/ miércoles 13 de marzo de 2019

Vence plazo del censo del programa de estancias

La eliminación del subsidio a las estancias ya causó el cierre de 20 de éstas, y la pérdida de empleos de docencia.

Hoy vence el plazo fijado por la Secretaría de Bienestar para levantar el censo del programa que suple al de Estancias Infantiles, ahora llamado programa de Atención de Niños y Niñas que tienen Madres y Padres Trabajadores; en los hechos expuesto por las familias y las responsables de las instancias, la logística de este censo es una completa desorganización, falto de profesionalismo y certeza. La eliminación del subsidio a las estancias ya causó el cierre de 20 de éstas, la salida de por lo menos cinco a ocho pequeños de las que aún operan y la pérdida de empleos de docencia.

En esta redacción El Sol de Durango expone desde la parte social que incluye a las estancias y las familias el problema que además de económico –razón más que suficiente de preocupación e inconformidad-, es perjudicial para el desarrollo y bienestar de los niñas y niños menores de cuatro años que con el programa de Estancias Infantiles eran subsidiados en su educación preescolar, cuidados y alimentación, mientras papá o mamá se encontraban por necesidad, realizado otras labores fuera del hogar.

Desde enero del presente año el gobierno federal, en una de sus nuevas formas de hacer política de asistencia social so-pretexto de haber encontrado irregularidades en la administración y dispersión de los recursos multimillonarios al programa de Estancias Infantiles, optó por eliminarlo, cambiarlo de nombre y obviamente de reglas de operación.

Entre esos cambios, las reglas de operación en síntesis comprendía que el dinero del subsidio por niño o niña dentro de una estancia ya no sería entregado a ésta sino al papá o la mamá o tutor del pequeño, y ya sabrían ellos a quién pagarle por cuidar, alimentar y educar a sus hijos mientras pasaban la mañana, mediodía y parte de la tarde en alguna otra ocupación.

La justificación del gobierno federal fue que las estancias infantiles engrosaban las listas de niños y niñas atendidos para recibir más dinero mensualmente, lo cual por cada alumno atendido representaba 900 pesos mensuales; se afirmó que la corrupción “pan nuestro” en innumerables actividades del quehacer público y privado de los mexicanos, también había hecho acto de presencia en las Estancias Infantiles y por eso imperioso fue que el programa despareciera.

Y así ocurrió… Brenda Casas es madre soltera de un hijo que asiste a la estancia Capullo, la cuota mensual ahí es de mil 500 pesos, con el programa anterior ella tenía que pagar por quincena 350 pesos y el subsidio se hacía cargo del resto, ahora, desde enero a la fecha la cuota aumentó a 400 pesos y pese a que no hay subsidio entre maestras y madres de familia y algunos padres que también son solteros –aunque cabe resaltar que son los menos en amplia proporción- realizan actividades para conseguir el recurso suficiente del financiamiento operativo de la estancia.

La directora de la estancia Capullo, Dennis, comenta que en los últimos meses ocho alumnos tuvieron que dejar la estancia porque en su casa ya no pudieron pagar la cuota de 800 pesos mensuales, aunque entre maestras hagan comida para llevar -tipo venta de cocina económica- y conseguir algunos cientos de pesos para cumplir con los gastos fijos y variables de la estancia, la economía no alcanza para sostener por mucho tiempo la situación como se está viviendo en este tema actualmente.

TENDRÍAN QUE DEJAR EL EMPLEO PARA CUIDAR A SUS HIJOS

Brenda considera que de no ser consistentes y efectivas las reglas de operación del nuevo programa, lo cual en el campo de los hechos parece indicar que el depósito del dinero a los papás y/o mamás trabajadoras tardará más allá del 31 de marzo fecha que el gobierno federal ha publicado como plazo para tal efecto, deberá renunciar a su trabajo porque no tiene quien cuide de su hijo en horas laborales, dado que su madre utiliza silla de ruedas y su padre es de avanzada edad, imposible que como abuelo sea responsable del cuidado de su nieto.

