A seis años del conflicto yemení, la crisis humanitaria no parece aligerarse. La Organización de las Naciones Unidas afirma que los yemeníes atraviesan la peor crisis humanitaria en el mundo, siendo 16 millones de personas las que sufren de inseguridad alimentarias, así como de violencia y limitaciones a servicios básicos. Se estima también que alrededor de 400,000 pueden morir de hambre este año.
El presidente Joe Biden ha anunciado que Estados Unidos, con el fin de no empeorar la crisis humanitaria y buscar una resolución multilateral al conflicto, no seguirá apoyando la ofensiva saudí. Desde el inicio del conflicto en el 2015, la coalición saudí conformada por Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Estados Unidos, decidió intervenir en la guerra cuando el gobierno de Hadi no pudo contener más a los hutíes. Si bien la ONU reconoce al gobierno de Hadi, los hutíes han llevado a éste al exilio, tomando distintas regiones del norte y la capital del país, Saná.
Las revueltas de los hutíes han causado terror en la población yemení pues han asesinado, abusado sexualmente y reclutado forzosamente a yemeníes. El Norwegian Refugee Council estima que más de 100,000 yemeníes han sido asesinados y 130,000 han muerto por daños colaterales de la guerra, entre ellos la pandemia por Covid-19, el brote de cólera y la escasez de alimentos.
Asimismo, la administración de Biden ha decidido que el apoyo a la ofensiva de sus aliados en la región, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, debe terminar. Representantes demócratas insisten en que el presidente Biden presione al reino saudí de terminar el bloqueo en el puerto de la ciudad Hodeidah, por el cual entra ayuda humanitaria como alimentos y asistencia médica. Joe Biden también afirmó que abandonar la ofensiva saudí no significa dejar de proteger a sus aliados en la región pues éste sabe que la seguridad de Arabia Saudí y EAU es de interés estratégico debido a sus vastas reservas de petróleo.
Sin embargo, el congreso alega que han transcurrido meses desde que Biden anunció el fin de su apoyo a la coalición saudí y aun así no ha detallado qué tipo de apoyo cortará, pues su venta de armas ha sido esencial para los ataques contra los hutíes. Cabe señalar que además se ha cuestionado al presidente norteamericano cómo planea diferenciar entre el apoyo ofensivo y defensivo, pues sus declaraciones hacen referencia a que Estados Unidos no dejará del todo solos a sus aliados.
El temor por parte de Arabia Saudí y EAU parece acrecentarse, pues los hutíes han mostrado una capacidad militar bien establecida gracias a su financiamiento por parte de Irán, factor que Estados Unidos tampoco planea dejar pasar.
Por otro lado, como ya fue mencionado antes, Biden ha mostrado su interés por llevar a cabo una negociación multilateral para el proceso de paz. La decisión de Biden de revocar la designación de los hutíes como terroristas, decisión tomada por la administración de Donald Trump, tiene el propósito de ampliar la mesa de negociación donde no sólo estén actores estatales, sino actores no estatales también. Estados Unidos considera fundamental la negociación con este grupo armado, pues Antony Blinken, Secretario de Estado, anunció que la administración Biden reconoce la gravedad de la crisis humanitaria yemení, lo cual al no poder conversar con el grupo armado el proceso de paz se ve más lejos todavía.
Aunque por una parte Riad y Teherán llevaron a cabo conversaciones secretas en Bagdad el 9 de abril, Washington sigue mostrando un giro en su política exterior, desde el regreso al multilateralismo hasta el nombramiento de Timoty Linderking como primer enviado especial a Yemen. Por último, el presidente Joe Biden ha mostrado un apoyo hacia las propuestas de las Naciones Unidas, las cuales proponen una negociación inclusiva que dé una mayor cobertura a los intereses de todos los afectados por la guerra, como las mujeres y la sociedad civil, y no una que sólo vea los intereses de los actores armados.
*Estudiante de Relaciones Internacionales en la Universidad Anáhuac en la Ciudad de México.