CANATLÁN, Dgo. (OEM). A medida que se acerca la celebración del Día de Muertos o Día de los Fieles Difuntos, la presencia de los panteones cobra mayor relevancia en la sociedad conforme se acerca la fecha de la festividad. Estos cementerios, en algunos casos, tienen la particularidad de encontrarse en lugares elevados.
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El municipio de Canatlán, alberga el lugar de sepultura para las personas fallecidas, tanto en la ciudad como en lugares circundantes, como La Cañada, Santa Cruz de las Huertas y La Sauceda. Este espacio se ubica aproximadamente a 900 metros al noreste de la zona urbana y se encuentra en una ubicación plana.
Sin embargo, hay dos panteones que destacan por estar situados en lugares elevados, en la cima de un cerro. Uno de ellos se encuentra en el pueblo de Donato Guerra, al noreste del municipio, y el otro en la localidad de Ricardo Flores Magón, en el oriente, en los límites con el municipio de Pánuco de Coronado.
En el primer caso, el cementerio forma parte del paisaje que se aprecia desde la carretera federal 45 Panamericana, incluyendo al fondo las colinas que conforman la llamada Sierra de la Silla, así nombrada por su semejanza con una silla de montar.
La ubicación de este cementerio parece ser una vista obligada debido a su posición con respecto a la famosa sierra y la traza de la importante vía de comunicación. Si viajas de sur a norte, lo verás a tu derecha, justo antes de llegar al centro del pueblo de Donato Guerra.
También en una elevación, sobre un cerro, se encuentra el cementerio del pueblo de Ricardo Flores Magón, que en tiempos pasados perteneció a la hacienda de La Negra. Se ubica a unos siete kilómetros escasos del municipio de Pánuco de Coronado, al cual se llega a través de una carretera pavimentada que se conecta con el pueblo de Francisco Javier Mina, perteneciente al mencionado municipio.
Al lado oriente de la cinta asfáltica se encuentra una colina alta que impide la vista del panteón y sus lápidas. Sin embargo, se puede apreciar este sitio desde el lugar conocido como el "Jagüey", formando parte de un pintoresco paisaje caracterizado por las sinuosas parcelas con cultivos de frijoles, así como los cerros y las estructuras de piedra llamadas castillos que se encuentran en ese valle de origen volcánico.