En la Estancia Fayritopia, la directora Hilda Vela platica que los padres de familia reclaman que los responsables de realizar el censo para determinar a quiénes se les dará el apoyo de mil 600 pesos bimensuales -200 pesos menos cada dos meses que en el esquema anterior-, llevan a cabo incorrectamente la logística de esto.

Menciona que ha recibido comentarios o llamadas de mamás que según en la delegación de la Secretaría de Bienestar ya está dada de alta y ni siquiera fue localizada por la persona que realizaba los censos.

El censo consistió explica Hilda Vela en que con las listas que cada estancia entregaba mensualmente a la dependencia, antes llamada Sedesol, ésta extrajo nombre, domicilio y teléfono del responsable del niño o niña subsidiada, y de esa manera la persona que realizaba el censo llamaba a la persona para su localización, acudir a su domicilio y corroborar los datos, además de tomar una foto al adulto y al menor de edad para mejor constancia del ejercicio del censo.

Sin embargo, en este proceso que hoy vence las irregularidades fueron suficientes como para dejar afuera de apoyo a madres o padres que no fueron localizados, que según la dependencia ya están inscritos pero el particular no cuenta con la cédula de empadronamiento –lo que lo hace acreedor a una cuenta bancaria donde habrá de recibir el depósito bimensual de mil 600 pesos-, inconsistencias que en la logística y aplicación de las reglas que de acuerdo a la intensión del nuevo programa evita la corrupción por la cual el programa en mención fue eliminado, aunque para quienes día a día realizan el trabajo de cuidar a los hijos de alguien más, la manera en cómo se está llevando a cabo la mera inscripción de los beneficiarios deja mucho que decir al respecto.

LAS REGLAS DE OPERACIÓN EN LA LOGÍSTICA PRESENTAN SERIAS FALLAS

Hay mamás que tienen hasta tres hijos en una estancia y se están quedando sin el beneficio con las nuevas reglas de operación y el cómo las han aplicado, continúa, aunque sea algo nuevo, se supone que debe haber personas profesionales y capacitadas para realizar de manera correcta los cambios cuando administrativamente el gobierno ya los está socializando y haciendo una tangibles sus efectos, cosa que en Durango no está ocurriendo, agrega.

Más maestras, directoras de otras estancias infantiles expusieron su situación actual sobre el tema, la coincidencia es que la corrupción así como se dijo, no está dentro de las estancias, simplemente porque en las pasadas reglas, cada una de las estancias debía entregar cada mes una lista y bitácora de la asistencia del niño o niña beneficiado, con 15 faltas al mes, el recurso no era asignado, es decir, no se pagaban los 900 pesos por parte del gobierno federal de ese subsidio, la lista debía ir firmada por la madre o padre de familia, exponer en la bitácora el estado diario en cómo se recibía al niño o niña, en la parte física y de salud, esos documentos se entregaban a la Sedesol, a la coordinadora del programa –se desconoce si aún esté en el puesto- Fernanda Mier, ella recababa los datos y los remitía a oficinas centrales, ahí burocráticamente se hacía lo correspondiente, el dinero era enviado a las delegaciones y de ésta dispersado a las cuentas individuales de cada una de las instancias.

Mucho trámite para falsificar firmas, llenar bitácoras, coludir a mamás o papás inventados que respondieran a un nombre y un domicilio, argumenta; las estancias desaparecen de poco en poco, de 219 ya cerraron 20, con el paso de los meses habrá más “bajas”, para el 31 de marzo el gobierno federal aseguró que habría de colocar el depósito en cuenta bancaria de quienes hayan sido empadronados para pagar el cuidado de sus hijos mientras trabajan, elección que ahora estará en manos de cada uno de los progenitores, maestras de las estancias pierden empleo debido a que por cada ocho alumnos se tiene que contar con un docente y en promedio aseverado por las directoras entrevistadas, en los últimos dos meses y en lo que corre de marzo, entre cinco a ocho niños han dejado de asistir a su estancia infantil, donde recibían comida, cuidado, atención y educación escolar, en algunos casos con una cuota de recuperación más alta que otras, pero cada uno de ellos con el subsidio que era lo que mantenía en equilibrio los gastos administrativos y operativos de las estancias.


