El compartir mi pasión con las personas es lo que me mantiene en las calles, señala Livia Nevárez, una joven duranguense que desde temprana edad descubrió su pasión por el arte circense.
Recuerda que su niñez estuvo llena de arte y creatividad, sus padres: un escritor y una licenciada en ciencias de la comunicación, siempre la impulsaron junto a sus hermanos a explorar diversas actividades, sin embargo, Livia conectó con el arte circense cuando de pequeña presenció la escena de una joven que hacía malabares en la calle.
"Íbamos rumbo a la casa y en un alto vi a una chica haciendo malabares con cadenas de fuego", asegura que quedó impactada y ese momento fue clave para decidir que quería dedicarse a ese arte. Fue hasta la secundaria que Livia tuvo su primer contacto con el mundo circense y personas involucradas en este.
Poco a poco comenzó a estudiar acerca del circo y a la par tomaba talleres relacionados al tema, pero la mayor parte de su formación se dio de manera autodidacta. Así mismo, la joven estudió la licenciatura de diseño gráfico y actualmente cursa la licenciatura en artes visuales en la Escuela de Pintura, Escultura y Artesanías (EPEA) de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED), que le ayudan a complementar su arte.
Señala que le gustaría estudiar la licenciatura en Artes Escénicas y Circenses Contemporáneas en la Universidad Puebla, sin embargo esta es bastante costosa como el arte circense en sí mismo, pero no descarta la posibilidad de lograrlo.
Con el paso del tiempo su arte comenzó a destacar en la ciudad de Durango y recibió invitaciones de artistas radicados en otros estados de la República para presentar su rutina en diversos eventos y festivales, como a Torreón, Zacatecas, Mazatlán, Guadalajara, Tijuana, Sonora y Ciudad de México, por mencionar algunos.
Amor, familia y circo
Livia es madre de una pequeña niña, por lo que no puede dedicarse al cien por ciento a su pasión pero ha sabido balancear ambas partes e incluso Meztli, su hija, ha tenido un acercamiento directo con este arte. Asegura que ha disfrutado muchísimo la parte de la maternidad además que ha obtenido innumerables aprendizajes que la motivan a seguir día a día.
Para la joven es sumamente importante crear conciencia en los durangueses acerca del arte circense que se realiza en la entidad y así poder eliminar los estigmas que existen en torno a estos. "Muchas veces la gente nos tacha de flojos o adictos por trabajar en las calles y no se dan cuenta que nosotros no lo hacemos por dinero sino para mostrar nuestras habilidades y desarrollarnos día con día", puntualiza.
Actualmente son pocas mujeres que se desempeñan en la escena local circense esto debido a los estigmas de la sociedad, destaca Nevárez Fernández. Por ello realiza la invitación a las personas interesadas en aprender más de este arte en acercarse al colectivo al cual pertenece. Todos los miércoles en la Secundaria #4 ubicada en Domingo Arrieta se reúnen para entrenar
Dentro de sus planes a futuro se encuentran el poder viajar a más estados de México e inclusive a otros países para presentar su rutina, además de comenzar a hacer circo social es un movimiento que aplica las artes circenses como herramientas de la intervención social al usar métodos pedagógicos para trabajar con jóvenes que están marginados o en riesgo de exclusión social.
Busca reivindicar el realizar arte en las calles sin ser juzgados, "yo he estado en teatros y diversos escenarios, pero el semáforo se convierte en uno más, en él se debe de dar el mejor esfuerzo pero sobre todo se tiene que respetar", concluye sonriente.