Héctor Raúl Rodríguez Gamón y Luis Fernando Carrillo Moreno, se casaron el 7 de septiembre de año pasado en la ciudad de Durango, 14 días antes de que se llevara a cabo la aprobación de los matrimonios entre personas del mismo sexo en la entidad, lo hicieron a través de un amparo que de acuerdo con su experiencia fue relativamente rápido el trámite, aunque ellos no pudieron elegir la fecha de su boda civil, pues la discriminación partía incluso del punto en el que se les negaba ese derecho.
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Pese a ello Luis Fernando asegura que al realizar esta modificación a los Códigos Civiles de la mayoría de los estados del país, han permitido que otros trámites se vuelvan menos engorrosos. Cuenta que tan solo al momento de dar de alta a Héctor, su ahora esposo, en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), mientras que anteriormente en el sistema no se tenía habilitada la opción para que un hombre registrara a otro hombre como su esposo, ahora pudo hacerlo sin mayores problemas.
“Particularmente desde que nos casamos lo primero que hice fue afiliar a Héctor al IMSS, sin duda fue un trámite sencillo, aunque todavía se sacaban de onda porque no sabían cómo moverle al sistema para que un hombre afilie como esposo a otro hombre”, comentó entre risas Luis al recordar que hubo que llamar a las oficinas centrales para hacer ese proceso.
Con apenas cinco meses de matrimonio, Héctor y Luis Fernando, admiten que aún no saben cuándo podrán adquirir un crédito hipotecario o si comprarán un seguro de gastos médicos en algún momento, pues por sus empleos han tenido que mover su residencia y no se encuentran estables, sin embargo admiten que con la aprobación de los matrimonios igualitarios, los trámites serán más sencillos.
Tecnología, la clave en su historia de amor
Para muchos, la tecnología se ha convertido en un aliado para conseguir pareja, este es el caso de Luis Fernando y Héctor, quienes se conocieron a través de la aplicación Tinder hace poco más de dos años, cuando la pandemia estaba en sus inicios y no era posible salir, de ahí que sus primeras pláticas fueron a través de whatsApp y Facebook, hasta que se dio el cambio de semáforo y con ello la posibilidad de tener una primera cita cara a cara.
Entonces fue ahí donde comprobaron que realmente sentían algo que iba más allá de una simple atracción y luego de saber que tenían objetivos en común, comenzaron a tener mayor presencia uno en la vida del otro, hasta que la convivencia entre ellos y con sus familias se volvió tan cotidiano que decidieron casarse.
“El amor entre personas iguales es algo que existe, por eso tomamos la aventura de iniciar un proceso de amparo por que en aquel entonces todavía no estaba aprobado el matrimonio (igualitario) por el estado de Durango. Bajo esas circunstancias tuvimos que hacerlo y la primera vez que lo iniciamos no tuvimos respuesta”, comentó Luis.
Sin embargo esto no los desanimó, pues luego de recurrir al activista Tadeo Campagne obtuvieron información sobre los trámites que debían seguir y la respuesta fue muy rápida, de ahí que comenzaron a organizar su enlace de una manera formal, pensando en una ceremonia en la que estuvieran acompañados de sus seres queridos.
Durante esos cinco meses que llevan casados, confiesan que afortunadamente han tenido el cariño incondicional de sus familias, esto viene desde la educación que recibieron cada uno para aceptarse y amarse independientemente de su orientación sexual, de ahí que eso les permitió desarrollarse como personas independientes que ahora los tiene en este camino de formar una familia juntos.
Ahora reconocen su lucha contra lo establecido en las leyes mexicanas para poder casarse, no solo como un capricho, sino como el derecho que tienen a una seguridad legal en caso de ser necesario, “afortunadamente hoy tenemos una parte inicial de todo ese reconocimiento que nos da la ley”, dicen contentos al recordar el momento en el que dieron el “sí acepto” frente a un juez del Registro Civil y a sus familiares y amigos.