La historia del Panteón de Oriente es basta y nutrida, pues lleva 163 años en funciones, luego de surgir en el año 1860 ante la necesidad de conformar un panteón digno para la ciudad; y es que el antiguo camposanto fue en declive, informó el historiador y coordinador del Museo de Arte Benigno Montoya, José Alonso Martínez Barrios.
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Y señaló que quien impulsó y encabezó el desarrollo de éste, que sería el nuevo panteón en aquellos tiempos, fue Juan Bautista de Olagaray, quien precisamente está sepultado en una de las capillas del área antigua.
Por otro lado, según los datos de los libros de entierros que se encuentran en la Arquidiócesis de Durango, la primera persona inhumada en este panteón lleva por nombre Ignacio García, quien llegó ahí el 1 de marzo de 1864. Cabe precisar que los libros de inhumaciones del propio Panteón de Oriente se encuentran extraviados.
De Ignacio García, “lo único que tenemos es la inhumación, no recuerdo la causa de muerte, de hecho el registro que nosotros tenemos es únicamente en cuanto a la ceremonia, porque los libros de entierros del Panteón de Oriente están extraviados, entonces no podemos ubicar con exactitud dónde se encontraba”.
En general, dijo, las tumbas más antiguas están situadas en el área izquierda, también calificado como el espacio de ricos, pues si había una estratificación social, pese a que en aquel período se tenía un desconocimiento tanto títulos mobiliarios, como todo lo impulsado por las leyes de reforma.
Personajes en el Panteón de Oriente
Martínez Barrios abundó que en el Panteón de Oriente se encuentran las sociedades que construyeron el Durango del pasado, “desde gobernadores, desde el panadero, el cantante; Durango está lleno de personajes parcializados en todo el desarrollo artístico, político, económico, empresarial, hay diversidad de gamas”.
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