quiero es dormir.

Tuvieron que buscar otra posada. Esta vez llegaron hasta el albergue de los pobres. Este albergue estaba junto a un establo, en donde sólo había un Buey. San José llamó a la puerta:

Pido cobijo, mi buen amigo, por sólo una noche. Mi esposa es María, la Reina del Cielo, y madre va a ser del divino Verbo.

¿Eres José? ¿Tu mujer, María? Entren, peregrinos.

Dios le pague esta caridad y le colme el cielo de felicidad. Y como el albergue esa noche estaba lleno, José y María tuvieron que conformarse con el establo. Como compañeros de morada, el buey que dormitaba allí y la mula en la que había viajado María.

Por eso es que las posadas se caracterizan por ser nueve fiestas, las cuales hacen alusión al peregrinaje que María y José realizaron antes del nacimiento de Jesús, los nueve días que les tomó para llegar a Belén.