Hoy vence el plazo fijado por la Secretaría de Bienestar para levantar el censo del programa que suple al de Estancias Infantiles, ahora llamado programa de Atención de Niños y Niñas que tienen Madres y Padres Trabajadores; en los hechos expuesto por las familias y las responsables de las instancias, la logística de este censo es una completa desorganización, falto de profesionalismo y certeza. La eliminación del subsidio a las estancias ya causó el cierre de 20 de éstas, la salida de por lo menos cinco a ocho pequeños de las que aún operan y la pérdida de empleos de docencia.

En esta redacción El Sol de Durango expone desde la parte social que incluye a las estancias y las familias el problema que además de económico –razón más que suficiente de preocupación e inconformidad-, es perjudicial para el desarrollo y bienestar de los niñas y niños menores de cuatro años que con el programa de Estancias Infantiles eran subsidiados en su educación preescolar, cuidados y alimentación, mientras papá o mamá se encontraban por necesidad, realizado otras labores fuera del hogar.

Desde enero del presente año el gobierno federal, en una de sus nuevas formas de hacer política de asistencia social so-pretexto de haber encontrado irregularidades en la administración y dispersión de los recursos multimillonarios al programa de Estancias Infantiles, optó por eliminarlo, cambiarlo de nombre y obviamente de reglas de operación.

Entre esos cambios, las reglas de operación en síntesis comprendía que el dinero del subsidio por niño o niña dentro de una estancia ya no sería entregado a ésta sino al papá o la mamá o tutor del pequeño, y ya sabrían ellos a quién pagarle por cuidar, alimentar y educar a sus hijos mientras pasaban la mañana, mediodía y parte de la tarde en alguna otra ocupación.

La justificación del gobierno federal fue que las estancias infantiles engrosaban las listas de niños y niñas atendidos para recibir más dinero mensualmente, lo cual por cada alumno atendido representaba 900 pesos mensuales; se afirmó que la corrupción “pan nuestro” en innumerables actividades del quehacer público y privado de los mexicanos, también había hecho acto de presencia en las Estancias Infantiles y por eso imperioso fue que el programa despareciera.

Y así ocurrió… Brenda Casas es madre soltera de un hijo que asiste a la estancia Capullo, la cuota mensual ahí es de mil 500 pesos, con el programa anterior ella tenía que pagar por quincena 350 pesos y el subsidio se hacía cargo del resto, ahora, desde enero a la fecha la cuota aumentó a 400 pesos y pese a que no hay subsidio entre maestras y madres de familia y algunos padres que también son solteros –aunque cabe resaltar que son los menos en amplia proporción- realizan actividades para conseguir el recurso suficiente del financiamiento operativo de la estancia.

La directora de la estancia Capullo, Dennis, comenta que en los últimos meses ocho alumnos tuvieron que dejar la estancia porque en su casa ya no pudieron pagar la cuota de 800 pesos mensuales, aunque entre maestras hagan comida para llevar -tipo venta de cocina económica- y conseguir algunos cientos de pesos para cumplir con los gastos fijos y variables de la estancia, la economía no alcanza para sostener por mucho tiempo la situación como se está viviendo en este tema actualmente.

TENDRÍAN QUE DEJAR EL EMPLEO PARA CUIDAR A SUS HIJOS

Brenda considera que de no ser consistentes y efectivas las reglas de operación del nuevo programa, lo cual en el campo de los hechos parece indicar que el depósito del dinero a los papás y/o mamás trabajadoras tardará más allá del 31 de marzo fecha que el gobierno federal ha publicado como plazo para tal efecto, deberá renunciar a su trabajo porque no tiene quien cuide de su hijo en horas laborales, dado que su madre utiliza silla de ruedas y su padre es de avanzada edad, imposible que como abuelo sea responsable del cuidado de su nieto.

