/ lunes 18 de marzo de 2024

Retrato hereje | ¿Quién manda en Guerrero?

El virtual desmantelamiento de las estructuras de política y seguridad en Guerrero, bajo la fantasmal gestión de la gobernadora Evelyn Salgado, ha sido acompañado por alardes públicos de líderes del narcotráfico en esa entidad. La pregunta hoy no es si debe ser montado el circo que acompaña siempre a la “desaparición de poderes”, sino si el Estado mexicano perdió ya, a manos del crimen organizado y de la narcopolítica, el control de esa región clave del país.

La interrogante no es nueva. En su periodo como alcalde de Acapulco (2005-2008), Félix Salgado “decidió transigir con los diversos grupos de narcotraficantes presentes en ese puerto. Corre el riesgo de ser asesinado”, estableció un reporte elaborado a inicios de 2007 por Eduardo Medina Mora, entonces procurador general de la República, uno de los cuatro que tuvo el gobierno de Felipe Calderón. A 17 años de distancia, la incertidumbre persiste.

La nueva secuela de noticias que desnuda la descomposición pública y política en la entidad surgió con el asesinato de un estudiante de la Normal de Ayotzinapa, Yanqui Kothan Gómez, por agentes de seguridad pública estatal, a lo que siguió el montaje de un supuesto enfrentamiento entre policías y normalistas, desmentido desde Palacio.

A una semana del referido asesinato, fueron cesados el secretario de Gobierno, Ludwig Reynoso, y el de Seguridad, el general Renato Solano. Pero Evelyn Salgado aprovechó la coyuntura para sacudirse a una fiscal independiente, Sandra Luz Valdovinos, impulsada desde Palacio en busca de un balance, por ahora imposible, en materia de justicia. El deterioro que ha seguido a ello sólo agrava la volátil condición del estado.

La gobernadora Salgado asumió su cargo en octubre de 2021. Poco o nada se sabía de ella seis meses antes cuando su padre, Salgado Macedonio, senador por segunda ocasión, vio cómo se le escapó de las manos su tercera postulación a la gubernatura, colocado al centro de al menos media docena de escandalosas acusaciones por violación y abuso en contra de exempleadas.

En medio de un estrafalario proceso interno en Morena, Salgado Pineda se hizo de la candidatura y eventualmente ganó la elección, siempre bajo la pública supervisión de su padre,que gusta de ser llamado “El Toro”. Entonces surgieron testimonios de que su exesposo, Alfredo Alonso Bustamante, cargaba con señalamientos de vínculos con el narcotráfico y que al padre de éste, Joaquín Alonso Piedra, “El Abulón”, se le atribuía haber sido operador del cartel de Héctor Beltrán Leyva. Hace apenas unos días, Alonso Piedra, exsuegro de la gobernante, fue herido de muerte, a balazos, frente a su casa.

Los informes disponibles apuntan que diversas bandas del crimen organizado presentes en la entidad y en particular en Acapulco, han escalado la violencia de sus confrontaciones. Entre esos grupos destacan el cartel Jalisco Nueva Generación, el cartel de Sinaloa, el de los hermanos Beltrán Leyva y el muy singular Cartel Independiente de Acapulco (CIDA). El grupo de “Los Rusos” parece haber “heredado” las zonas que controlaron Sinaloa y los Beltrán Leyva. A ellos se suman “Los Ardillos”, con influencia en varias zonas de la entidad, entre ellas Iguala y Chilpancingo, la capital.

En julio de 2023, la alcaldesa de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández, apareció en un video que captó una reunión de ella con el presunto líder de “Los Ardillos”, Celso Ortega Jiménez. La señora Hernández alegó que se había tratado de un encuentro “fortuito”. El propio Ortega, entrevistado por “Latinus”, aseguró que la reunión se había extendido por más de dos horas, y que durante la misma, la alcaldesa le ofreció “venderle” el control de la central de abastos y del mercado de la ciudad. Ortega también dio testimonio de que en 2006 un líder, hoy preso, de “Los Zetas” -organización a la que pertenecía- le ordenó “hacer campaña” en favor de López Obrador, en primer intento de éste por ganar la presidencia.

