El abundante olor de las flores de cempasúchil, ya ha servido como guía para quienes ya no están con nosotros, una taza de atole, un pan de muerto y su platillo favorito ya se encuentran listos para ser degustados. Al altar cada quien le ha dado su toque y gusto personal, a la hora de montar algunos pusieron 7 niveles, otros solo colocaron 2, hubo quienes decidieron hacer el papel picado con diseño propio y otros prefirieron comprarlo en la tienda más cercana.
En lo alto de estos altares, se encuentran las fotografías a quienes se han dedicado, nuestros abuelos, tíos o algún maestro de la infancia, quizá un primo o un hijo, esta fotografía los ayudara a saber que esta ofrenda es en su honor. Este día en algunas casas de Durango, se han llenado de colores, sabores y olores, todos en la espera de un ser querido.
Algunos se llenan de melancolía, mientras otros celebran la llegada con un buen ánimo, pues es el único día que se dice, se les permite la entrada al mundo de los vivos. Es un camino largo por el que han venido, muchos ya se los saben de memoria, pues tienen varios años recorriéndolo, otros están asustados, pues apenas es su primer año en recorrerlo.
Fatigados y sedientos llegan, dejando sus zapatos en el arco de carrizo, para comenzar a caminar por el camino de aserrín y pétalos, emocionados por ver todo lo que sus seres queridos les han dejado, apresuradamente comienzan a probar todo, pues no es mucho el tiempo que estarán aquí.
Los niños comienzan a jugar felices con sus juguetes que tenían, mientras algunos celebran con un buen trago, todos los momentos que pasaron en vida. Observan como sus seres queridos caminan por toda la casa, ellos les hablan, los saludan, pero es absurdo, nadie los escucha.
Miran como todos en familia rodean el altar, mientras cuentan anécdotas de ellos en vida, toman algunas fotos para postearlas en sus redes sociales, pues quieren que todos admiren la ofrenda que han colocado. Muchos de nosotros desearíamos tener a nuestro ser querido frente a frente, para platicar con ellos, abrazarlos o pedirles perdón, muchos temas han quedado inconcluso con ellos, pues algunas muertes han sido repentinas.
Existe una frase, que en lo particular me gusta compartir en este día; “No muere quien se va, muere quien se olvida”, y efectivamente, sabemos que nuestros ser querido ya no se encuentra con nosotros físicamente, pero mentalmente puede estar con nosotros a diario.
Con orgullo celebramos esta festividad única que tenemos en México, pues persiste desde la época prehispánica, tuvo algunas fusiones con la llegada de los españoles, pero el objetivo siempre ha sido el mismo, honrar a quienes ya no se encuentran en este mundo.
Hoy, recordamos a nuestro ser querido mediante una ofrenda, mediante una plática o mirando una fotografía de ellos, la muerte difícilmente es aceptada, pues es algo que nadie quisiera que sucediera, el vacío que deja solo se supera más nunca se olvida. Todos vemos este día de diferente manera, con distinta visión y significado, hoy 2 de noviembre, entre flores, colores y olores, recordamos con alegría a todos aquellos que ya no están con nosotros.