En la Estancia Fayritopia, la directora Hilda Vela platica que los padres de familia reclaman que los responsables de realizar el censo para determinar a quiénes se les dará el apoyo de mil 600 pesos bimensuales -200 pesos menos cada dos meses que en el esquema anterior-, llevan a cabo incorrectamente la logística de esto.

Menciona que ha recibido comentarios o llamadas de mamás que según en la delegación de la Secretaría de Bienestar ya está dada de alta y ni siquiera fue localizada por la persona que realizaba los censos.

El censo consistió explica Hilda Vela en que con las listas que cada estancia entregaba mensualmente a la dependencia, antes llamada Sedesol, ésta extrajo nombre, domicilio y teléfono del responsable del niño o niña subsidiada, y de esa manera la persona que realizaba el censo llamaba a la persona para su localización, acudir a su domicilio y corroborar los datos, además de tomar una foto al adulto y al menor de edad para mejor constancia del ejercicio del censo.

Sin embargo, en este proceso que hoy vence las irregularidades fueron suficientes como para dejar afuera de apoyo a madres o padres que no fueron localizados, que según la dependencia ya están inscritos pero el particular no cuenta con la cédula de empadronamiento –lo que lo hace acreedor a una cuenta bancaria donde habrá de recibir el depósito bimensual de mil 600 pesos-, inconsistencias que en la logística y aplicación de las reglas que de acuerdo a la intensión del nuevo programa evita la corrupción por la cual el programa en mención fue eliminado, aunque para quienes día a día realizan el trabajo de cuidar a los hijos de alguien más, la manera en cómo se está llevando a cabo la mera inscripción de los beneficiarios deja mucho que decir al respecto.

LAS REGLAS DE OPERACIÓN EN LA LOGÍSTICA PRESENTAN SERIAS FALLAS

Hay mamás que tienen hasta tres hijos en una estancia y se están quedando sin el beneficio con las nuevas reglas de operación y el cómo las han aplicado, continúa, aunque sea algo nuevo, se supone que debe haber personas profesionales y capacitadas para realizar de manera correcta los cambios cuando administrativamente el gobierno ya los está socializando y haciendo una tangibles sus efectos, cosa que en Durango no está ocurriendo, agrega.

Más maestras, directoras de otras estancias infantiles expusieron su situación actual sobre el tema, la coincidencia es que la corrupción así como se dijo, no está dentro de las estancias, simplemente porque en las pasadas reglas, cada una de las estancias debía entregar cada mes una lista y bitácora de la asistencia del niño o niña beneficiado, con 15 faltas al mes, el recurso no era asignado, es decir, no se pagaban los 900 pesos por parte del gobierno federal de ese subsidio, la lista debía ir firmada por la madre o padre de familia, exponer en la bitácora el estado diario en cómo se recibía al niño o niña, en la parte física y de salud, esos documentos se entregaban a la Sedesol, a la coordinadora del programa –se desconoce si aún esté en el puesto- Fernanda Mier, ella recababa los datos y los remitía a oficinas centrales, ahí burocráticamente se hacía lo correspondiente, el dinero era enviado a las delegaciones y de ésta dispersado a las cuentas individuales de cada una de las instancias.

Mucho trámite para falsificar firmas, llenar bitácoras, coludir a mamás o papás inventados que respondieran a un nombre y un domicilio, argumenta; las estancias desaparecen de poco en poco, de 219 ya cerraron 20, con el paso de los meses habrá más “bajas”, para el 31 de marzo el gobierno federal aseguró que habría de colocar el depósito en cuenta bancaria de quienes hayan sido empadronados para pagar el cuidado de sus hijos mientras trabajan, elección que ahora estará en manos de cada uno de los progenitores, maestras de las estancias pierden empleo debido a que por cada ocho alumnos se tiene que contar con un docente y en promedio aseverado por las directoras entrevistadas, en los últimos dos meses y en lo que corre de marzo, entre cinco a ocho niños han dejado de asistir a su estancia infantil, donde recibían comida, cuidado, atención y educación escolar, en algunos casos con una cuota de recuperación más alta que otras, pero cada uno de ellos con el subsidio que era lo que mantenía en equilibrio los gastos administrativos y operativos de las estancias.


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