Desde la época colonial se presta en Durango el servicio de bares y cantinas, y ante ello ha habido algunos sitios que se han convertido en emblemáticos tanto por la atención, como por el lugar y otras características. El historiador, Javier Guerrero Romero, dio a conocer que uno de los lugares más antiguos es el famoso y popular Bar Belmont, que empezó sus operaciones en el año 1952.
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Nace con la peculiaridad de estar a un lado de la Catedral Basílica Menor de la Inmaculada Concepción, por la calle Constitución, precisamente junto a uno de los famosos restaurantes de Durango, el de “Juanón”, el único lugar donde se hacía cabrito. Era el binomio perfecto, pues la gente iba a comer al restaurante y enseguida se iba a tomar un aperitivo a la cantidad de un costado.
“El Bar Belmont desde un inicio nace como un bar diferente a los demás por la calidad y variedad de las bebidas. Tenía una barra muy amplia. Regularmente las cantinas tienen una barra limitada de bebidas, pero en el Bar Belmont se podía encontrar desde licores, aperitivos, hasta bebidas fuertes, cerveza, brandis, coñac, de todo”.
Al ir al Belmont se tenía una carta de bebidas internacional muy amplia, lo que le hizo ganar más fama a este espacio, aunado a su ubicación y la atención en general.
A dos años de comenzar este lugar, en 1954 llega el cine a Durango; y el Belmont se convierte en el preferido de las estrellas que llegaban por los proyectos cinematográficos. Llegaban norteamericanos, europeos, etc, que querían bebidas y que no las encontraban incluso en los hoteles donde se hospedaban. “Muchos artistas lo visitan y eso lo hace más famoso todavía”.
Como una peculiaridad, los famosos artistas que hacían su parada ahí, no eran molestados por nadie, podrían pasar un rato sin necesidad de esconderse o incomodarse.
Y es que “Durango se caracterizó –ahorita ya no tanto- porque a los artistas la gente no los seguía (…) no había lo que ahora ha provocado la televisión que vaya la gente, los paparazis, y los fans, a sacarles autógrafos”.
Años más tarde en la historia de Belmont, se compró el edificio para convertirlo en un hotel boutique, y cuando se empieza a restaurar el inmueble, estuvo a punto de cerrar el bar. Y es que estaba justo en lo que ahora es la entrada del hotel El Hostal de la Monja.
- La misma empresa que hace el hotel le da un espacio al bar, en la parte de atrás, desde entonces se encuentra en la ubicación actual, en calle Bruno Martínez, entre 20 de Noviembre y Negrete.
La popularidad siguió e incluso aún más, “porque tenía un cantinero que duró muchísimos años, literal hasta que murió el famoso ‘Camote’ Hernández, él era muy famoso, estuvo como cantinero por unos 30 y tantos años”. Ya conocía a todos y cobró popularidad por la atención que daba a la gente.
“Se convirtió en un icono de los bares en Durango, el Bar Belmont. Sigue funcionando a la fecha. Fue un acierto haber dejado el bar, aunque lo hayan cambiado a la parte de atrás, y preservar uno de los lugares más famosos de Durango”.
Diferencia entre bar y una cantina
Hablar de un bar y una cantina es un sinónimo, sin embargo los conceptos fueron cambiando en su sentido. Por ejemplo, en la época porfiriana hablar de una cantina era referirse a un lugar muy elegante. Pero, después de la Revolución Mexicana la cantina se transformó en un espacio popular.
A la par que nacen las cantinas populares, las cantinas porfirianas son destruidas y saqueadas, “no quedó ninguna”. Se destruyeron varias de ellas, la más famosa en aquel momento era la cantina y casino del Hotel Richelieu.
Enseguida resurgen las cantinas como un espacio popular, a la par de ello, alrededor de los años 30’s aparecen nuevamente cantinas de elite, como para otros sectores, pero para evitar confusión les llaman bar, por eso son sinónimos.
“Y nacen los bares en Durango, empiezan a nacer los bares, y llega el momento en que se mezclan que son sinónimos, y algunos bares son como las antiguas cantinas, y algunas cantinas como los viejos bares. (…) Actualmente cantina es como un despectivo de bar”.