En olvido quedaron instalaciones de organizaciones agropecuarias de Canatlán

Prácticamente en el olvido quedaron instalaciones de organizaciones de productores agrícolas que en su tiempo tuvieron un papel relevante para productores de manzana

Marco Rodríguez | El Sol de Durango

  · sábado 15 de abril de 2023

En olvido quedaron instalaciones de organizaciones agropecuarias de Canatlán./ Foto: Marco Rodríguez | El Sol de Durango

CANATLÁN, Dgo. (OEM).- Prácticamente en el olvido quedaron instalaciones de organizaciones de productores agrícolas que en su tiempo tuvieron un papel relevante para productores de manzana y usuarios de sistemas de riego, como son el caso de la Unión de Fruticultores y la Sociedad de Asociaciones de Riego de Canatlán, mejor conocidas como la Unifrut y la Sarca, respectivamente.

Ubicadas junto a la carretera Francisco Zarco, a un costado del poblado La Sauceda y a cuatro Kilómetros de la cabecera municipal Canatlán, las instalaciones de la Unión se observan en desuso, con infinidad de cajones pálet colocados en el espacio de maniobras, que día a día se deterioran más, al estar prácticamente a la intemperie.

En olvido quedaron instalaciones de organizaciones agropecuarias de Canatlán./ Foto: Marco Rodríguez | El Sol de Durango

Lejos quedaron aquellos días en que este lugar proporcionaba refrigeración a la manzana, tienda de insumos a los productores, renta de cajones pálet y venta de compensadores de frío en un par de tanques que se ubicaban sobre su respectiva base, además del servicio de báscula, a escasos metros de la carpeta asfáltica de la carretera.

En olvido quedaron instalaciones de organizaciones agropecuarias de Canatlán./ Foto: Marco Rodríguez | El Sol de Durango

De la Sarca queda la oficina que por años atendió a los usuarios de los pozos agrícolas, la presa San Bartolo y la presa El Baluarte, ofreciendo servicio con el equipo de maquinaria que contaba, entre ellos una motoconformadora y una retroexcavadora.

Por diversas circunstancias la razón legal de las organizaciones se terminó, el terreno pasó a propiedad de institución crediticia y productiva, en forma respectiva, pero ahí quedaron los edificios sede, antes centro de visita de los productores y hoy solo una huella de lo que llegaron a representar para muchos productores canatlenses.