El virtual desmantelamiento de las estructuras de política y seguridad en Guerrero, bajo la fantasmal gestión de la gobernadora Evelyn Salgado, ha sido acompañado por alardes públicos de líderes del narcotráfico en esa entidad. La pregunta hoy no es si debe ser montado el circo que acompaña siempre a la “desaparición de poderes”, sino si el Estado mexicano perdió ya, a manos del crimen organizado y de la narcopolítica, el control de esa región clave del país.

La interrogante no es nueva. En su periodo como alcalde de Acapulco (2005-2008), Félix Salgado “decidió transigir con los diversos grupos de narcotraficantes presentes en ese puerto. Corre el riesgo de ser asesinado”, estableció un reporte elaborado a inicios de 2007 por Eduardo Medina Mora, entonces procurador general de la República, uno de los cuatro que tuvo el gobierno de Felipe Calderón. A 17 años de distancia, la incertidumbre persiste.

La nueva secuela de noticias que desnuda la descomposición pública y política en la entidad surgió con el asesinato de un estudiante de la Normal de Ayotzinapa, Yanqui Kothan Gómez, por agentes de seguridad pública estatal, a lo que siguió el montaje de un supuesto enfrentamiento entre policías y normalistas, desmentido desde Palacio.

A una semana del referido asesinato, fueron cesados el secretario de Gobierno, Ludwig Reynoso, y el de Seguridad, el general Renato Solano. Pero Evelyn Salgado aprovechó la coyuntura para sacudirse a una fiscal independiente, Sandra Luz Valdovinos, impulsada desde Palacio en busca de un balance, por ahora imposible, en materia de justicia. El deterioro que ha seguido a ello sólo agrava la volátil condición del estado.

La gobernadora Salgado asumió su cargo en octubre de 2021. Poco o nada se sabía de ella seis meses antes cuando su padre, Salgado Macedonio, senador por segunda ocasión, vio cómo se le escapó de las manos su tercera postulación a la gubernatura, colocado al centro de al menos media docena de escandalosas acusaciones por violación y abuso en contra de exempleadas.

En medio de un estrafalario proceso interno en Morena, Salgado Pineda se hizo de la candidatura y eventualmente ganó la elección, siempre bajo la pública supervisión de su padre,que gusta de ser llamado “El Toro”. Entonces surgieron testimonios de que su exesposo, Alfredo Alonso Bustamante, cargaba con señalamientos de vínculos con el narcotráfico y que al padre de éste, Joaquín Alonso Piedra, “El Abulón”, se le atribuía haber sido operador del cartel de Héctor Beltrán Leyva. Hace apenas unos días, Alonso Piedra, exsuegro de la gobernante, fue herido de muerte, a balazos, frente a su casa.

Los informes disponibles apuntan que diversas bandas del crimen organizado presentes en la entidad y en particular en Acapulco, han escalado la violencia de sus confrontaciones. Entre esos grupos destacan el cartel Jalisco Nueva Generación, el cartel de Sinaloa, el de los hermanos Beltrán Leyva y el muy singular Cartel Independiente de Acapulco (CIDA). El grupo de “Los Rusos” parece haber “heredado” las zonas que controlaron Sinaloa y los Beltrán Leyva. A ellos se suman “Los Ardillos”, con influencia en varias zonas de la entidad, entre ellas Iguala y Chilpancingo, la capital.

En julio de 2023, la alcaldesa de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández, apareció en un video que captó una reunión de ella con el presunto líder de “Los Ardillos”, Celso Ortega Jiménez. La señora Hernández alegó que se había tratado de un encuentro “fortuito”. El propio Ortega, entrevistado por “Latinus”, aseguró que la reunión se había extendido por más de dos horas, y que durante la misma, la alcaldesa le ofreció “venderle” el control de la central de abastos y del mercado de la ciudad. Ortega también dio testimonio de que en 2006 un líder, hoy preso, de “Los Zetas” -organización a la que pertenecía- le ordenó “hacer campaña” en favor de López Obrador, en primer intento de éste por ganar la presidencia.

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