Tocó la nieve durante la escala en el aeropuerto de Múnich y llegó a China por segunda vez en su vida, Margarito Cuéllar es el poeta mexicano que asistió como invitado oficial en el reciente Festival Internacional de Shanghái, donde el nigeriano Wole Soyinka, Premio Nobel de Literatura, ha recibido el galardón literario de mayor prestigio en el país asiático, el premio Golden Magnolia que también obtuvo el escritor potosino como reconocimiento a su obra literaria de más de 40 años de trayectoria. Margarito Cuéllar habló en exclusiva con El Sol de Durango sobre su vida, su galardonada obra literaria y sus poemarios.
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Un escritor se hace de muchos viajes, ciudades y sueños, lo dijo Rilke. Margarito Cuéllar ha publicado muchos libros en su vida y todos tiene la magia de parecer el primero, la jovialidad risueña del poeta y su silencio cotidiano revelan una mirada que se hace cómplice de todas las cosas.
Ha vivido buena parte de su carrera literaria y docente en Monterrey, pero Margarito ha pasado muchas veces por Durango de camino a Mazatlán, siempre a la búsqueda del mar, y reconoce en la ciudad de los Revueltas un lugar perfecto para escribir. En estos días tras su regreso de China, ha pasado una breve jornada en la capital duranguense para realizar una lectura poética dedicada al Oriente y su trayectoria vital como escritor.
En la tribuna de la Sala Arista, la galería de arte independiente entre los barrios de Analco y Tierra Blanca, el escritor habló de su tarea creativa que ha estado siempre muy vinculada a una persistente conquista de hallazgos y perplejidades, su vocación es compartir el éxtasis de la vida y el deseo íntimo del diálogo cósmico con lo cotidiano. El "Mago" Cuéllar pertenece a una generación de autores mexicanos que han convertido el ejercicio de la poesía en un espacio de convivencia urgentemente feliz, mientras la realidad está cargada de problemas económicos y sociales, los libros de Margarito revelan un sentido sincero y honesto de la existencia, dando a la realidad una oportunidad para volverse poética y recuperar así la maravilla irrepetible que es vivir.
Con muchos premios literarios a sus espaldas, desde el premio nacional Ramón López Velarde de 1985 hasta el iberoamericano de poesía Juan Ramón Jiménez de 2020, Margarito Cuéllar sorprende fielmente a sus lectores con cada poemario donde pervive lo lúdico, lo amatorio y una conciencia cívica solidaria.
Tras su estadía en China, donde ha compartido versos traducidos por Xi Yueping en un libro titulado “El sonido y el silencio de las cosas”, con prólogo de Zhao Lihong, ha regresado a México con entusiasmo renovado y lo primero que ha hecho es volver al mar.
En su residencia de la Isla de la Piedra, Margarito Cuéllar frecuenta los silencios de la marea y como en sus libros, se asoma al horizonte de lo desconocido, con ese vaivén interior que hace de los poetas unos seres entrañables, plenos de rebeldía y de conocimiento. Se suele acompañar en su vida cotidiana de los conejos que salen de la chistera y de la imaginación de Lewis Carroll, cada nuevo viaje puede ser un poemario futuro y durante sus paseos por Durango en estos días, ha cruzado las alamedas con la mirada puesta entre las copas de los árboles y las hojas que van cayendo, tal vez soñando alguna imagen con las palabras perfectas, eso que se parece a la eternidad de las estrellas en pleno día, el mágico silencio de la poesía.
- ¿Con qué sensaciones regresas de tu segundo viaje a China?
Realmente siento que se ha ampliado el paisaje igual que cuando se abre una ventana, con colores y formas de vida de otra civilización de la que todavía tenemos una idea muy remota. China tiene mucha más actividad que el continente americano, la posibilidad de extender los puentes y diálogos entre México y China se dan en el siglo veinte a través del autor José Juan Tablada, con un libro que se titula, “Li-Po y otros poemas” de 1919, una recreación del poeta. Y después en 1939 se hizo un contacto muy importante a través del escritor colombiano Guillermo Valencia. En 1950 Octavio Paz inicia con la modernidad un puente de traducciones de autores chinos, acercando nuestra mirada a un lugar tan misterioso como es China.
- ¿Qué papel consideras que ocupa la literatura en la vida de nuestra sociedad?
La literatura sigue siendo algo muy importante más allá del entretenimiento y la idea de darle vueltas a las páginas, nos sigue haciendo preguntas sobre la vida misma y lo que yo llamo "la ética del que escribe", por eso la literatura no está ajena a la realidad de los seres vivos, por eso sigue sigue siendo un instrumento de medición de la temperatura de nuestro tiempo.
Has tenido una dilatada experiencia como periodista, ¿sigue siendo el periodismo el mejor oficio del mundo como dijo Gabriel García Márquez?
El periodismo y la literatura se llevan bien, van de la mano y se retroalimentan, hay dos claros ejemplos en las figuras de Carlos Monsiváis, José Agustín y el propio Gabriel García Márquez. El periodismo es una práctica de vuelo de la literatura y géneros como la crónica se alimentan del cuento, entre ambos campos se intercambian las experiencias, ha pasado en escritores europeos y americanos, ahí están los casos de Ernest Hemingway y Mark Twain. El periodismo es una maravilla que permite a los escritores el poder llegar a más lectores, y ser más rigurosos con el lenguaje. aunque como dijo José Alvarado, la página tiene la vida de un solo día.
Tras numerosas visitas a Durango ¿Qué opinas sobre su panorama cultural, artístico y literario?
Durango es una gran zona de silencios, con un potencial para el desarrollo literario, además del campo de las artes, la danza y el teatro, necesita mayor proyección y más creatividad por parte de las instituciones. La cultura requiere una inversión igual que el transporte público o la seguridad, por su ubicación geográfica es protagonista desde la Revolución mexicana y cuenta con grandes personajes de la historia, así puede ser un detonante esencial para la cultura nacional. Es una tarea para el estado y los municipios, para fomentar una sociedad más crítica y creativa.
