Luego de que la Cámara Nacional del Pequeño Comercio estuvo conformada durante años por algunos 120 miembros, tras los devastadores efectos de la pandemia, el padrón se redujo a poco más de 80, una vez que sobre todo los que operaban en la zona centro hubieron de bajar sus cortinas definitivamente o integrarse a la informalidad. No obstante, los que prevalecen ponderan el pago de crédito como una forma de mantenerse activos.
Así lo hizo saber en entrevista con este diario, Martha Elba Valdez, dirigente de Canacope en la entidad, quien al abundar sobre el tema, reflexionó sobre la severidad de la contingencia sanitaria, que solamente dentro de este sector ha provocado al cierre de muchos negocios y consecuentemente de empleos también para buena cantidad de jefes de familia.
Interrogada sobre el asunto económico y el pago de obligaciones crediticias de socios de la Cámara, la dirigente asentó que tras la terminación de actividades de muchos, los que prevalecen ubican como prioridad precisamente al atender estos compromisos tanto con instituciones públicas como privadas.
No obstante, en contra parte, dejan de pagar algunos servicios, incluso rentas, así como agua y algunos que es posible posponer, empero, en la inteligencia de atenderlos a la brevedad a fin de que el rezago no crezca.
En cuestión de rentas, reconoció que el año anterior, en la parte álgida de la contingencia, hubo acuerdos con los dueños de locales, que sí fueron flexibles en alguna medida.
Sin embargo, en lo sucesivo muchos ya no pudieron pagar y tuvieron que cerrar los negocios, bajar las cortinas definitivamente.
De tal forma, que luego de que Canacope durante años sumaba algunos 120 miembros o más, hoy apenas rebasan los 80, porque fueron decenas los que tuvieron que decir adiós a la actividad, o bien, integrarse a la informalidad.
