Los esposos Buenaventura Arzola Iturralde y Guillermina Díaz Soto celebraron 50 años de feliz matrimonio y se postraron ante los ojos de Dios para darle gracias mediante una ceremonia que tuvo como marco el Templo de Santa Rosa de Lima, al cual se dieron cita familiares y amistades para acompañarles.
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Ellos estuvieron acompañados de sus hijos e hijos políticos Joaquín Iván Arzola Díaz, Anahí G. Arzola Díaz y su esposo Gerardo Cisneros; Miriam Olivia Arzola Díaz y su esposo Roberto Castro, además sus nietos: Natalia, Diego Iván, Santiago, Emiliano, Joaquín, Jimena, Samantha, Roberto y Ricardo, quienes fungieron como sus padrinos en el cortejo y unieron sus oraciones a las del sacerdote oficiante en la ceremonia donde renovaron sus votos matrimoniales de amor.
Por su parte el sacerdote oficiante les felicitó y les comentó que las bodas de oro son un aniversario muy especial. Y, como tal, merecen una celebración por todo lo alto. Es también el momento perfecto para echar la vista atrás y para revivir con nostalgia, pero llenos de alegría, el gran día. Sin duda, uno de los más importantes de su vida, por lo que ha permanecido durante todo este tiempo en su mente y en su corazón. Pero también el momento ideal para recordar con cariño todo el camino que han recorrido juntos, sus logros como pareja, la llegada de los hijos primero y de los nietos después... ¿Y qué mejor manera de rendir homenaje a un día tan especial que celebrándolo como se merece, en primer término dando gracias a Dios por haberles permitido esa unión a lo largo de esos años?.
Agregó que festejar 50 años de casados es la celebración de toda una vida en común. Y no es para menos... ¡ya que es medio siglo juntos!. Uno de los aniversarios más significativos para las parejas, aunque lo cierto es que cada aniversario de boda, desde el primero, se conoce con un nombre diferente, y siempre relacionado con un material.
Momentos más tarde el mismo presbítero les ofreció la comunión, solicitándoles la ofrecieran al Altísimo para agradecer y pedirle les continúe colmando de bendiciones en esta unión.
Al término de la ceremonia los esposos Arzola Díaz fueron objeto de múltiples felicitaciones por parte de sus invitados, quienes posteriormente les acompañaron en una recepción de carácter familiar en su propia residencia, donde los homenajeados fueron agasajados con un exquisito banquete y donde brindaron por su felicidad.