CANATLÁN, Dgo. (OEM9.- El “coyote” o comprador es la principal alternativa que tienen los productores de frijol para comercializar su cosecha, sobre todo aquellos que tienen deudas o la necesidad de hacer gastos con motivo de la navidad.
Así lo destaca José Antonio Zapata Adame, ex presidente del comisariado ejidal de Donato Guerra, mencionando que, si bien es cierto, Segalmex o Seguridad Alimentaria Mexicana está comprando a 16 pesos el kilogramo, existen muy pocas bodegas abiertas en el municipio de Canatlán.
Productor agropecuario y conocedor del tema de comercialización de granos, menciona que una bodega de Segalmex es única en el poblado Ricardo Flores Magón, a 18 Kilómetros del entronque con la carretera Panamericana; ahí pagan a 16 pesos el Kilogramo, cubriendo estándares establecidos.
El llevar el frijol a vender a ese centro requiere para el productor el pagar fleta, lo que al final representa una disminución al cobro que recibirá.
De ahí que muchos productores prefieran vender a 13 o 14 el Kilogramo pesos al “coyote” que va hasta la casa por el grano, ya que al final sale “junto con pegado” descontando los precios del flete y las maniobras que hay que pagar, destaca Zapata Adame.
Existe también el factor de la necesidad de quienes tienen que cubrir adeudos o de aquellos que no tienen los recursos económicos para hacerle frente a las fiestas de navidad y año nuevo, venden casi por necesidad para salir de esos apuros.
Sin embargo, destaca el entrevistado, también hay quienes no tienen necesidad económica y prefieren guardar su cosecha, a la espera de que llegue el nuevo año y haya la posibilidad de que el frijol aumente de precio.
Son tres situaciones distintas las que se presentan actualmente en la comercialización del frijol en esta región y es la circunstancia de cada productor lo que define la manera o forma en que busca comerciar el fruto de su trabajo, puntualizó José Antonio, mencionando que no tienen cifras o porcentajes de cuánta cosecha se vaya para Segalmex o para el comprador y cuanta se quede aún sin comercializar, a la espera de mejores tiempos.