De nueva cuenta, como un resultado más de la pandemia, la conmemoración del patrono de la feligresía católica de Durango, San Jorge, en la catedral basílica menor, no atendió, al menos no en manifestación masiva a la tradición centenaria de ofrecer flores y encender velas para honrar esta figura capaz de proteger a los infantes de las picaduras de alacrán o el ataque de cualquier otro animal.
Si bien, las puertas del templo religioso más importante de la entidad se abrieron pasadas las siete de la mañana, para dar paso al canto de las mañanitas y posteriormente a la celebración de la primera misa del día, aquello no fue lo mismo, pues hay que anotar que evidentemente muchas familias por temor o precaución, simplemente no acudieron como lo marca la costumbre hasta este lugar.
Desde temprana hora, en las inmediaciones de Catedral, se colocaron vendedores de productos diversos, principalmente, de velas y flores.
Verónica Hernández Morales, florista de muchos años, vecina de la colonia Morelos Sur, quien realiza esta vendimia solamente los días 23 de abril, reconoce que al igual que el año anterior, la venta comenzó muy baja debido a que la gente prefirió permanecer en casa dado el riesgo de contagios por la Covid-19.
Señala que para ella, la figura de San Jorge Bendito, tiene un enorme significado, porque como patrono de la ciudad y de los durangueños, es sabido que protege a toda la comunidad y principalmente a los menores, de los ataques de alimañas; “me siento muy orgullosa de trabajar este día, aunque desde que comenzó la pandemia ya no nos ha ido tan bien y esperamos que pronto las cosas se compongan y por lo pronto le pido a San Jorge que Dios nos ayude y que proteja a todos”.
Atrás quedaron, cuando menos en este 2021 por segundo año consecutivo, las grandes romerías de feligreses que, acompañados de los infantes, llegaban hasta el principal recinto religioso de Durango, para pedir los favor del santo patrono, expresando la frase ya conocida de “San Jorge Bendito, amarra tus animalitos con un cordón bendito”.
