El Teatro Victoria, ubicado en el Centro Histórico de Durango, sobre calle Bruno Martínez, entre 5 de Febrero y avenida 20 de Noviembre, es uno de los edificios de mayor historia en la capital, pues se inauguró desde el año 1800 bajo el nombre de Teatro Coliseo. La peculiaridad que tiene es que de los más antiguos en funcionamiento del país, y es que si bien hubo otros teatros antes que éste, lamentablemente todos desaparecieron.
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El Teatro Victoria es el tercero más antiguo del país en funcionamiento actualmente, el más antiguo es el Tecali, y enseguida el Coliseo, los dos en Puebla.
“El Teatro Victoria es un edificio que originalmente se conoció como el Teatro Coliseo, que era anexo a la casa de Zambrano, el edificio de un lado que ahora es el Museo Francisco Villa. Era un anexo, estaba pegado, formaba parte de la casa”, informó el cronista e historiador, Javier Guerrero, quien aclaró que nunca fue un teatro privado, como son muchos los dichos que así lo indican.
Era uno de los negocios de Juan José de Zambrano, un empresario que tenía muchos negocios en diversos rubros como mineros, comerciales, agrícolas, industriales, y de entretenimiento, con espectáculos.
“Era concesionario de la plaza de gallos que ahora se conocen como palenques, él era concesionario de la distribución de los naipes, se jugaban muchas cartas y él era el que distribuía los naipes aquí en Durango”.
Así, explicó el historiador duranguense que Zambrano tenía entre sus propiedades dicho teatro, donde se ofrecían espectáculos, se cobraba por ingresar, y ese otro de sus negocios.
“…era privado porque era de él, pero no era para uso exclusivo de espectáculos privados. Era un teatro que ofrecía espectáculos a la población, y que se cobraba por el acceso. Era un negocio que estaba pegado a la casa de Zambrano”.
Aunque cabe hacer mención que el empresario sí tenía acceso desde su casa a su palco privado en este espacio. Fue a la muerte de Juan José Zambrano que este teatro comenzó a rentarse, y enseguida a mediados del siglo XIX lo compra la familia flores, y pasa a ser parte de sus propiedades.
Esta familia lo sigue rentando a otros empresarios, ya sea de aquellos que lo administraban y hacían sus propios negocios, o aquellos que iban de paso y lo solicitaban para sus funciones.
Se exhibió cine por primera vez en Durango en este lugar
Según cuenta Javier Guerrero, fue el Teatro Victoria donde se exhibió por primera vez cine en Durango, pues llegó un empresario del rubro y lo rentó para ello, esto en 1896. “Ahí es el primer espacio dedicado al cine, donde se ofreció además ópera durante mucho tiempo, largas temporadas, en 1904 fue la temporada más larga que ha habido en Durango, con alrededor de 16 óperas”.
Cierre del Teatro Victoria por remodelación
En el año 1909 el teatro se cerró derivado que fue sometido a una remodelación, esto a más de 100 años de su puesta en marcha. Desde 1899 se había empezado a construir el Teatro Principal, también conocido como Teatro Nuevo o Teatro Ricardo Castro.
Éste, ubicado a unos cuantos pasos, sobre avenida 20 de Noviembre, “se había empezado a construir para la celebraciones del centenario de la Independencia, pero no lo iban a acabar, estaba muy lejos que lo acabaran, entonces el empresario decide cerrar el Teatro Victoria para remodelarlo y que Durango entonces tuviera un teatro que inaugurar durante las fiestas del centenario”.
Es en tras esta remodelación que se reabre y con otro nombre, queda atrás el Teatro Coliseo, para ser el Gran Teatro Victoria.
Este nombre nuevo precisamente porque era en honor a Guadalupe Victoria, el principal insurgente de Durango, en el marco del aniversario de la independencia.
Más adelante lo compra el empresario Isauro Martínez en los 30’s y lo convierte en el Cine Victoria, que así funcionó hasta 1978 que por intervención de Dolores del Río y el gobernador de entonces, Héctor Mayagoitia, se compra el teatro para convertirlo nuevamente en el teatro de la ciudad.
Para ello es sometido nuevamente a un proceso de restauración, y se reinaugura el 8 de julio de 1980, como Teatro Victoria nuevamente. Así se le conoce hasta el momento.
