/ sábado 25 de abril de 2020

La eterna búsqueda del agua potable en México

Dotar a la población del vital líquido parece que no es una prioridad para el gobierno

La búsqueda de agua es un problema crucial en muchos países del planeta. En México, donde la temporada de lluvias va de mayo a septiembre, también tiene sus complejidades.

Los dos tercios norte del territorio, que ocupan una extensión similar a la de Perú, son considerados zonas áridas o semiáridas, con precipitaciones anuales de menos de 500 milímetros. El tercio sur, menos poblado que el norte, es más húmedo y alcanza un promedio de 2 mil milímetros.

Sin embargo, en este país de 120 millones de habitantes, enfocado en los problemas económicos, el tráfico de drogas, la violencia, la contaminación y los sismos, la búsqueda de agua no parece ser una prioridad para sus gobernantes. Incluso ahora que la epidemia de Covid-19 ha subrayado la importancia de la higiene, sobre todo del lavado de manos.

“EL AGUA SABE A TIERRA”

En Juanacatlán, Jalisco, el agua no es potable.

Llega a las casas por mangueras tendidas desde el río Santiago. Para Rodrigo Saldaña, de 65 años, el gobierno no hace nada para que sea apta para el consumo humano.

Virginia Lozano, de 51 años, vive desde hace nueve años en el barrio Esperanza del municipio de Tonalá, también en Jalisco. No sabe lo que es vivir con agua corriente y jamás ha bebido agua mineral.

“El agua sabe a tierra. Vivimos con agua del pocito que mi hija y yo acarreamos. Sabemos que el agua contaminada enferma y más a los niños”, lamenta esta mujer, consciente de que no tiene otra opción.

Mauricio Diego Conaz, de 61 años, es pescador purépecha y vive cerca del lago de Pátzcuaro, Michoacán.

“El crecimiento urbano afectó mucho a nuestro lago. Ya casi no hay venta de pescado porque mucha gente dice que está contaminado. Más bien comen pollo”, dice Conaz, para quien la descarga de aguas negras y la deforestación diezmaron la presencia de charales y mojarras, antes muy apreciados por la gente.

DEL COLOR DE UN MAL CAFÉ

También en Michoacán, fluye el manantial de Mintzita, que abastece a la ciudad de Morelia. Allí, una gran fábrica de papel da trabajo a sus habitantes pero también vierte sus desechos en el conducto que conecta esta fuente con la ciudad, por lo que el agua tiene el olor fuerte y el color de un mal café.

En Ciudad Juárez, a pocos pasos del muro fronterizo con Estados Unidos, cuando fluye, el agua sabe a sal. Cuando no, para Fabiola Landín, madre de dos niños, las cosas se complican. Para beber, aprovecha los dos garrafones de 20 litros que el gobierno les “regala”, pero en ocasiones debe comprarla. “A veces pasa un camioncito que vende los garrafones, o en la tienda. En la tienda lo dan a 22 pesos (casi un dólar) y el camión lo da a 15 pesos (unos 0.70 dólares)”.

“Desde que pusieron el agua aquí ha habido ese problema, ya tiene como unos 15 años”, recuerda Landín.

La búsqueda de agua es un problema crucial en muchos países del planeta. En México, donde la temporada de lluvias va de mayo a septiembre, también tiene sus complejidades.

Los dos tercios norte del territorio, que ocupan una extensión similar a la de Perú, son considerados zonas áridas o semiáridas, con precipitaciones anuales de menos de 500 milímetros. El tercio sur, menos poblado que el norte, es más húmedo y alcanza un promedio de 2 mil milímetros.

Sin embargo, en este país de 120 millones de habitantes, enfocado en los problemas económicos, el tráfico de drogas, la violencia, la contaminación y los sismos, la búsqueda de agua no parece ser una prioridad para sus gobernantes. Incluso ahora que la epidemia de Covid-19 ha subrayado la importancia de la higiene, sobre todo del lavado de manos.

“EL AGUA SABE A TIERRA”

En Juanacatlán, Jalisco, el agua no es potable.

Llega a las casas por mangueras tendidas desde el río Santiago. Para Rodrigo Saldaña, de 65 años, el gobierno no hace nada para que sea apta para el consumo humano.

Virginia Lozano, de 51 años, vive desde hace nueve años en el barrio Esperanza del municipio de Tonalá, también en Jalisco. No sabe lo que es vivir con agua corriente y jamás ha bebido agua mineral.

“El agua sabe a tierra. Vivimos con agua del pocito que mi hija y yo acarreamos. Sabemos que el agua contaminada enferma y más a los niños”, lamenta esta mujer, consciente de que no tiene otra opción.

Mauricio Diego Conaz, de 61 años, es pescador purépecha y vive cerca del lago de Pátzcuaro, Michoacán.

“El crecimiento urbano afectó mucho a nuestro lago. Ya casi no hay venta de pescado porque mucha gente dice que está contaminado. Más bien comen pollo”, dice Conaz, para quien la descarga de aguas negras y la deforestación diezmaron la presencia de charales y mojarras, antes muy apreciados por la gente.

DEL COLOR DE UN MAL CAFÉ

También en Michoacán, fluye el manantial de Mintzita, que abastece a la ciudad de Morelia. Allí, una gran fábrica de papel da trabajo a sus habitantes pero también vierte sus desechos en el conducto que conecta esta fuente con la ciudad, por lo que el agua tiene el olor fuerte y el color de un mal café.

En Ciudad Juárez, a pocos pasos del muro fronterizo con Estados Unidos, cuando fluye, el agua sabe a sal. Cuando no, para Fabiola Landín, madre de dos niños, las cosas se complican. Para beber, aprovecha los dos garrafones de 20 litros que el gobierno les “regala”, pero en ocasiones debe comprarla. “A veces pasa un camioncito que vende los garrafones, o en la tienda. En la tienda lo dan a 22 pesos (casi un dólar) y el camión lo da a 15 pesos (unos 0.70 dólares)”.

“Desde que pusieron el agua aquí ha habido ese problema, ya tiene como unos 15 años”, recuerda Landín.

Local

Calor de hasta 36 grados “pegará” este sábado en la capital duranguense

Los duranguenses se enfrentarán a un ambiente muy caluroso este sábado, en medio de la segunda ola de calor de la temporada

Elecciones 2024

Empresarios son aliados de organismos electorales para incentivar al voto

Se firmó un convenio de colaboración con las distintas cámaras empresariales para incentivar y motivar la participación ciudadana este próximo 2 de junio

Local

Llega a Durango la Beauty Week de la doctora Dalia Rodríguez

Este evento ofrece a los duranguenses la oportunidad de descubrir la mejor versión de su piel de la mano de la reconocida dermatóloga

Policiaca

Golpeó a una maestra de Enfermería por evitar robo

El joven de 18 años de edad fue acusado de agredir a una estudiante y a una catedrática de la Facultad de Enfermería y Obstetricia

Cultura

Este sábado podrás probar el pastel más grande en Corredor Constitución

Será un pastel vainilla y naranja de ocho metros de largo y alrededor de 200 kilogramos

Local

Cada duranguense consume cerca de 350 litros de agua al día: AMD

Hasta el momento la ciudad no se encuentra en el punto de tener que racionar el líquido, pero de no cuidarlo seguramente se tendrá que tomar estas medidas