La tía Blanca, fue la responsable de que Beatriz Russek se convirtiera en diseñadora; desde muy pequeña la enseñó a distinguir piezas, diseños y telas, relató la creadora de la mezcla de tradición con moda actual.
En su visita a Durango para exhibir parte de la muestra “Indumentaria y moda” la también vestuarista teatral, contó parte de la historia de cómo surgió la idea de fusionar estos dos mundos del vestir.
Agregó que tenía que hacer la ropa para una obra de Juan Tobar, llamada “México Prehispánico”, para ello estudió toda la vestimenta y al vivir en Tepoztlán, Morelos; unas mujeres fueron a pedirle trabajo, “les dije, ¿qué saben hacer?, y me dijeron, la punta de la servilleta, ósea el crochet” de ahí nació el concepto de crear ropa hecha a mano con costuras de crochet.
El gusto por la ropa fina, inculcado desde la infancia por su tía Blanca Russek, quien recuerda, era amante de la ropa “me hacía ver mil cosas desde teatro, danza y aprendí visualmente, así que opte por vender esto” y en un acto extiende el brazo para mostrar parte de su exposición, mienras asegura “a las personas de alto nivel, para que pudieran pagar y así las mujeres pudieran tener ganancias, no las iba a explotar”, indicó entre risas.
Tras casi una década de no diseñar y dedicarse solo a impartir conferencias y talleres, Beatriz Russek retoma su carrera como pintura y escultura.
¿Qué le gusta más a Beatriz Russek diseñar para teatro o para pasarela?
Muy difícil decirlo, a mi me intereso más el teatro porque amo la literatura, me hace pensar tener una relación directa con los directores y es un reto cada puesta en escena, aún y cuando se realice por más de mil veces, diseñe tres veces el vestuario “Las Mujeres Sabias” de Moliere y las tres diferente, para mí la pasarela es lo que menos me interesa, lo que me interesa de hacer este trabajo es apoyar el mundo indígena, para que los textiles de estas mujeres que toda la vida los veíamos vendiéndose en el suelo con hilos de acrilán, siempre regateándoles, acabara.
La diseñadora mexicana inició a vestir actores en la ciudad de Torreón, Coahuila; una experiencia que según dijo, la alimenta ya que en las puestas en escena trabaja más la cabeza, “hoy la moda es desechable, la ropa que ahora se exhibe es de hace muchos años 15, 20, finalmente es una ropa clásica que se sigue usando” señala.
“Indumentaria y moda” se exhibe en la Casa de Cultura Citibanamex, Palacio del Conde del Valle de Súchil, con 18 piezas que muestran el trabajo inspirado en el reboso de Tenancingo, la trama de San Andrés Larráizar, Zinactal; entre otros.
Russek empezó a vestir a la gente de una forma mexicana, sin que se dieran cuenta, primero con huipiles y poco a poco introdujo el textil indígena, aseguró que nada le pertenece, ya que la ropa que crea es de sus clientas, “los primeros seis años realicé solo piezas únicas, con más de 70 vestidos para novia, de ahí en adelante solo realizó cinco piezas por diseño, esto lo inventé para dar trabajo a mujeres que no salen a trabajar”.
La muestra está abierta al público de martes a sábado de las 10 a las 19 horas y los domingos de las 10 a las 18 horas, con recorridos familiares el fin de semana a partir de las 12:30 horas.