Serenatas del 10 de mayo, bella tradición en vías de desaparecer

Víctor Blanco

  · jueves 10 de mayo de 2018

Las serenatas o “gallos” del 10 de mayo, son una tradiciónantigua en proceso de extinción.

La noche del 9 de mayo y primeras horas del 10 de mayo, fecha enque se rinde homenaje a las mamás, el Sol de Durango realizó unrecorrido por diversos rumbos de la ciudad, con el fin de observarel comportamiento de la ciudad en el contexto de este celebracióncalificada por el comercio organizado de la entidad, como la másimportante, por la gran reactivación que ocurre en el sector.

Durante este recorrido, varios aspectos pudieron observarse,donde destaca, por un lado, un menor interés entre la poblaciónpor expresar reverencia por la figura materna al menos de la manerahabitual de muchos lustros, interpretando melodías dedicadasprecisamente a la mamá.

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Años anteriores, sobre todo en la periferia, decenas de grupos,algunos incluso dedicados a la música de manera profesional, otrosamateur y otros tantos simplemente con el deseo de cantar y llevar“gallo”, deambulaban por las calles de Durango, con el fin decumplir este rito que por décadas se ha repetido, aunque hoy conmenos intensidad.

Una tradición también de décadas, era la de ofrecer laprimera serenata de la noche a la Virgen de Guadalupe, en elSantuario, al norte de la ciudad y es aquí, donde trasciende lapérdida en caída libre de esta costumbre añeja. Sucede que,años atrás, en el atrio de este templo, uno de los másimportantes de la ciudad, una cantidad importante de románticos sedaba cita a las cero horas para rendir pleitesía a la Reina deMéxico, con la petición de que el resto de la velada marchara encalma.

Sin embargo, en esta ocasión, este diez de mayo de 2018, a lascero horas en ese lugar, solamente tres conjuntos, conformados porjóvenes principalmente, hicieron presencia, dos de los cuales, seapoyaron con equipo electrónico para cumplir el “gallo”.Solamente uno de los grupos llevaba consigo instrumentos de vientoy cuerdas.

En este recorrido, otro de los aspectos que llamó la atención,fue el que indica que los interesados en homenajear a las madres ensu día, utilizaron, como se anota arriba, grandes bocinas que, conestruendo y estridencia en algunos casos, cumplieron el cometido,como una manera al fin, de seguir la tradición.

El clima de la madrugada del 10 de mayo, sumamente agradable. Enesta ocasión, fue evidente la ausencia de los conocidos operativosde vialidad, de tal forma que los pocos conjuntos de jóvenes quellevaron serenata a las madres, pudieron trasladarse por la ciudadsin intervenciones de este tipo.

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