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A lo largo de la historia el alacrán ha cobrado muchas vidas en el territorio duranguense; durante décadas fue desconocido cómo enfrentar al veneno y sus efectos, y finalmente dos científicos desarrollaron la solución
Para llegar al paladar de duranguenses y foráneos, el alacrán pasa por un proceso para dejarlo libre de veneno, y que no afecte en la salud de quien lo consume
“En Durango nos tocó tener muchos alacranes, así es que hay que sacarles utilidad. Es una plaga, si no estuvieran casando los alacranes, estuviéramos infestados”
En el Comedor Las Margaritas, Claudia Mayela Martínez Beltrán cocina desde hace ocho años los peculiares tacos de alacrán, los favoritos de los turistas
Durante los primeros años de la ciudad de Durango la picadura de alacrán era la primera causa de muerte entre los habitantes, especialmente en los niños
