En un año lleno de tribulaciones y muchos problemas donde ha estado en riesgo el bien más preciado que es la salud, se hace necesario acudir a la oración, refugiarse en Dios y seguir fortaleciendo la fe aún en medio del desanimo y los estragos de la enfermedad, no se debe perder la esperanza, señaló en entrevista monseñor Faustino Armendáriz Jiménez, al destacar que continuar con la evangelización es el reto más grande que debe afrontar la iglesia católica local en el futuro inmediato.
Entrevistado en la víspera de la noche buena, el arzobispo de Durango, reconoce que lejos de pensarse en perder la fe en momentos tan difíciles como los que se han vivido este 2022, mucha gente lo que ha hecho es "aferrarse a Dios" por ser el único soporte en el corazón de las personas.
“Entornos tan difíciles como el que se vive en Durango debido al problema de meningitis y la crisis económica, lo que ocasionan entre las personas, más allá de dudar, es buscar un refugio en la fe porque no hay otra opción más que ‘agarrarse’ de Dios y rezar a veces que el pueblo se siente desprotegido”, comentó Armendáriz Jiménez, quien señaló que siempre será necesaria la ayuda de las autoridades para poder mitigar problemas tan serios como la crisis sanitaria.
Asimismo reconoció que en materia de seguridad también se han presentado escenarios muy complicados, sobre todo aquellas comunidades cercanas al estado de Zacatecas donde se ha sembrado el miedo y la incertidumbre.
EL RETO PARA LA IGLESIA CATÓLICA
Al ser cuestionado sobre cuál será el principal reto que debe afrontar la iglesia local, monseñor Armendáriz Jiménez refirió que su mayor desafío será continuar con la evangelización y estar cerca de la gente. Permanecer cercanos al pueblo para que ellos sientan la confianza en Dios y crezca su fe, pero siempre basado en hechos, más allá de las palabras con un ejercicio misionero.
Subrayó que en esta nueva crisis sanitaria que ha surgido a raíz de los contagios por meningitis, la iglesia ha acompañado a las personas sirviendo de soporte espiritual, orando por los enfermos y sus familias. Mediante la diócesis de pastoral todos los días se les lleva la oración, además permanentemente hay grupos de laicos que proporcionan alimentación a la gente que permanece a las afueras del Hospital General 450.
En torno a la controversia que ha levantado la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) respecto a su intención para prohibir la exhibición de figuras religiosas en lugares públicos, destacó el prelado que ante este atentado contra la fe se han unido todos los arzobispos del país en defensa de la libertad religiosa. Aún hay un camino largo por recorrer, se sabe que en México existe la libertad de culto, pero la exposición de nacimientos en sitios públicos es toda una tradición del pueblo católico, sobre todo porque no agreden a nadie.
Aunque hasta el momento no se ha terminado el proceso legal, es un hecho que todos los arzobispos permanecerán firmes en defensa de esta y muchas tradiciones del pueblo mexicano, siempre a favor de la libertad religiosa como es también el caso de las peregrinaciones, insistió.
De igual forma, el líder de la grey católica duranguense, lamentó que muchas personas han desvirtuado o perdido el sentido de la navidad, sobre todo porque le cambiaron el nombre a las tradicionales posadas, confundiéndolas con fiestas paganas donde se come y bebe en exceso.
Una posada es remembrar ese peregrinar que hicieron los padres del niño Dios y no se debe confundir con las fiestas o reuniones navideños. Sin embargo insistió que al seno de la mayoría de las familias católicas no se ha ido perdiendo el sentido de la Navidad y se presentan como esa oportunidad para estar unidos.
Fue claro al señalar que para preservar este tipo de tradiciones de acuerdo a la creencia de la iglesia, es necesario que sigan custodiando al interior de la vida familiar. Por ello al llevar el mensaje a las familias se atiende a todos mediante una importante herramienta que existe, como es la pastoral familiar.
Antes de concluir remarcó que la iglesia católica seguirá con su tarea evangelizadora, salir de los templos, llegar a las casas y levar el mensaje a todas esas personas que están alejadas, sembrando la semilla de Dios, poniendo a la oración como principal vínculo para acercarse a él. "Una vida sin Dios carece de sentido para muchos, porque es como un hijo que niega a su papá y mamá, lleva al vacío existencial y espiritual causado por la ausencia de esa fe en el creador”, concluyó.
