Desde la década de los 80’s la Organización Mundial de la Salud (OMS) consideró como cancerígeno al asbesto, el material con que están hechos muchos tinacos que siguen incluso en algunas viviendas de Durango.
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Este material fue muy popular en su época, hace décadas, por su resistencia tanto al agua como al fuego, sin embargo después se prohibió derivado del impacto negativo que tiene en la salud.
Y es que se determinó que el asbesto es un material tóxico y peligroso derivado de las fibras que lo componen, mismas que se desprenden de manera fácil y constante, de tal manera que al ser inhaladas quedan atrapadas en los pulmones.
Se explica que de las fibras del asbesto, al entrar en contacto con el agua o el viento, se desprenden partículas microscópicas que producen “asbestosis", cáncer del pulmón, mesotelioma maligno, y otras diversas enfermedades respiratorias serias.
¡Cuidado! La enfermedad puede tardar en aparecer. Y es que expertos señalan que las fibras que causan el cáncer se van acumulando en el cuerpo, de tal manera que un cáncer puede aparecer incluso hasta en dos o tres décadas después de la exposición inicial a los materiales que componen el asbesto.
Trasciende que según la estadística, la mayoría de los casos de cáncer de pulmón -entre trabajadores de la industria del asbesto- ocurre al menos 15 años después de la primera exposición a este material.
