“Pili, Pili, se está quemando su puesto”, fue el grito inesperado que escuchó Pilar Mejía, comerciante del Mercado Gómez Palacio, aquel 31 de diciembre del 2017, en la víspera de la cena de fin de año, para recibir el 2018, cuando un siniestro consumió gran parte de este lugar. Suman ya seis años del aparatoso incendio registrado en este mercado ubicado en el Centro Histórico de Durango, al que se puede ingresar por las calles del cuadrante 5 de Febrero, Pasteur, avenida 20 de Noviembre y Patoni.
- Te puede interesar leer: En una semana quedará listo el Mercado Gómez Palacio: Enríquez Herrera
“Arde Mercado Gómez Palacio, se queman 107 locales”, fue uno de los titulares que marcó el inicio del año 2018, y que cobró espacio incluso en medios nacionales. Pero que también marcó un antes y un después en la vida de decenas de locatarios que se enfrentaron a pérdidas, y enseguida a una reestructura del famoso mercado.
“Sí fue algo muy impactante para nosotros, para todos en general. Hubo muchas, muchas pérdidas, pero tuvimos mucho apoyo”, declaró Pilar Mejía, dueña del Comedor Pili, ubicado en lo que pudiera ser el corazón –la parte central- del recinto comercial, y donde impactó mayormente aquel incendio de hace seis años.
Por su parte el locatario Alejandro Pérez Delgado cuenta que luego que recibió una llamada para ser informado que las llamas consumían el mercado, pudo llegar rápido para confirmarlo.
“Me hablaron, yo no vivo lejos de aquí, vivo a escasas cuadras, llegue pronto y ya estaban los bomberos, no me dejaron entrar, se veían las llamas muy fuertes. Yo les decía que había que cerrar los tanques de gas por los comedores, porque pues antes no contábamos con una instalación de un gas estacionario para el consumo de todos los comedores, cada comedor tenía su cilindro de gas, y eran más de 30 tanques de gas los que había en la azotea, entonces era el miedo que si agarraba los tanques de gas, se hacía la explosión e incendio a varios kilómetros a la redonda”, expresó Pérez Delgado.
Dijo, los bomberos hicieron su labor y evitaron que las llamas se extendieran aún más. Según relata, a ningún locatario lo dejaron entrar hasta el día 1 de enero del 2018; fue ahí que recibieron el año con una pérdida total de sus negocios, mercancía.
“…nos quedamos sin nada en cuanto a mercancía, en cuanto a infraestructura de los locales. Fue un impacto muy fuerte porque en un segundo, en un momento, pierdes todo, todo tu patrimonio, toda tu inversión, tu capital, lo que tenías para subsistir”.
En su caso, Alejandro Pérez señala que su pérdida la calculó en más de 600 mil pesos. En el caso de Pilar Mejía, las pérdidas no fueron muchas, pues al tener un comedor, su mercancía la compra al día.
“En mi caso, el de la carnicería, en la mañana me suelta la mercancía, igual el de la tortillería, frutería, todos en general son al día, en mi caso personal”. Su recuperación fue con la misma dinámica, le llevaban los insumos por la mañana, y por la tarde, tras cerrar sus ventas, las pagaba.
Renovación del Mercado Gómez Palacio impactó positivamente
Tanto Alejandro como Pilar coinciden en que luego del incendio registrado en la transición del 2017 y 2018, se tuvieron mejores ventas. “…aumentó mucho el flujo del turismo, eso sí me he dado cuenta, hemos tenido más ventas a partir de ahí. Primero venían por la curiosidad”, señaló la dueña del Comedor Pili.
En tanto, Pérez Delgado resaltó que la obra para volver a levantar el mercado se llevó menos de 22 días, muy rápido. La ayuda fue reestablecernos los locales, limpiar el mercado, y “a nosotros nos tocó volver a surtir, con eso quedamos muy agradecidos”.
Mejoraron las condiciones en el sistema eléctrico, de gas y servicio de agua
Mejía abundó en que el argumento que se dio fue que el incendio se debió a un corto circuito. Enseguida, con la intervención en el mercado, las instalaciones eléctricas, de gas y servicio de agua mejoraron.
“Eso sirvió para que todos estuviéramos regular, no pagas y se te baja el servicio. La luz, las instalaciones de gas, agua y drenaje también estuvieron para mejorar”: Pili Mejía.
“Estamos al 100 por ciento, muy bien, antes nadie teníamos una instalación eléctrica muy bien porque es muy costosa, y esa fue una de las grandes ayudas, que cada local ahora tiene su medidor, todo el cableado va entubado, no hay manera de cómo agarrarte del diablito o colgarte. En cuanto a los comedores ya hay un solo tanque estacionario para distribuir a todos los comedores que son cerca de ocho a 12”: Alejandro.